Todo iba a ser una tarde de disfraces y risas, pero terminó en tragedia. La curiosidad, una silla y un descuido bastaron para que una niña d...
Todo iba a ser una tarde de disfraces y risas, pero terminó en tragedia. La curiosidad, una silla y un descuido bastaron para que una niña de 10 años cayera desde un cuarto piso.
¿Qué pasó?
El accidente ocurrió la tarde del jueves en una vivienda del centro de Pereira, cuando una pequeña de 10 años se alistaba junto a su hermana mayor para salir a comprar un disfraz para disfrutar el día de Halloween. Según, mientras se preparaban, la niña escuchó una pelea de gatos en el techo vecino, entre ellos su mascota, un felino llamado Tommy.
La hermana le dijo que esperara un momento mientras se maquillaba para salir y que mejor se pusiera a lavar unas medias, pero la menor hizo caso omiso y decidió ir a espantar los gatos echándoles agua, ya que no quería que lastimaran a su mascota.
En un descuidito de segundos, la niña arrimó una silla hasta el balcón del apartamento, una zona que no tiene protección, solo dos barandas que no cubren del todo el vacío. La pequeña se subió, puso un pie mal, perdió el equilibrio y cayó al vacío desde el cuarto piso.
El susto
El grito desgarrador se escuchó por todo el edificio. La hermana, al voltear, solo vio el vacío y la silla tirada, corrió desesperada hacia la calle y la encontró en el piso, boca abajo, con las piernas torcidas y sin poder moverse. Ella, horrorizada, trató de auxiliarla, pero la niña no podía respirar bien y apenas alcanzó a pronunciar un nombre antes de desmayarse y se pudo morada.
El caos para atenderla
Según, la hermana llamó a varias ambulancias, pero ninguna quería ir, se desconocen las causas. Solo después de varios minutos llegó una, que la trasladó al Hospital Universitario San Jorge, donde permanece bajo observación médica. Ayer los médicos ya iniciaron radiografías y estudios para verificar fracturas y posibles lesiones internas.
Lo que dicen los familiares
El ambiente en el hospital es de angustia y reproche. Uno de los familiares, entre la rabia y la impotencia, le dijo a la mamá: “¿Ve por ese gato? Cuántas veces le dije que ese gato solo traía problemas”. La madre, entre lágrimas, solo pedía que la niña resistiera, mantiene su fe intacta al igual que toda su familia que todo saldrá bien y que esto es solo un susto más.
¿Qué pasó?
El accidente ocurrió la tarde del jueves en una vivienda del centro de Pereira, cuando una pequeña de 10 años se alistaba junto a su hermana mayor para salir a comprar un disfraz para disfrutar el día de Halloween. Según, mientras se preparaban, la niña escuchó una pelea de gatos en el techo vecino, entre ellos su mascota, un felino llamado Tommy.
La hermana le dijo que esperara un momento mientras se maquillaba para salir y que mejor se pusiera a lavar unas medias, pero la menor hizo caso omiso y decidió ir a espantar los gatos echándoles agua, ya que no quería que lastimaran a su mascota.
En un descuidito de segundos, la niña arrimó una silla hasta el balcón del apartamento, una zona que no tiene protección, solo dos barandas que no cubren del todo el vacío. La pequeña se subió, puso un pie mal, perdió el equilibrio y cayó al vacío desde el cuarto piso.
El susto
El grito desgarrador se escuchó por todo el edificio. La hermana, al voltear, solo vio el vacío y la silla tirada, corrió desesperada hacia la calle y la encontró en el piso, boca abajo, con las piernas torcidas y sin poder moverse. Ella, horrorizada, trató de auxiliarla, pero la niña no podía respirar bien y apenas alcanzó a pronunciar un nombre antes de desmayarse y se pudo morada.
El caos para atenderla
Según, la hermana llamó a varias ambulancias, pero ninguna quería ir, se desconocen las causas. Solo después de varios minutos llegó una, que la trasladó al Hospital Universitario San Jorge, donde permanece bajo observación médica. Ayer los médicos ya iniciaron radiografías y estudios para verificar fracturas y posibles lesiones internas.
Lo que dicen los familiares
El ambiente en el hospital es de angustia y reproche. Uno de los familiares, entre la rabia y la impotencia, le dijo a la mamá: “¿Ve por ese gato? Cuántas veces le dije que ese gato solo traía problemas”. La madre, entre lágrimas, solo pedía que la niña resistiera, mantiene su fe intacta al igual que toda su familia que todo saldrá bien y que esto es solo un susto más.

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