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La emergencia sanitaria no va más…

En cuestión de ocho días el país volverá a su funcionamiento normal, pues el presidente Iván Duque confirmó la noche del martes que el 30 de junio se acabará la llamada emergencia sanitaria que el Gobierno decretó el 12 de marzo de 2020 por cuenta de la llegada del COVID-19 al país.
La medida se tomó, precisamente, para que el Gobierno pudiera tomar decisiones administrativas y económicas sin necesidad de presentar las propuestas ante el Congreso, lo que habría dificultado la posibilidad de ejecutar variosprogramas en materia de salud y soporte socioeconómico a familias y empresas vulnerables. 
De la mano del epidemiólogo, Jaime Ordóñez, hicimos un repaso sobre el rol decisivo que jugó la emergencia sanitaria. 

  Un buen balance de la emergencia 

En compañía del Ministro de Salud, Fernando Ruiz, el presidente Iván Duque le dio el anuncio al país, en el cual indicaba que a partir de este 30 de junio se daría fin a la emergencia sanitaria, advirtiendo que “No existen ya razones epidemiológicas, analizadas científicamente por el Comité, para mantener la emergencia sanitaria más allá de esa fecha”. A lo que el epidemiólogo, 

Jaime Ordóñez, resalta que si bien siempre existe un riesgo de que aparezca un pico agresivo de contagio por COVID, “la probabilidad es más baja gracias a que la velocidad de transmisión del virus es menor y esto se debe a tres factores: un al porcentaje de colombianos alcanzó la inmunidad natural se implementó un buen sistema de vacunación y en general se implementó un buen sistema de autocuidado”. 

 A raíz de la declaración de emergencia, el Gobierno tuvomayor margen de maniobra para pasar de 5.400 unidades de cuidado intensivo (UCI) a 13 mil en cuestión de cinco meses, además se expidieron varios subsidios tanto para personas sin empleo, empresas en crisis y personas que requerían alimentos, y se pudo gestionar ágilmente la compra de las vacunas. 

Tareas pendientes y lecciones 

Para el epidemiólogo Ordóñez, la situación que se vivió durante la pandemia dejó al descubierto varias fallas del sistemas de salud, especialmente porque si bien se logró aumentar el número de camas UCI, el país se quedó corto en la cobertura de médicos especialistas.

 “Un intensivista solo puede hacerse cargo de seis pacientes haciéndoles una revisión mínimo de media hora porque son pacientes que están en una situación crítica que pueden requerir un procedimiento”, señala el experto. 

 Por otra parte, a partir del 30 de junio desaparecerán subsidios que se crearon durante la emergencia como el de conectividad digital, que suplía al subsidio de transporte para quienes hacían teletrabajo; el de protección al cesante, con el cual se entregaba a los desempleados un monto de $160.000 durante tres meses; y la flexibilización de la jornada laboral de 48 horas. 

Además, a partir del 1 de julio el Gobierno deberá volver a presentar solicitudes de gasto ante el Congreso, lo cual implica que las futuras compras de vacunas COVID deberán pasar por ese proceso. Sin embargo, el doctor Ordóñez explica que medidas sanitarias como el uso del tapabocas en hospitales, transporte público y ancianatos se podrán mantener de manera autónoma.

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