Las llamas parecen no tener descanso en esta época tan linda del año, cuando la gente solo espera que no pase nada malo, por desgracia ocurr...
Las llamas parecen no tener descanso en esta época tan linda del año, cuando la gente solo espera que no pase nada malo, por desgracia ocurre todo lo contrario. A tan solo dos días del incendio en la parroquia Nuestra Señora de Valvanera y de otro caso en Dosquebradas, donde una adulta mayor lo perdió absolutamente todo, ayer ocurrió otro incendio en la comuna de Cuba, donde una familia quedó muy afectada por esta situación.
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El incendio
Eran las 11:20 de la mañana, en el barrio La Playita, calle 65, Alexander Cerón Montoya estaba arreglando un aparato con un cautín. Según contó, dejó el cautín conectado, pero no encendido, y salió un momento a la tienda a comprar una pega para terminar el arreglo. Cuando regresaba, se dio cuenta de que algo andaba muy mal: la parte de arriba, es decir, el tercer piso de su casa, se estaba incendiando. Intentó entrar para sacar algunos enseres, pero las llamas ya estaban tan apoderadas de todo que no logró salvar nada. Lo único que consiguió fue causarse varias quemaduras.
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De inmediato llamaron al Cuerpo Oficial de Bomberos que llegó en un dos por tres, pero el fuego no perdona. Pese a la rápida reacción, todo se perdió. El tercer piso, donde al parecer se originó la falla eléctrica, quedó en cenizas, y el segundo piso también tuvo afectaciones, no tan grandes como las del tercero, pero sí considerables, además de que todo quedó empapado por el agua. El primer piso no fue alcanzado por las llamas, pero sí por el agua usada en la extinción. Gracias a esa respuesta se evitó que el fuego arrasara con las viviendas vecinas, ya que todas las casas están muy pegadas unas de otras.
Los bomberos
Estos héroes sin capa llegaron con cuatro máquinas y 18 unidades. Varios se pusieron sus equipos de protección respiratoria y se ubicaron tanto al frente de la vivienda como en la parte de atrás, por la otra calle, para atacar las llamas desde ambos lados. Tuvieron que habilitar varias mangueras, porque el fuego estaba aferrado al lugar: el piso era de madera y había mucho material inflamable, lo que hizo que el incendio se propagara rápidamente.
Las fases de la atención
Una vez apagado el fuego visible en su totalidad y neutralizada la intensidad de las llamas, empezó la segunda fase, la remoción de escombros con herramientas adecuadas, para asegurarse de que no quedaran brasas escondidas. Luego vino la tercera fase, echar agua, mover y mojar todo hasta que el lugar quedara completamente frío.
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Dato
Alexander sufrió quemaduras de segundo grado en varias partes del cuerpo. La más grande está en el brazo izquierdo; también presenta quemaduras pequeñas en el brazo derecho, en ambos hombros y en la espalda.
La casa
La vivienda es de tres pisos. En el tercero vive Alexander Cerón Montoya, de 40 años. En el segundo piso vive su mamá, doña Amparo Cerón Montoya, junto a su hermano Arbey. En el primer piso reside una inquilina, Adda Lucía Murillo, quien vive allí con tres personas más.
La inquilina
Adda Lucía Murillo mencionó que también está muy triste, pues se le mojaron todos sus enseres. No solo le duele lo que le pasó a ella, sino también lo que sufrió la familia a la que le arrienda el primer piso. Dice que Alexander es “un pan de Dios”, una persona muy querida en el barrio, muy servicial, “es a todo dar”. Q’hubo habló con él y pudo constatar que, a pesar de estar afectado, mantiene una buena actitud ante esta nueva adversidad de la vida.
Dato
La ambulancia llegó para atender a Alexander, pero al principio él no quiso dejarse llevar porque estaba en shock. Luego sí acudió a un centro asistencial, ya que los bomberos le insistieron en que era muy peligroso quedarse con esas heridas sin valoración médica.
La mamá
Amparo Cerón Montoya habló con Q’hubo, llorando y muy afectada por lo ocurrido. Contó que cualquier ayuda sirve, porque esa casa era de su mamá, que ya falleció, y ellos quedaron viviendo allí. “Es la casa de nosotros y prácticamente quedamos sin nada”, dijo. Agregó que cualquier aporte es bienvenido y dejó su número de contacto: 321 611 06 45, además de pedirle a la Alcaldía de Pereira que por favor los ayude.
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Alexander Cerón Montoya
Alexander manifestó que todo fue muy rápido, que no se demoró casi nada en ir a la tienda, y que cuando regresó no podía creer lo que estaba viendo. Dijo que se siente muy triste por lo que pasó, pero que, gracias a Dios, no hubo pérdidas humanas, solo materiales. Afirmó que toca seguir para adelante, que esta es otra mala jugada de la vida, pero que ya ha salido de muchas y que de esta también va a salir.
La nueva directora de Bomberos
Nataly Calderón Melo, recientemente nombrada como nueva directora de la Unidad Administrativa Especial Cuerpo Oficial de Bomberos de Pereira, llegó hasta el lugar y dejó varias recomendaciones: no dejar velones encendidos, no dejar electrodomésticos conectados innecesariamente y hacer revisiones periódicas en las instalaciones eléctricas de las casas, para evitar que una chispa termine convirtiéndose en tragedia.
La falla
El cautín quedó conectado pero no encendido, se habría sobrecalentado y al parecer generó el corto circuito.
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El incendio
Eran las 11:20 de la mañana, en el barrio La Playita, calle 65, Alexander Cerón Montoya estaba arreglando un aparato con un cautín. Según contó, dejó el cautín conectado, pero no encendido, y salió un momento a la tienda a comprar una pega para terminar el arreglo. Cuando regresaba, se dio cuenta de que algo andaba muy mal: la parte de arriba, es decir, el tercer piso de su casa, se estaba incendiando. Intentó entrar para sacar algunos enseres, pero las llamas ya estaban tan apoderadas de todo que no logró salvar nada. Lo único que consiguió fue causarse varias quemaduras.
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De inmediato llamaron al Cuerpo Oficial de Bomberos que llegó en un dos por tres, pero el fuego no perdona. Pese a la rápida reacción, todo se perdió. El tercer piso, donde al parecer se originó la falla eléctrica, quedó en cenizas, y el segundo piso también tuvo afectaciones, no tan grandes como las del tercero, pero sí considerables, además de que todo quedó empapado por el agua. El primer piso no fue alcanzado por las llamas, pero sí por el agua usada en la extinción. Gracias a esa respuesta se evitó que el fuego arrasara con las viviendas vecinas, ya que todas las casas están muy pegadas unas de otras.
Los bomberos
Estos héroes sin capa llegaron con cuatro máquinas y 18 unidades. Varios se pusieron sus equipos de protección respiratoria y se ubicaron tanto al frente de la vivienda como en la parte de atrás, por la otra calle, para atacar las llamas desde ambos lados. Tuvieron que habilitar varias mangueras, porque el fuego estaba aferrado al lugar: el piso era de madera y había mucho material inflamable, lo que hizo que el incendio se propagara rápidamente.
Las fases de la atención
Una vez apagado el fuego visible en su totalidad y neutralizada la intensidad de las llamas, empezó la segunda fase, la remoción de escombros con herramientas adecuadas, para asegurarse de que no quedaran brasas escondidas. Luego vino la tercera fase, echar agua, mover y mojar todo hasta que el lugar quedara completamente frío.
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Dato
Alexander sufrió quemaduras de segundo grado en varias partes del cuerpo. La más grande está en el brazo izquierdo; también presenta quemaduras pequeñas en el brazo derecho, en ambos hombros y en la espalda.
La casa
La vivienda es de tres pisos. En el tercero vive Alexander Cerón Montoya, de 40 años. En el segundo piso vive su mamá, doña Amparo Cerón Montoya, junto a su hermano Arbey. En el primer piso reside una inquilina, Adda Lucía Murillo, quien vive allí con tres personas más.
La inquilina
Adda Lucía Murillo mencionó que también está muy triste, pues se le mojaron todos sus enseres. No solo le duele lo que le pasó a ella, sino también lo que sufrió la familia a la que le arrienda el primer piso. Dice que Alexander es “un pan de Dios”, una persona muy querida en el barrio, muy servicial, “es a todo dar”. Q’hubo habló con él y pudo constatar que, a pesar de estar afectado, mantiene una buena actitud ante esta nueva adversidad de la vida.
Dato
La ambulancia llegó para atender a Alexander, pero al principio él no quiso dejarse llevar porque estaba en shock. Luego sí acudió a un centro asistencial, ya que los bomberos le insistieron en que era muy peligroso quedarse con esas heridas sin valoración médica.
La mamá
Amparo Cerón Montoya habló con Q’hubo, llorando y muy afectada por lo ocurrido. Contó que cualquier ayuda sirve, porque esa casa era de su mamá, que ya falleció, y ellos quedaron viviendo allí. “Es la casa de nosotros y prácticamente quedamos sin nada”, dijo. Agregó que cualquier aporte es bienvenido y dejó su número de contacto: 321 611 06 45, además de pedirle a la Alcaldía de Pereira que por favor los ayude.
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Alexander Cerón Montoya
Alexander manifestó que todo fue muy rápido, que no se demoró casi nada en ir a la tienda, y que cuando regresó no podía creer lo que estaba viendo. Dijo que se siente muy triste por lo que pasó, pero que, gracias a Dios, no hubo pérdidas humanas, solo materiales. Afirmó que toca seguir para adelante, que esta es otra mala jugada de la vida, pero que ya ha salido de muchas y que de esta también va a salir.
La nueva directora de Bomberos
Nataly Calderón Melo, recientemente nombrada como nueva directora de la Unidad Administrativa Especial Cuerpo Oficial de Bomberos de Pereira, llegó hasta el lugar y dejó varias recomendaciones: no dejar velones encendidos, no dejar electrodomésticos conectados innecesariamente y hacer revisiones periódicas en las instalaciones eléctricas de las casas, para evitar que una chispa termine convirtiéndose en tragedia.
La falla
El cautín quedó conectado pero no encendido, se habría sobrecalentado y al parecer generó el corto circuito.
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