Una noticia desgarradora tiene de luto a una familia del municipio de La Virginia. Fabio Noriega Restrepo, un hombre trabajador, noble y lle...
Una noticia desgarradora tiene de luto a una familia del municipio de La Virginia. Fabio Noriega Restrepo, un hombre trabajador, noble y lleno de sueños, fue asesinado de la manera más cruel en Ecuador, país al que había llegado buscando un mejor futuro para él y sus seres queridos.

¿Qué pasó?
Fabio tenía 49 años y, como muchos, dejó su tierra hace cuatro años con la esperanza de salir adelante. Se fue para el vecino país a ganarse la vida como jornalero, cuidando una finca en la parroquia San Juan, del cantón Pueblo Viejo, en la provincia de Los Ríos. Allá trabajaba, vivía y soñaba con volver algún día a su querida La Virginia.
Todo ocurrió en la tarde del jueves 10 de julio, cuando varios hombres armados entraron a la vivienda donde residía Fabio. Según información divulgada por medios de comunicación ecuatorianos, según testigos, el risaraldense suplicó por su vida pero los agresores no se detuvieron, lo atacaron brutalmente con machetes y luego huyeron, dejándolo tendido en la sala.
Lo que dicen las autoridades
La Policía acudió de inmediato tras recibir el reporte y, junto a Criminalística, realizaron la inspección del lugar donde hallaron dos machetes y un cuchillo usados posiblemente en el crimen. El cuerpo fue trasladado a la morgue del cantón Ventanas, donde permanece a la espera de que sus familiares viajen desde el municipio de La Virginia a reclamarlo.
Agentes de la Dinased (Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida) se hicieron cargo del caso. Por ahora, no hay capturados ni pistas claras. La Policía ecuatoriana inició una investigación para dar con los responsables de este homicidio.
Su vida
Fabio del barrio Restrepo de La Virginia, donde nació y se crió y quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre humilde, trabajador y de buen corazón. Salió del país por necesidad, no por gusto. Quería brindarle algo mejor a su familia, y por eso aceptó cuidar esa finca tan lejos de casa. Desde entonces trabajaba como jornalero y vivía en la finca que cuidaba. Sus familiares ya adelantan los trámites para repatriar el cuerpo y darle cristiana sepultura en su tierra, donde amigos y vecinos lo esperan para darle el último adiós.

¿Qué pasó?
Fabio tenía 49 años y, como muchos, dejó su tierra hace cuatro años con la esperanza de salir adelante. Se fue para el vecino país a ganarse la vida como jornalero, cuidando una finca en la parroquia San Juan, del cantón Pueblo Viejo, en la provincia de Los Ríos. Allá trabajaba, vivía y soñaba con volver algún día a su querida La Virginia.
Todo ocurrió en la tarde del jueves 10 de julio, cuando varios hombres armados entraron a la vivienda donde residía Fabio. Según información divulgada por medios de comunicación ecuatorianos, según testigos, el risaraldense suplicó por su vida pero los agresores no se detuvieron, lo atacaron brutalmente con machetes y luego huyeron, dejándolo tendido en la sala.
Lo que dicen las autoridades
La Policía acudió de inmediato tras recibir el reporte y, junto a Criminalística, realizaron la inspección del lugar donde hallaron dos machetes y un cuchillo usados posiblemente en el crimen. El cuerpo fue trasladado a la morgue del cantón Ventanas, donde permanece a la espera de que sus familiares viajen desde el municipio de La Virginia a reclamarlo.
Agentes de la Dinased (Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida) se hicieron cargo del caso. Por ahora, no hay capturados ni pistas claras. La Policía ecuatoriana inició una investigación para dar con los responsables de este homicidio.
Su vida
Fabio del barrio Restrepo de La Virginia, donde nació y se crió y quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre humilde, trabajador y de buen corazón. Salió del país por necesidad, no por gusto. Quería brindarle algo mejor a su familia, y por eso aceptó cuidar esa finca tan lejos de casa. Desde entonces trabajaba como jornalero y vivía en la finca que cuidaba. Sus familiares ya adelantan los trámites para repatriar el cuerpo y darle cristiana sepultura en su tierra, donde amigos y vecinos lo esperan para darle el último adiós.
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