A pesar de los protocolos y el aislamiento, los trabajadores todos los días se la ingenian para poder vender sus productos, pero al parecer ...
A pesar de los protocolos y el aislamiento, los trabajadores todos los días se la ingenian para poder vender sus productos, pero al parecer algunas personas han tenido inconvenientes. Es el caso de José Ballesteros, un joven que hace varios años tiene una distribuidora de huevos y quesos, y que, al intentar llevar estos alimentos a sus clientes, lo que se ganó fue un comparendo por parte de los agentes de tránsito.
Venta
Para José a pesar de las adversidades, su negocio de huevos durante la pandemia del Covid-19 se ha movido, “hace 3 años y medio comencé con este negocio aquí en el barrio Kennedy, siempre he cumplido con todos los permisos. Cuando comenzó lo de la pandemia empecé a vender más el producto a domicilio, teniendo en cuenta todos los elementos de bioseguridad. Yo soy consciente que ahora hay mucho vendedor informal, pero lo mío no es ilegal porque yo pago impuestos, tengo Cámara y Comercio, estoy en la Dian, tengo constancia de manipulación de alimentos, entre otros.
Siempre me he movilizado en el mismo vehículo, y eso aumentó durante el aislamiento. Varias veces me detuvieron en los operativos de tránsito en la calle, y veían que todo estaba en regla; pero en los últimos días unos agentes me pararon y a pasar de que tenía los permisos y documentación me hicieron un comparendo”.
El parte
Según lo narra José, el comparendo que le impusieron fue porque su vehículo particular fue transformado para carga. “Me dijeron que el carro donde me transportaba era un peligro, que era inseguro. Pero es que siempre he laborado en él, no llevaba muchos panales, solo 20. Aún así dijeron que no podía trabajar, por lo que me tocó pagar el comparendo. Lo peor fue que me inmovilizaron por 5 días el vehículo, lo que me impedía totalmente seguir trabajando, y los productos se me iban a dañar”.
Huevos
Aunque José pagó de inmediato el comparendo que para él no era justo, la inmovilización de su medio de transporte, lo único que hizo fue empeorar la situación “Fui donde un inspector de tránsito, y le explique lo que estaba pasando, que si no evacuaba rápido los productos se me iban a dañar; pero todo fue peor. Este señor ni siquiera me escuchó, lo único que me dijeron era que debía agradecer que no me suspendieron la licencia más meses.
Yo solo pedía que me dejarán entregar lo que ya tenía, pues si no se lo llevaba a los clientes se iba a estropear; pero se pegaron que no se podía por ser un carro particular para pasajeros, como si yo estuviera pirateando. La verdad yo no quería pelear, solo no me gusta quedarles mal a todas las personas que llevan años comprándome. Para que estos alimentos no se dañaran me tocó regalarlos a los vecinos”.
Dato
El periódico Q’hubo se comunicó con el director del Instituto de Movilidad de Pereira, Sergio Trejos, quien manifestó investigar qué fue lo realmente sucedió.
Venta
Para José a pesar de las adversidades, su negocio de huevos durante la pandemia del Covid-19 se ha movido, “hace 3 años y medio comencé con este negocio aquí en el barrio Kennedy, siempre he cumplido con todos los permisos. Cuando comenzó lo de la pandemia empecé a vender más el producto a domicilio, teniendo en cuenta todos los elementos de bioseguridad. Yo soy consciente que ahora hay mucho vendedor informal, pero lo mío no es ilegal porque yo pago impuestos, tengo Cámara y Comercio, estoy en la Dian, tengo constancia de manipulación de alimentos, entre otros.
Siempre me he movilizado en el mismo vehículo, y eso aumentó durante el aislamiento. Varias veces me detuvieron en los operativos de tránsito en la calle, y veían que todo estaba en regla; pero en los últimos días unos agentes me pararon y a pasar de que tenía los permisos y documentación me hicieron un comparendo”.
El parte
Según lo narra José, el comparendo que le impusieron fue porque su vehículo particular fue transformado para carga. “Me dijeron que el carro donde me transportaba era un peligro, que era inseguro. Pero es que siempre he laborado en él, no llevaba muchos panales, solo 20. Aún así dijeron que no podía trabajar, por lo que me tocó pagar el comparendo. Lo peor fue que me inmovilizaron por 5 días el vehículo, lo que me impedía totalmente seguir trabajando, y los productos se me iban a dañar”.
Huevos
Aunque José pagó de inmediato el comparendo que para él no era justo, la inmovilización de su medio de transporte, lo único que hizo fue empeorar la situación “Fui donde un inspector de tránsito, y le explique lo que estaba pasando, que si no evacuaba rápido los productos se me iban a dañar; pero todo fue peor. Este señor ni siquiera me escuchó, lo único que me dijeron era que debía agradecer que no me suspendieron la licencia más meses.
Yo solo pedía que me dejarán entregar lo que ya tenía, pues si no se lo llevaba a los clientes se iba a estropear; pero se pegaron que no se podía por ser un carro particular para pasajeros, como si yo estuviera pirateando. La verdad yo no quería pelear, solo no me gusta quedarles mal a todas las personas que llevan años comprándome. Para que estos alimentos no se dañaran me tocó regalarlos a los vecinos”.
Dato
El periódico Q’hubo se comunicó con el director del Instituto de Movilidad de Pereira, Sergio Trejos, quien manifestó investigar qué fue lo realmente sucedió.
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