Montaban guardia, se turnaban los puntos y hasta regañaban a los que lo hacían mal. Lo que parecía un barrio tranquilo terminó siendo la bas...
Montaban guardia, se turnaban los puntos y hasta regañaban a los que lo hacían mal. Lo que parecía un barrio tranquilo terminó siendo la base de una miniempresa criminal que lo manejaba todo, la venta, la vigilancia y la amenaza. Ayer la Fiscalía les cantó la tabla.
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| Los Callejeros, banda de Los Rebeldes |
El allanamiento
La Fiscalía 06 Especializada Antinarcóticos, con apoyo de Policía Judicial, Inteligencia de la Metropolitana, Ejército y cámaras de seguridad, le echó el guante a la estructura delincuencial 'Los Callejeros', que por meses manejó la venta de bazuco y marihuana.
El operativo fue en el barrio El Rosal, donde cayeron siete piezas clave de este ajedrez criminal. Todos tenían rol fijo, unos vendían, otros hacían de campaneros, y uno, el mandamás, les gritaba si no le gustaba cómo estaban vendiendo el vicio.
Según la investigación, el negocio era tan bueno que hasta tenían horarios para trabajar los puntos calientes, ubicados al frente de la Universidad Católica, la cancha del barrio, el Parque del Café y el lote donde hace poco estuvo el Circo. O sea, lo hacían delante de todo el mundo, sin pudor ni miedo.
La Fiscalía los tenía pillados con seguimientos, videos, un agente encubierto que se hizo pasar por cliente, y toda la historia de cómo convirtieron al barrio en su propio punto narco. Hoy se les imputaron cargos por concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes agravado.
Los pillos
Kevin Andrés Herrera Carvajal, alias Kevin, el que mandaba la parada. Dirigía, regañaba, organizaba y vendía. Controlaba todo con puño de hierro.
Faber Stiven Jiménez Gañán, alias Faber, vendía y era campanero.
Misael Antonio Florez Vallejo, alias Madero , autorizado por Kevin para vender en la vía principal. Ya tenía prontuario.
Danny Alberto Daza Cañas, alias El Cojo, otro vendedor estrella, con pasado judicial.
Jhefferson Ramírez Cardona, alias El Primo, hacía doble turno, vendía y campaneaba.
Jhon Freddy García Fuentes, alias El Flaco, el que más vendía.
Edward Andrés Osorio Soto, alias El Mono, otro que no se quedaba atrás en ventas. También con antecedentes.
El pleque-pleque
En plena imputación en la audiencia, la defensa se fue lanza en ristre contra la Fiscalía. Según ellos, los estaban 'intimidando' con tanta evidencia. El juez los frenó en seco, “Le están explicando punto por punto, no vuelva a interrumpir”.
Los que se tragó la tierra
En medio del desorden que dejaron los combos en El Rosal, también hay muertos que nadie ha reclamado y otros que simplemente desaparecieron.
Uno de ellos es alias Mamita, hombre de confianza de Kevin, que vendía droga en el barrio y seguía al pie de la letra las órdenes del jefe. De un momento a otro, se esfumó sin dejar rastro. Se presume que su desaparición fue un ajuste interno por parte del mismo grupo, pero también se presume de que fue Cordillera, queriendo retomar el control.
Y como si eso fuera poco, Duván Esteban Montes Marín, más conocido como alias Banano, de 28 años, desapareció el 26 de junio. Lo encontraron el 9 de julio en La Dulcera, en alto estado de descomposición. Vivía en la casa 259 del mismo barrio donde se movía toda la mafia.
Y hay más… al menos una tercera persona sigue sin aparecer, y las versiones apuntan a que también podría haber sido 'borrada' como castigo, advertencia o traición. ¿Los mandaron picar? ¿Los enterraron? ¿Fue Cordillera? ¿Fueron los mismos Rebeldes limpiando la casa?
Esa es la otra parte de esta historia… la que no sale en la audiencia, pero sí se siente en las calles.
De Cordillera a Rebeldes
Esta banda salió de una ruptura interna tras la muerte de Lalo, otro miembro pesado de Cordillera. De ahí nacieron Los Rebeldes, con el barrio dividido, el control territorial a punta de plomo, y los desaparecidos como advertencia para los que se les atraviesan.
La defensa, sin fe
El abogado defensor pidió revisar todo el material para ver si de verdad pasaron las cosas. También pidió a los suyos no aceptar cargos.
Armas, amenazas y plomo
Quien se atreva a vender droga sin permiso en El Rosal… lo matan. Así de claro. El control es a punta de pistola y con el sello de alias El Mocho, el papá de Kevin.
Los tenían en la mira
Desde enero del 2025, la comunidad venía denunciando cómo se estaba pudriendo el barrio El Rosal. La gente no aguantaba más el corre-corre, las ventas a plena luz del día y los combos armados.
Ahí empezó todo, la Fiscalía les montó vigilancia, ya con todas las pruebas, lograron que un juez les firmara las órdenes de captura.
¿Qué sigue?
Hoy a las 10 de la mañana continúa la audiencia de medida de aseguramiento.
La Fiscalía tiene pruebas, nombres, videos y hasta testigos.
Ahora, le toca convencer al juez de que estos no eran vendedores cualquiera… sino una red multicriminal urbana.
El operativo fue en el barrio El Rosal, donde cayeron siete piezas clave de este ajedrez criminal. Todos tenían rol fijo, unos vendían, otros hacían de campaneros, y uno, el mandamás, les gritaba si no le gustaba cómo estaban vendiendo el vicio.
Según la investigación, el negocio era tan bueno que hasta tenían horarios para trabajar los puntos calientes, ubicados al frente de la Universidad Católica, la cancha del barrio, el Parque del Café y el lote donde hace poco estuvo el Circo. O sea, lo hacían delante de todo el mundo, sin pudor ni miedo.
La Fiscalía los tenía pillados con seguimientos, videos, un agente encubierto que se hizo pasar por cliente, y toda la historia de cómo convirtieron al barrio en su propio punto narco. Hoy se les imputaron cargos por concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes agravado.
Los pillos
Kevin Andrés Herrera Carvajal, alias Kevin, el que mandaba la parada. Dirigía, regañaba, organizaba y vendía. Controlaba todo con puño de hierro.
Faber Stiven Jiménez Gañán, alias Faber, vendía y era campanero.
Misael Antonio Florez Vallejo, alias Madero , autorizado por Kevin para vender en la vía principal. Ya tenía prontuario.
Danny Alberto Daza Cañas, alias El Cojo, otro vendedor estrella, con pasado judicial.
Jhefferson Ramírez Cardona, alias El Primo, hacía doble turno, vendía y campaneaba.
Jhon Freddy García Fuentes, alias El Flaco, el que más vendía.
Edward Andrés Osorio Soto, alias El Mono, otro que no se quedaba atrás en ventas. También con antecedentes.
El pleque-pleque
En plena imputación en la audiencia, la defensa se fue lanza en ristre contra la Fiscalía. Según ellos, los estaban 'intimidando' con tanta evidencia. El juez los frenó en seco, “Le están explicando punto por punto, no vuelva a interrumpir”.
Los que se tragó la tierra
En medio del desorden que dejaron los combos en El Rosal, también hay muertos que nadie ha reclamado y otros que simplemente desaparecieron.
Uno de ellos es alias Mamita, hombre de confianza de Kevin, que vendía droga en el barrio y seguía al pie de la letra las órdenes del jefe. De un momento a otro, se esfumó sin dejar rastro. Se presume que su desaparición fue un ajuste interno por parte del mismo grupo, pero también se presume de que fue Cordillera, queriendo retomar el control.
Y como si eso fuera poco, Duván Esteban Montes Marín, más conocido como alias Banano, de 28 años, desapareció el 26 de junio. Lo encontraron el 9 de julio en La Dulcera, en alto estado de descomposición. Vivía en la casa 259 del mismo barrio donde se movía toda la mafia.
Y hay más… al menos una tercera persona sigue sin aparecer, y las versiones apuntan a que también podría haber sido 'borrada' como castigo, advertencia o traición. ¿Los mandaron picar? ¿Los enterraron? ¿Fue Cordillera? ¿Fueron los mismos Rebeldes limpiando la casa?
Esa es la otra parte de esta historia… la que no sale en la audiencia, pero sí se siente en las calles.
De Cordillera a Rebeldes
Esta banda salió de una ruptura interna tras la muerte de Lalo, otro miembro pesado de Cordillera. De ahí nacieron Los Rebeldes, con el barrio dividido, el control territorial a punta de plomo, y los desaparecidos como advertencia para los que se les atraviesan.
La defensa, sin fe
El abogado defensor pidió revisar todo el material para ver si de verdad pasaron las cosas. También pidió a los suyos no aceptar cargos.
Armas, amenazas y plomo
Quien se atreva a vender droga sin permiso en El Rosal… lo matan. Así de claro. El control es a punta de pistola y con el sello de alias El Mocho, el papá de Kevin.
Los tenían en la mira
Desde enero del 2025, la comunidad venía denunciando cómo se estaba pudriendo el barrio El Rosal. La gente no aguantaba más el corre-corre, las ventas a plena luz del día y los combos armados.
Ahí empezó todo, la Fiscalía les montó vigilancia, ya con todas las pruebas, lograron que un juez les firmara las órdenes de captura.
¿Qué sigue?
Hoy a las 10 de la mañana continúa la audiencia de medida de aseguramiento.
La Fiscalía tiene pruebas, nombres, videos y hasta testigos.
Ahora, le toca convencer al juez de que estos no eran vendedores cualquiera… sino una red multicriminal urbana.

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