Lo que parecía ser una noche cualquiera en el barrio Quintas del Sur, en la localidad de Ciudad Bolívar, terminó en tragedia. Yesica Paola C...
Lo que parecía ser una noche cualquiera en el barrio Quintas del Sur, en la localidad de Ciudad Bolívar, terminó en tragedia. Yesica Paola Chávez Bocanegra, una joven de tan solo 26 años, fue asesinada a sangre fría por su expareja, un policía que debía protegerla y no arrebatarle la vida.
El horror se vivió el martes 22 de abril, cerca de las 7 de la noche, cuando Andrés Julián Meza Ramírez, un uniformado activo de la Policía Nacional, entró armado a la peluquería donde trabajaba Yesica. Sin decir palabra, sacó su arma y le disparó… ¡10 veces! La joven no tuvo oportunidad de defenderse. Murió en el acto.
Lo que indigna aún más a la comunidad es que este sujeto ya tenía un historial de violencia. Dos anotaciones por violencia intrafamiliar —una en 2019 y otra reciente en 2024— que, según vecinos y familiares, estaban relacionadas con el mismo patrón de maltrato hacia Yesica.
Y pese a eso, seguía en servicio activo, con un arma en la cintura y sin restricciones aparentes.
Después del crimen, Meza se disparó en la cabeza. Aunque fue trasladado al hospital Meissen con signos vitales, murió minutos después.
Los testigos del horror narraron con dolor lo que pasó. Vieron cómo Yesica, concentrada en su trabajo, ni siquiera alcanzó a mirar a su agresor. Apenas lo vio entrar, ya estaba recibiendo los disparos. Un silencio absoluto se apoderó del local y después vino el grito desesperado de quienes estaban cerca.
Cuentan que Yesica había intentado rehacer su vida lejos de Meza, pues ya no quería vivir más con él por los constantes episodios de maltrato. Pero ese intento de libertad terminó en tragedia.
Cámaras de seguridad podrían esclarecer el hecho
La peluquería y sus alrededores cuentan con cámaras de seguridad que, según las autoridades, habrían registrado todo el crimen. Esas imágenes serán clave para reconstruir lo sucedido y evaluar si se pudieron tomar acciones preventivas, teniendo en cuenta los antecedentes del uniformado.
La Policía Metropolitana de Bogotá emitió un comunicado repudiando el crimen. El teniente coronel John Fernando Díaz lamentó el hecho y señaló que el agresor utilizó su arma personal para cometer el feminicidio.
“Repudiamos cualquier hecho que afecte la vida e integridad de nuestras mujeres. Acompañamos a la familia en este momento tan doloroso”, dijo la institución.
El horror se vivió el martes 22 de abril, cerca de las 7 de la noche, cuando Andrés Julián Meza Ramírez, un uniformado activo de la Policía Nacional, entró armado a la peluquería donde trabajaba Yesica. Sin decir palabra, sacó su arma y le disparó… ¡10 veces! La joven no tuvo oportunidad de defenderse. Murió en el acto.
Lo que indigna aún más a la comunidad es que este sujeto ya tenía un historial de violencia. Dos anotaciones por violencia intrafamiliar —una en 2019 y otra reciente en 2024— que, según vecinos y familiares, estaban relacionadas con el mismo patrón de maltrato hacia Yesica.
Y pese a eso, seguía en servicio activo, con un arma en la cintura y sin restricciones aparentes.
Después del crimen, Meza se disparó en la cabeza. Aunque fue trasladado al hospital Meissen con signos vitales, murió minutos después.
“Fue tan rápido que no pudimos hacer nada”
Los testigos del horror narraron con dolor lo que pasó. Vieron cómo Yesica, concentrada en su trabajo, ni siquiera alcanzó a mirar a su agresor. Apenas lo vio entrar, ya estaba recibiendo los disparos. Un silencio absoluto se apoderó del local y después vino el grito desesperado de quienes estaban cerca.
Cuentan que Yesica había intentado rehacer su vida lejos de Meza, pues ya no quería vivir más con él por los constantes episodios de maltrato. Pero ese intento de libertad terminó en tragedia.
Cámaras de seguridad podrían esclarecer el hecho
La peluquería y sus alrededores cuentan con cámaras de seguridad que, según las autoridades, habrían registrado todo el crimen. Esas imágenes serán clave para reconstruir lo sucedido y evaluar si se pudieron tomar acciones preventivas, teniendo en cuenta los antecedentes del uniformado.
Rechazo institucional
La Policía Metropolitana de Bogotá emitió un comunicado repudiando el crimen. El teniente coronel John Fernando Díaz lamentó el hecho y señaló que el agresor utilizó su arma personal para cometer el feminicidio.
“Repudiamos cualquier hecho que afecte la vida e integridad de nuestras mujeres. Acompañamos a la familia en este momento tan doloroso”, dijo la institución.
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