La angustia se apodera de una familia. Cristian Patiño Muñoz, de 23 años, trabaja como domiciliario de la carnicería Delicarnes ubicada en l...
La angustia se apodera de una familia. Cristian Patiño Muñoz, de 23 años, trabaja como domiciliario de la carnicería Delicarnes ubicada en la carrera 4 con calle 18 esquina y desapareció sin dejar rastro desde la noche del jueves. Su madre asegura que su corazón le dice que está vivo, pero el miedo y la incertidumbre no la dejan dormir.

¿Qué pasó?
Todo comenzó cuando Cristian salió de su casa alrededor de las 9:00 p.m., vestido con sudadera y camiseta negra, montado en su moto Eco Deluxe negra con gris, de placa KOK14F. Nadie sabía hacia dónde iba, ni con quién se iba a encontrar. Lo único claro es que desde ese momento, desapareció del mapa.
Q'hubo habló con su mamá, quien nos contó “él nunca me dice a dónde va, pero siempre me avisa si se va a quedar por fuera. Esta vez no lo hizo”... Además, el joven tenía planeado encontrarse con su novia esa noche, pero jamás llegó. La última vez que hablaron fue a las 8:30 p.m., pero después de eso, la dejó en visto. Desde entonces, su celular está apagado y la moto tampoco aparece.
La mamá no pierde la fe
Los días pasan y la desesperación crece, la madre del joven mantiene la esperanza, “mi corazón me dice que está vivo”, concluyó.
Cualquier información que pueda ayudar a dar con su paradero, por favor comunicarse al número 318 611 8478. Su familia lo espera con los brazos abiertos y el corazón en vilo.

¿Qué pasó?
Todo comenzó cuando Cristian salió de su casa alrededor de las 9:00 p.m., vestido con sudadera y camiseta negra, montado en su moto Eco Deluxe negra con gris, de placa KOK14F. Nadie sabía hacia dónde iba, ni con quién se iba a encontrar. Lo único claro es que desde ese momento, desapareció del mapa.
Q'hubo habló con su mamá, quien nos contó “él nunca me dice a dónde va, pero siempre me avisa si se va a quedar por fuera. Esta vez no lo hizo”... Además, el joven tenía planeado encontrarse con su novia esa noche, pero jamás llegó. La última vez que hablaron fue a las 8:30 p.m., pero después de eso, la dejó en visto. Desde entonces, su celular está apagado y la moto tampoco aparece.
La mamá no pierde la fe
Los días pasan y la desesperación crece, la madre del joven mantiene la esperanza, “mi corazón me dice que está vivo”, concluyó.
Cualquier información que pueda ayudar a dar con su paradero, por favor comunicarse al número 318 611 8478. Su familia lo espera con los brazos abiertos y el corazón en vilo.
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