Blanca Estela Agudelo, una mujer de 74 años, muy querida y conocida por su restaurante en el corregimiento La Florida, fue encontrada sin vi...
Blanca Estela Agudelo, una mujer de 74 años, muy querida y conocida por su restaurante en el corregimiento La Florida, fue encontrada sin vida en el río Otún, sector de San José. Su partida inesperada ha dejado al corregimiento conmocionado y lleno de muchas preguntas. ¿Qué la llevó a encontrar refugio en el río? ¿Qué pensamientos la acompañaron en sus últimos momentos?

Todo sucedió al mediodía cuando unos motociclistas que pasaban por el lugar notaron un movimiento extraño en el agua. Se acercaron para ver qué ocurría y lo que encontraron los dejó sin palabras, el cuerpo de Blanca Estela estaba atrapado entre una gran roca del río. La corriente había arrastrado su cadáver hasta ese punto, pero el obstáculo evitó que siguiera río abajo.
Inmediatamente, los testigos corrieron al CAI de la Policía cercano para pedir ayuda. Los bomberos llegaron rápidamente con una camioneta de intervención y cuatro unidades. La comunidad, ya movilizada, ayudó a despejar el camino quitando ramas y obstáculos para facilitar el rescate.
Uno de los bomberos, equipado con arneses, se adentró en las frías aguas con ayuda de varios jóvenes del sector. Los muchachos con machetes cortaron las ramas que obstaculizaban el acceso al cuerpo, pero en unos de los intentos, la señora quedó atascada, lo que dificultaba aún más la maniobra. A pesar de que el cuerpo estaba fresco, y por su contextura resultaba pesado. Durante el rescate, el cuerpo estuvo a punto de escaparse por la corriente del afluente, pero lograron sujetarlo a tiempo. Después de varios intentos, lograron subirlo con el menor daño posible a pesar de las difíciles condiciones del terreno.
Cuando la Sijín ya preparaba el cadáver para el traslado, llegaron algunos familiares que inicialmente no lograron identificarla, por los fuertes golpes en la cara y espalda por el impacto contra las piedras del río, pero finalmente, confirmaron que se trataba de doña Blanca.
Ahí mismo realizaron la inspección técnica del cadáver. Luego, tras el protocolo habitual, el cuerpo fue llevado al instituto de medicina legal para la necropsia correspondiente y, finalmente, entregado a los familiares para su cristiana sepultura.
La señora que la cuidaba relató que doña Blanca padecía depresión y que en ocasiones expresó deseos de no seguir viviendo, aunque nunca había intentado hacer algo similar antes. Ese domingo no fue ella quien la acompañó, sino una de las hijas. Al parecer, la señora Blanca logró salir sin que nadie lo notara, prácticamente escapándose de su casa.
La comunidad está consternada por la pérdida de una mujer que, a pesar de sus dificultades, siempre fue trabajadora y conocida por su restaurante 'Parador Blanca', que llevaba más de siete años sirviendo a los vecinos y visitantes del sector. Aunque ya no trabajaba directamente en el local, el restaurante seguía siendo de su propiedad.

¿Qué pasó?
Ayer por la mañana, doña Blanca salió de su casa sola, algo inusual para quienes la conocían. A pesar de que solía estar siempre acompañada por algún familiar o por la señora que la cuidaba a diario, esta vez decidió caminar sola. Los vecinos la vieron en varias ocasiones durante la mañana, alrededor de las 11:10, primero cerca de su restaurante, luego subiendo de nuevo hacia el sector del puente en La Bananera. Nadie imaginó lo que estaba a punto de ocurrir.
Una imagen que jamás olvidarán
Todo sucedió al mediodía cuando unos motociclistas que pasaban por el lugar notaron un movimiento extraño en el agua. Se acercaron para ver qué ocurría y lo que encontraron los dejó sin palabras, el cuerpo de Blanca Estela estaba atrapado entre una gran roca del río. La corriente había arrastrado su cadáver hasta ese punto, pero el obstáculo evitó que siguiera río abajo.
Alerta en la vereda
Inmediatamente, los testigos corrieron al CAI de la Policía cercano para pedir ayuda. Los bomberos llegaron rápidamente con una camioneta de intervención y cuatro unidades. La comunidad, ya movilizada, ayudó a despejar el camino quitando ramas y obstáculos para facilitar el rescate.
Rescate complicado
Uno de los bomberos, equipado con arneses, se adentró en las frías aguas con ayuda de varios jóvenes del sector. Los muchachos con machetes cortaron las ramas que obstaculizaban el acceso al cuerpo, pero en unos de los intentos, la señora quedó atascada, lo que dificultaba aún más la maniobra. A pesar de que el cuerpo estaba fresco, y por su contextura resultaba pesado. Durante el rescate, el cuerpo estuvo a punto de escaparse por la corriente del afluente, pero lograron sujetarlo a tiempo. Después de varios intentos, lograron subirlo con el menor daño posible a pesar de las difíciles condiciones del terreno.
Reconocimiento y dolor
Cuando la Sijín ya preparaba el cadáver para el traslado, llegaron algunos familiares que inicialmente no lograron identificarla, por los fuertes golpes en la cara y espalda por el impacto contra las piedras del río, pero finalmente, confirmaron que se trataba de doña Blanca.
Ahí mismo realizaron la inspección técnica del cadáver. Luego, tras el protocolo habitual, el cuerpo fue llevado al instituto de medicina legal para la necropsia correspondiente y, finalmente, entregado a los familiares para su cristiana sepultura.
Una mujer luchadora
La señora que la cuidaba relató que doña Blanca padecía depresión y que en ocasiones expresó deseos de no seguir viviendo, aunque nunca había intentado hacer algo similar antes. Ese domingo no fue ella quien la acompañó, sino una de las hijas. Al parecer, la señora Blanca logró salir sin que nadie lo notara, prácticamente escapándose de su casa.
La comunidad está consternada por la pérdida de una mujer que, a pesar de sus dificultades, siempre fue trabajadora y conocida por su restaurante 'Parador Blanca', que llevaba más de siete años sirviendo a los vecinos y visitantes del sector. Aunque ya no trabajaba directamente en el local, el restaurante seguía siendo de su propiedad.
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