Las autoridades judiciales iniciaron la investigación para esclarecer el homicidio del reconocido abogado penalista Jhon Jairo Castaño Calde...
Las autoridades judiciales iniciaron la investigación para esclarecer el homicidio del reconocido abogado penalista Jhon Jairo Castaño Calderón, ocurrido en circunstancias que aún son materia de análisis. Castaño Calderón, quien llevaba importantes procesos judiciales en Cali y Medellín, era ampliamente conocido por su labor como defensor de confianza de presuntos integrantes de la banda delincuencial Cordillera.
El crimen, que ha generado conmoción en el gremio de los juristas, es investigado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), quienes adelantan labores de recolección de pruebas y testimonios para determinar los móviles del asesinato y dar con los responsables.
Castaño Calderón era una figura frecuente en audiencias de alto perfil, en especial en casos relacionados con el crimen organizado. Su rol como abogado defensor de personas vinculadas a estructuras delictivas lo hacía muy visible en diversos escenarios judiciales.
El celular
Según información preliminar, los sicarios que perpetraron el asesinato también se llevaron las pertenencias de la víctima, entre ellas su teléfono celular, un dispositivo que contenía información sensible no solo de sus clientes, también de servidores públicos de la Rama Judicial. En su lista de contactos figuraban fiscales, investigadores de la Policía Judicial e incluso jueces con los que discutía detalles de los procesos que llevaba de sus cobijados.
Hasta el momento, se desconoce en manos de qué tipo de delincuentes cayó el celular y si el objetivo de llevárselo era acceder a la información almacenada o simplemente hacer desaparecer el aparato. Tampoco se ha determinado si el robo de sus pertenencias tenía la intención de evitar su identificación inmediata o si se trató de una prueba para confirmar el cumplimiento del crimen por parte de los autores materiales.
Un abogado entre dos bandos
Castaño Calderón siempre había defendido a integrantes de la línea media de la organización y hasta a sicarios de Cordillera. De hecho, era considerado uno de los abogados de confianza de alias Juangui, quien fue cabecilla del brazo armado y hombre de confianza y de seguridad de Ferney Vélez Hernández, alias Garra (quien ya pagó su pena por concierto para delinquir).
Sin embargo, con la reciente división de la estructura criminal, el abogado presuntamente habría empezado a asesorar jurídicamente al nuevo grupo disidente, Los Rebeldes, lo que podría haberle costado la vida.
Delitos
La banda criminal Cordillera sigue siendo el grupo más temido y poderoso del Eje Cafetero, con tentáculos en el narcotráfico, pero también en muchos otros delitos, y culpable de crímenes, especialmente en Pereira, Quindío y el norte del Valle; parte se extendió también a Santa Rosa de Cabal.
Alias Carevieja y alias Truhan
Jhon Alexander Mejía Hurtado, conocido como alias Alex o Carevieja, y su hermano Jonatan Stiven Mejía Hurtado, alias Truhan, quienes serían unos de los duros del barrio San Judas y presuntos integrantes de Cordillera, fueron capturados por ser los presuntos responsables de la muerte de Lucas Villa.
Detenidos del Japón
Edison Camilo Becerra Cardona y Fabián Cárdenas Rivera, de 20 años, presuntos responsables de la muerte de Ricardo Andrés Vallejo Rivas, más conocido como Happy, en el municipio de Dosquebradas, fueron capturados el lunes 13 de enero en el barrio Mirador de Frailes, lo que se conoció como la presunta casa de piques.
Homicidio
Arbinsen Antonio Arenas Mejía, Diego Alejandro Medina Villa y Daniel Ricardo Gaviria, quienes están en juicio por la tortura y muerte de presuntos integrantes de la Cordillera.
¿Una traición desde adentro?
Castaño sabía que lo querían matar y casi no salía de su casa, por lo que las personas con las que se encontró eran de su confianza. Al parecer, alguien cercano lo entregó.
El crimen, que ha generado conmoción en el gremio de los juristas, es investigado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), quienes adelantan labores de recolección de pruebas y testimonios para determinar los móviles del asesinato y dar con los responsables.
Castaño Calderón era una figura frecuente en audiencias de alto perfil, en especial en casos relacionados con el crimen organizado. Su rol como abogado defensor de personas vinculadas a estructuras delictivas lo hacía muy visible en diversos escenarios judiciales.
¿Qué pasó?
Según las primeras pesquisas, en la tarde del jueves 6 de marzo, Castaño Calderón llegó al sector de Mercasa en Pereira, donde su hijo lo dejó, dado que lo iban a recoger en otro carro. Posteriormente, fue recogido por un Kia Picanto gris con placas falsas (PEN-039). Tras compartir en un establecimiento público, donde estuvo reunido con tres personas, salió solo con el conductor del carro y, en hechos que son materia de investigación, se dirigieron por la carretera Pereira-Armenia hasta la entrada del barrio Los Bohíos.
De acuerdo con testigos, el vehículo en el que se transportaba la víctima se detuvo en la tienda Bohíos. En ese instante, el conductor salió corriendo del carro y dos sicarios en moto se acercaron y abrieron fuego contra el abogado, quien iba como copiloto.
Castaño Calderón intentó reaccionar, abrió la puerta del vehículo y trató de bajarse, pero los atacantes siguieron disparándole hasta propinarle cerca de 22 impactos de bala. Minutos después, los asesinos regresaron, revisaron sus bolsillos y escaparon del lugar.
Sin identificar en el lugar del crimen
Cuando agentes de la Sijín y el CTI llegaron a la escena del crimen, no lo identificaron, ya que no portaba documentación y su apariencia había cambiado considerablemente. Se sospecha que estaba amenazado y sabía que lo querían asesinar, por lo que se mantenía oculto y había cambiado su apariencia física: estaba barbado, canoso y con el cabello largo.
Las primeras hipótesis indican que fue traicionado por personas de su confianza, quienes lo citaron a un encuentro y le tendieron una trampa que terminó en su ejecución.
Según las primeras pesquisas, en la tarde del jueves 6 de marzo, Castaño Calderón llegó al sector de Mercasa en Pereira, donde su hijo lo dejó, dado que lo iban a recoger en otro carro. Posteriormente, fue recogido por un Kia Picanto gris con placas falsas (PEN-039). Tras compartir en un establecimiento público, donde estuvo reunido con tres personas, salió solo con el conductor del carro y, en hechos que son materia de investigación, se dirigieron por la carretera Pereira-Armenia hasta la entrada del barrio Los Bohíos.
De acuerdo con testigos, el vehículo en el que se transportaba la víctima se detuvo en la tienda Bohíos. En ese instante, el conductor salió corriendo del carro y dos sicarios en moto se acercaron y abrieron fuego contra el abogado, quien iba como copiloto.
Castaño Calderón intentó reaccionar, abrió la puerta del vehículo y trató de bajarse, pero los atacantes siguieron disparándole hasta propinarle cerca de 22 impactos de bala. Minutos después, los asesinos regresaron, revisaron sus bolsillos y escaparon del lugar.
Sin identificar en el lugar del crimen
Cuando agentes de la Sijín y el CTI llegaron a la escena del crimen, no lo identificaron, ya que no portaba documentación y su apariencia había cambiado considerablemente. Se sospecha que estaba amenazado y sabía que lo querían asesinar, por lo que se mantenía oculto y había cambiado su apariencia física: estaba barbado, canoso y con el cabello largo.
Las primeras hipótesis indican que fue traicionado por personas de su confianza, quienes lo citaron a un encuentro y le tendieron una trampa que terminó en su ejecución.
Cifras:
17 vainillas calibre 9 milímetros se hallaron en el lugar de los hechos.
2 cartuchos sin percutir había en el lugar del crimen.
1 proyectil deformado.
17 vainillas calibre 9 milímetros se hallaron en el lugar de los hechos.
2 cartuchos sin percutir había en el lugar del crimen.
1 proyectil deformado.
El celular
Según información preliminar, los sicarios que perpetraron el asesinato también se llevaron las pertenencias de la víctima, entre ellas su teléfono celular, un dispositivo que contenía información sensible no solo de sus clientes, también de servidores públicos de la Rama Judicial. En su lista de contactos figuraban fiscales, investigadores de la Policía Judicial e incluso jueces con los que discutía detalles de los procesos que llevaba de sus cobijados.
Hasta el momento, se desconoce en manos de qué tipo de delincuentes cayó el celular y si el objetivo de llevárselo era acceder a la información almacenada o simplemente hacer desaparecer el aparato. Tampoco se ha determinado si el robo de sus pertenencias tenía la intención de evitar su identificación inmediata o si se trató de una prueba para confirmar el cumplimiento del crimen por parte de los autores materiales.
Muerte que prende las alarmas
La muerte de Castaño Calderón ha generado preocupación en las autoridades, pues su asesinato podría desatar nuevas represalias en el mundo criminal. Aunque las autoridades han señalado que la organización Cordillera está en un proceso de reestructuración, se ha confirmado que los recientes homicidios en la región obedecen a ajustes de cuentas tras la división de la banda.
Una fuente fidedigna le contó a este medio de comunicación que el abogado, días atrás, había estado intentando tener una conversación con ‘los de la Oficina’, no se sabe si pensaba pedir ayuda porque sabía que lo iban a matar o intentaba calmar los ánimos.
Actualmente, la estructura se encuentra fracturada en dos bandos: anteriormente, existía la línea de la marihuana creepy y la línea de los polvos (tusibi, cocaína y base de coca), fracciones que respetaban zonas y jefes; sin embargo, uno de los antiguos integrantes de Cordillera habría decidido formar un grupo aparte y, al parecer, pretendió adueñarse de la línea de la marihuana creepy, plan que contempló el asesinato de alias Torito en el corregimiento de Morelia, ocurrido el año pasado, quien, además, manejaría la zona de la Churria.
Desde entonces, dentro de esta banda delincuencial se libra una guerra que continúa y, ahora, la línea de ‘los polvos’ se hace llamar Los Rebeldes, que, al parecer, pretende tener el control de todo, con el agravante de que los de la ‘línea de la marihuana creepy’ han dejado en claro en el bajo mundo que “no se van a dejar quitar el control”. Fuentes cercanas a la organización manifiestan que “es por ello que ahora todos venden todo tipo de estupefacientes sin respetar la línea de nadie”.
La muerte de Castaño Calderón ha generado preocupación en las autoridades, pues su asesinato podría desatar nuevas represalias en el mundo criminal. Aunque las autoridades han señalado que la organización Cordillera está en un proceso de reestructuración, se ha confirmado que los recientes homicidios en la región obedecen a ajustes de cuentas tras la división de la banda.
Una fuente fidedigna le contó a este medio de comunicación que el abogado, días atrás, había estado intentando tener una conversación con ‘los de la Oficina’, no se sabe si pensaba pedir ayuda porque sabía que lo iban a matar o intentaba calmar los ánimos.
Actualmente, la estructura se encuentra fracturada en dos bandos: anteriormente, existía la línea de la marihuana creepy y la línea de los polvos (tusibi, cocaína y base de coca), fracciones que respetaban zonas y jefes; sin embargo, uno de los antiguos integrantes de Cordillera habría decidido formar un grupo aparte y, al parecer, pretendió adueñarse de la línea de la marihuana creepy, plan que contempló el asesinato de alias Torito en el corregimiento de Morelia, ocurrido el año pasado, quien, además, manejaría la zona de la Churria.
Desde entonces, dentro de esta banda delincuencial se libra una guerra que continúa y, ahora, la línea de ‘los polvos’ se hace llamar Los Rebeldes, que, al parecer, pretende tener el control de todo, con el agravante de que los de la ‘línea de la marihuana creepy’ han dejado en claro en el bajo mundo que “no se van a dejar quitar el control”. Fuentes cercanas a la organización manifiestan que “es por ello que ahora todos venden todo tipo de estupefacientes sin respetar la línea de nadie”.
Un abogado entre dos bandos
Castaño Calderón siempre había defendido a integrantes de la línea media de la organización y hasta a sicarios de Cordillera. De hecho, era considerado uno de los abogados de confianza de alias Juangui, quien fue cabecilla del brazo armado y hombre de confianza y de seguridad de Ferney Vélez Hernández, alias Garra (quien ya pagó su pena por concierto para delinquir).
Sin embargo, con la reciente división de la estructura criminal, el abogado presuntamente habría empezado a asesorar jurídicamente al nuevo grupo disidente, Los Rebeldes, lo que podría haberle costado la vida.
Delitos
La banda criminal Cordillera sigue siendo el grupo más temido y poderoso del Eje Cafetero, con tentáculos en el narcotráfico, pero también en muchos otros delitos, y culpable de crímenes, especialmente en Pereira, Quindío y el norte del Valle; parte se extendió también a Santa Rosa de Cabal.
Las municiones
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores es el tipo de munición utilizada en este y otros homicidios recientes. En los hechos sicariales cometidos desde el año pasado hasta la fecha, se ha evidenciado el uso de pistolas calibre 9 milímetros.
Sin embargo, lo que genera sospecha es que estos cartuchos aparecen en lotes: L27, Lote 35, entre otros. Se conoció que este tipo de cartuchos son de uso privativo de las fuerzas militares (Policía). Este hallazgo abre una nueva línea de investigación sobre cómo estas municiones están llegando a manos de organizaciones criminales.
Los procesos más conocidos de JJ
Alias Lalo
Jhon Jairo Castaño defendió a alias Lalo y su combo. Andrés Londoño Giraldo, también conocido como el Viejo o Mai, de 41 años de edad, es señalado como un importante líder de distribución de marihuana desde el departamento del Cauca hacia Pereira y otras regiones. Alias Lalo tenía influencia en 30 barrios de la Ciudadela Cuba en Pereira y en sectores del municipio de Dosquebradas, como San Diego, Nuevo Milenio y Pueblo Sol. Fue detenido junto a 13 personas el pasado 24 de junio en un operativo liderado por la Dijín de Bogotá.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores es el tipo de munición utilizada en este y otros homicidios recientes. En los hechos sicariales cometidos desde el año pasado hasta la fecha, se ha evidenciado el uso de pistolas calibre 9 milímetros.
Sin embargo, lo que genera sospecha es que estos cartuchos aparecen en lotes: L27, Lote 35, entre otros. Se conoció que este tipo de cartuchos son de uso privativo de las fuerzas militares (Policía). Este hallazgo abre una nueva línea de investigación sobre cómo estas municiones están llegando a manos de organizaciones criminales.
Los procesos más conocidos de JJ
Alias Lalo
Jhon Jairo Castaño defendió a alias Lalo y su combo. Andrés Londoño Giraldo, también conocido como el Viejo o Mai, de 41 años de edad, es señalado como un importante líder de distribución de marihuana desde el departamento del Cauca hacia Pereira y otras regiones. Alias Lalo tenía influencia en 30 barrios de la Ciudadela Cuba en Pereira y en sectores del municipio de Dosquebradas, como San Diego, Nuevo Milenio y Pueblo Sol. Fue detenido junto a 13 personas el pasado 24 de junio en un operativo liderado por la Dijín de Bogotá.
Alias Carevieja y alias Truhan
Jhon Alexander Mejía Hurtado, conocido como alias Alex o Carevieja, y su hermano Jonatan Stiven Mejía Hurtado, alias Truhan, quienes serían unos de los duros del barrio San Judas y presuntos integrantes de Cordillera, fueron capturados por ser los presuntos responsables de la muerte de Lucas Villa.
Detenidos del Japón
Edison Camilo Becerra Cardona y Fabián Cárdenas Rivera, de 20 años, presuntos responsables de la muerte de Ricardo Andrés Vallejo Rivas, más conocido como Happy, en el municipio de Dosquebradas, fueron capturados el lunes 13 de enero en el barrio Mirador de Frailes, lo que se conoció como la presunta casa de piques.
Homicidio
Arbinsen Antonio Arenas Mejía, Diego Alejandro Medina Villa y Daniel Ricardo Gaviria, quienes están en juicio por la tortura y muerte de presuntos integrantes de la Cordillera.
¿Una traición desde adentro?
Castaño sabía que lo querían matar y casi no salía de su casa, por lo que las personas con las que se encontró eran de su confianza. Al parecer, alguien cercano lo entregó.
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