Mientras la gente madrugaba a trabajar, esta rosca movía plata a lo loco, más de 21 millones diarios, más de 50 puntos de venta y un manual ...
Mientras la gente madrugaba a trabajar, esta rosca movía plata a lo loco, más de 21 millones diarios, más de 50 puntos de venta y un manual de claves para hablar de droga, armas y policías. Desde las 6:00 a. m. del 22 de agosto, la Sijín, con apoyo de Dipol y Sipol, les cayó con 8 allanamientos y dejó al desnudo a La Oficina, brazo del grupo armado organizado La Cordillera, que se agarraba a plomo con Los Rebeldes por el territorio.
¿Qué pasó?
La operación Japón les desbarató el negocio y el teatro. En los registros incautaron un revólver, 14 cartuchos, 12 celulares y medio kilo de marihuana listica para el menudeo. Las escuchas fueron el tiro de gracia, ahí quedó cómo ponían precios, rutas y cuotas, según desde el 16 de agosto de 2024 ya tenían ese control fino, cómo avisaban operativos para volarse, y cómo hablaban en clave de tamales, pelotas, cachitos y bananas para no decir droga.
También saltó que usaban Pereira como centro para microtráfico y que coordinaban envíos de clorhidrato de cocaína a Europa con escala en Bogotá. Cuando ‘olían’ policías, el presunto jefe, Wilmar alias el Viejo se corría para Santa Rosa, Salento o una finca a refugiarse.
Así los pillaron
Todo esto se conoció porque la Fiscalía interceptó los celulares de cada uno de ellos y en esas llamadas quedó al desnudo cada movimiento, cada venta y hasta las órdenes en clave que manejaban como si fuera una empresa criminal.
Los 10 capturados
Cristhian Rico López, tendría el rol de campanero a este le encontraron marihuana, gramera, bolsas, 8 cartuchos y revólver. La droga estaba en 101 bolsas herméticas, además de cigarrillos y otras presentaciones; los reportes hablan de 1.233 g en total y de 1.355 g brutos con algo más de 1.000 g netos positivos para marihuana.
Sandra Milena Suárez Aguirre, alias Sandra sería la mano derecha y administradora de expendios; recibía plata de vendedores, surtía y vigilaba.
José Iván Suárez López, papá de Sandra, apoyaría el suministro y vigilancia.
Miguel Ángel Gómez Calle, sería presunto expendedor de dosis.
Anderson Vargas Bueno, alias el Profe, lo señalan de ser el presunto administrador de zonas y seguridad; manejaba el punto de Avenida del Río entre calle 16 y 28, carreras 1.ª a 3.ª; era el que avisaba operativos.
Paula Andrea Pérez Rodríguez, pareja de Wilmar; manejaría las finanzas, cuentas bancarias y Nequi, coordinaría la recolección, mínima y liquidación.
Wilmar Augusto Perdomo, alias el Viejo, sería jefe de la organización y prestamista, dueño de un estanquillo en barrio La Unidad; coordinador de todo.
Alveiro Londoño Toro, sería un presunto recolector de dineros y vendedor por orden de Wilmar; hablaba en código.
Santiago Sánchez Sierra alias El Morro, lo señalan de ser campanero y vendedor de zona.
Deivison Monsalve Alvarado, venezolano, sería expendedor de pequeñas dosis.
Territorio caliente
El negocio se regó por El Triunfo, Avenida del Río, calles 17 y 18, La Churria, Camilo Torres, Colinas del Triunfo, La Laguna, Moscú, 2500 Lotes, La Mariana, La Graciela, Circunvalar, Cerrito, San Fernando, Los Naranjos, Japón, Tokio, Las Brisas, San Juan de Dios, San Francisco, Florida, San Judas, Guadualito, San Diego, Pueblo del Sol… y más. Más de 52 expendios entre Pereira y Dosquebradas.
Botín de la caída
En los 8 allanamientos, se incautó 1 arma, 14 cartuchos, 12 celulares, 500 gr. incautados en el operativo general. En el caso de Cristhian Rico, 101 bolsas, varios cigarrillos y otras presentaciones.
Finanzas en modo empresa
Paula manejaba cuentas, recaudos de ventas y de préstamos de Wilmar. En llamadas, coordina con una contadora para impuestos y renta por el volumen de plata moviéndose en bancos y apps.
Claves del hampa
Droga: tamales, cachitos, pelotas, camisetas, bananas, comida, tusi.
Armas: herramientas, el niño (así llamaban al revólver), traumática, la niña.
Policía: aguacates, verdes, tombos.
Interceptaciones que queman
“El parcero de la Sijín” habría avisado la bajada de un operativo a las 5:40.
Anderson habla de “quemar algo”, “rafagazos” y “32 tiros”; menciona uzi y que “se nos acaban las balas”.
Cómo empezó a caerse la estantería
El 12 de agosto de 2024 una fuente humana soltó los primeros abonados y la punta del hilo; desde ahí monitoreo de comunicaciones y seguimiento a rutas y precios. La banda se hacía llamar La Oficina y, si alguien quería meterse a vender en su patio, lo doblaban a plomo.
Nombres que salen en el radar
Gina Vanesa Sánchez Suárez, hija de Sandra, mencionada; Edier alias Winnie Pooh ya estaba capturado y movía el expendio de La Unidad; se habló de anillos de seguridad en La Virginia, nóminas y cuotas para mantener aceitado el negocio.
Antecedentes y caídas previas
Varios de la banda ya habían caído antes por droga. A Miguel Ángel Gómez lo agarraron el 22 de octubre de 2024 con bazuco. Y a Anderson le rogaron a la Policía que lo pusieran como consumidor y no como vendedor, y así quedó registrado, según se oyó en sala.
La audiencia
En la diligencia judicial la Fiscalía pidió medida de aseguramiento para los diez capturados, dejando claro que a Cristian Rico López le imputaron los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes junto con tráfico, fabricación o porte de armas, mientras que a los demás les endilgaron concierto para delinquir agravado y tráfico de estupefacientes, todo esto en medio de una sala donde ninguno aceptó cargos y el juez decidió continuar la audiencia de medida de aseguramiento el lunes a la una de la tarde.
¿Qué pasó?
La operación Japón les desbarató el negocio y el teatro. En los registros incautaron un revólver, 14 cartuchos, 12 celulares y medio kilo de marihuana listica para el menudeo. Las escuchas fueron el tiro de gracia, ahí quedó cómo ponían precios, rutas y cuotas, según desde el 16 de agosto de 2024 ya tenían ese control fino, cómo avisaban operativos para volarse, y cómo hablaban en clave de tamales, pelotas, cachitos y bananas para no decir droga.
También saltó que usaban Pereira como centro para microtráfico y que coordinaban envíos de clorhidrato de cocaína a Europa con escala en Bogotá. Cuando ‘olían’ policías, el presunto jefe, Wilmar alias el Viejo se corría para Santa Rosa, Salento o una finca a refugiarse.
Así los pillaron
Todo esto se conoció porque la Fiscalía interceptó los celulares de cada uno de ellos y en esas llamadas quedó al desnudo cada movimiento, cada venta y hasta las órdenes en clave que manejaban como si fuera una empresa criminal.
Los 10 capturados
Cristhian Rico López, tendría el rol de campanero a este le encontraron marihuana, gramera, bolsas, 8 cartuchos y revólver. La droga estaba en 101 bolsas herméticas, además de cigarrillos y otras presentaciones; los reportes hablan de 1.233 g en total y de 1.355 g brutos con algo más de 1.000 g netos positivos para marihuana.
Sandra Milena Suárez Aguirre, alias Sandra sería la mano derecha y administradora de expendios; recibía plata de vendedores, surtía y vigilaba.
José Iván Suárez López, papá de Sandra, apoyaría el suministro y vigilancia.
Miguel Ángel Gómez Calle, sería presunto expendedor de dosis.
Anderson Vargas Bueno, alias el Profe, lo señalan de ser el presunto administrador de zonas y seguridad; manejaba el punto de Avenida del Río entre calle 16 y 28, carreras 1.ª a 3.ª; era el que avisaba operativos.
Paula Andrea Pérez Rodríguez, pareja de Wilmar; manejaría las finanzas, cuentas bancarias y Nequi, coordinaría la recolección, mínima y liquidación.
Wilmar Augusto Perdomo, alias el Viejo, sería jefe de la organización y prestamista, dueño de un estanquillo en barrio La Unidad; coordinador de todo.
Alveiro Londoño Toro, sería un presunto recolector de dineros y vendedor por orden de Wilmar; hablaba en código.
Santiago Sánchez Sierra alias El Morro, lo señalan de ser campanero y vendedor de zona.
Deivison Monsalve Alvarado, venezolano, sería expendedor de pequeñas dosis.
Territorio caliente
El negocio se regó por El Triunfo, Avenida del Río, calles 17 y 18, La Churria, Camilo Torres, Colinas del Triunfo, La Laguna, Moscú, 2500 Lotes, La Mariana, La Graciela, Circunvalar, Cerrito, San Fernando, Los Naranjos, Japón, Tokio, Las Brisas, San Juan de Dios, San Francisco, Florida, San Judas, Guadualito, San Diego, Pueblo del Sol… y más. Más de 52 expendios entre Pereira y Dosquebradas.
Botín de la caída
En los 8 allanamientos, se incautó 1 arma, 14 cartuchos, 12 celulares, 500 gr. incautados en el operativo general. En el caso de Cristhian Rico, 101 bolsas, varios cigarrillos y otras presentaciones.
Finanzas en modo empresa
Paula manejaba cuentas, recaudos de ventas y de préstamos de Wilmar. En llamadas, coordina con una contadora para impuestos y renta por el volumen de plata moviéndose en bancos y apps.
Claves del hampa
Droga: tamales, cachitos, pelotas, camisetas, bananas, comida, tusi.
Armas: herramientas, el niño (así llamaban al revólver), traumática, la niña.
Policía: aguacates, verdes, tombos.
Interceptaciones que queman
“El parcero de la Sijín” habría avisado la bajada de un operativo a las 5:40.
Anderson habla de “quemar algo”, “rafagazos” y “32 tiros”; menciona uzi y que “se nos acaban las balas”.
Cómo empezó a caerse la estantería
El 12 de agosto de 2024 una fuente humana soltó los primeros abonados y la punta del hilo; desde ahí monitoreo de comunicaciones y seguimiento a rutas y precios. La banda se hacía llamar La Oficina y, si alguien quería meterse a vender en su patio, lo doblaban a plomo.
Nombres que salen en el radar
Gina Vanesa Sánchez Suárez, hija de Sandra, mencionada; Edier alias Winnie Pooh ya estaba capturado y movía el expendio de La Unidad; se habló de anillos de seguridad en La Virginia, nóminas y cuotas para mantener aceitado el negocio.
Antecedentes y caídas previas
Varios de la banda ya habían caído antes por droga. A Miguel Ángel Gómez lo agarraron el 22 de octubre de 2024 con bazuco. Y a Anderson le rogaron a la Policía que lo pusieran como consumidor y no como vendedor, y así quedó registrado, según se oyó en sala.
La audiencia
En la diligencia judicial la Fiscalía pidió medida de aseguramiento para los diez capturados, dejando claro que a Cristian Rico López le imputaron los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes junto con tráfico, fabricación o porte de armas, mientras que a los demás les endilgaron concierto para delinquir agravado y tráfico de estupefacientes, todo esto en medio de una sala donde ninguno aceptó cargos y el juez decidió continuar la audiencia de medida de aseguramiento el lunes a la una de la tarde.
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