Luis Alfonso Bedoya Cuervo, un hombre que, a pesar de su edad, se mantenía vital y activo en su trabajo como guarda de seguridad de una empr...
Luis Alfonso Bedoya Cuervo, un hombre que, a pesar de su edad, se mantenía vital y activo en su trabajo como guarda de seguridad de una empresa privada, falleció tras sufrir un accidente de tránsito en el sector de La Popa de Dosquebradas.
.jpg)
¿Qué pasó?
El hecho en el que resultó afectado el hombre de 61 años, conocido cariñosamente como Gollo, ocurrió cerca de las 10:00 de la noche del miércoles 12 de febrero. La víctima se movilizaba en su bicicleta con destino a su casa en el barrio El Balso, descendía por la vía de La Popa y, en circunstancias que aún son materia de investigación, sufrió una caída cerca de las escaleras de la entrada del barrio San Judas. Como consecuencia, tuvo un trauma craneoencefálico severo.
Luis Alfonso fue trasladado de urgencia al hospital Santa Mónica, donde recibió los primeros auxilios. Debido a la gravedad de sus heridas, los médicos ordenaron su remisión a la clínica Los Rosales de Pereira. Allí permaneció intubado hasta la madrugada del jueves 13 de febrero, cuando, lamentablemente, su esposa lo vio morir a las 5:20 de la mañana.
El grupo de criminalística de la Secretaría de Tránsito del municipio de Dosquebradas se desplazó a la morgue de la clínica, donde realizó la inspección técnica al cuerpo, el cual fue trasladado a Medicina Legal para su respectiva necropsia. Posteriormente, fue entregado a sus familiares para llevar a cabo sus exequias.
Recibió una llamada
Natalia Melchor Guerrero, esposa de la víctima, recibió una llamada a las 10:20 de la noche, en la cual le informaban que su esposo estaba en la sala de urgencias del hospital Santa Mónica. Sin embargo, al llegar al centro asistencial, solo le indicaron su estado sin darle detalles del accidente.
Sobre lo sucedido, existen diversas versiones: algunos testigos afirman que una motocicleta lo atropelló, mientras que otros sostienen que fue un carro. Lo cierto es que, hasta el momento, no se han esclarecido las circunstancias del accidente, y la familia exige respuestas.
Según manifestó su esposa, ese día Gollo descansó en su casa y aprovechó para pintar una puerta recién instalada. En horas de la tarde, a las 4:30 p. m., la llamó para pedirle que recogiera al hijo que tienen en común, ya que salía del colegio a las 5:30 p. m., pues él debía hacer una diligencia.
Preocupada por su ausencia, la esposa intentó comunicarse con él desde las 6:00 p. m. hasta las 9:00 p. m., pero no obtuvo respuesta, lo cual era inusual en él. Al notar su prolongada ausencia, fue a buscarlo al billar, pero tampoco lo encontró. Allí, un amigo le manifestó que estuvo en la esquina del billar del barrio compartiendo con amigos y luego tomó su bicicleta y subió hacia La Popa, sin que se volviera a saber de él ni mencionara hacia dónde iba.
Natalia, quien llevaba 13 años de relación con Luis Alfonso, manifestó que él siempre usaba la bicicleta como medio de transporte y que esa noche también salió en ella. Además, denunció que, al ser remitido a la clínica Los Rosales de Pereira, el centro médico se negó a atenderlo de inmediato porque no se tenía claridad sobre cómo ocurrió el accidente y si podía ser cubierto por el SOAT. Según su relato, la indignación fue tal que incluso la amenazaron con sacarla de la clínica si no se calmaba, pues ella solo quería que lo atendieran, ya que estaba intubado.
Gran persona
Luis Alfonso se había dedicado con amor y esfuerzo, junto con su esposa, a organizar la celebración del cumpleaños de su hijo, sin imaginar que el destino le arrebataría la oportunidad de verlo sonreír en su día especial este lunes 17 de febrero.
Gollo era un hombre trabajador, un padre y esposo ejemplar, siempre dispuesto a dar lo mejor por su familia. Su calidez humana y su bondad lo hicieron una persona muy querida en el barrio El Balso, donde hoy sus vecinos, amigos y seres queridos lo recuerdan con profunda tristeza.
Su vida
Luis Alfonso era natural de Pereira, vivía con su esposa y su hijo menor de edad en el barrio El Balso, y laboraba como guarda de seguridad en la empresa Ainca. Actualmente, prestaba seguridad en la escuela Eduardo Carranza del municipio de Dosquebradas.
.jpg)
¿Qué pasó?
El hecho en el que resultó afectado el hombre de 61 años, conocido cariñosamente como Gollo, ocurrió cerca de las 10:00 de la noche del miércoles 12 de febrero. La víctima se movilizaba en su bicicleta con destino a su casa en el barrio El Balso, descendía por la vía de La Popa y, en circunstancias que aún son materia de investigación, sufrió una caída cerca de las escaleras de la entrada del barrio San Judas. Como consecuencia, tuvo un trauma craneoencefálico severo.
Luis Alfonso fue trasladado de urgencia al hospital Santa Mónica, donde recibió los primeros auxilios. Debido a la gravedad de sus heridas, los médicos ordenaron su remisión a la clínica Los Rosales de Pereira. Allí permaneció intubado hasta la madrugada del jueves 13 de febrero, cuando, lamentablemente, su esposa lo vio morir a las 5:20 de la mañana.
El grupo de criminalística de la Secretaría de Tránsito del municipio de Dosquebradas se desplazó a la morgue de la clínica, donde realizó la inspección técnica al cuerpo, el cual fue trasladado a Medicina Legal para su respectiva necropsia. Posteriormente, fue entregado a sus familiares para llevar a cabo sus exequias.
Recibió una llamada
Natalia Melchor Guerrero, esposa de la víctima, recibió una llamada a las 10:20 de la noche, en la cual le informaban que su esposo estaba en la sala de urgencias del hospital Santa Mónica. Sin embargo, al llegar al centro asistencial, solo le indicaron su estado sin darle detalles del accidente.
Sobre lo sucedido, existen diversas versiones: algunos testigos afirman que una motocicleta lo atropelló, mientras que otros sostienen que fue un carro. Lo cierto es que, hasta el momento, no se han esclarecido las circunstancias del accidente, y la familia exige respuestas.
Según manifestó su esposa, ese día Gollo descansó en su casa y aprovechó para pintar una puerta recién instalada. En horas de la tarde, a las 4:30 p. m., la llamó para pedirle que recogiera al hijo que tienen en común, ya que salía del colegio a las 5:30 p. m., pues él debía hacer una diligencia.
Preocupada por su ausencia, la esposa intentó comunicarse con él desde las 6:00 p. m. hasta las 9:00 p. m., pero no obtuvo respuesta, lo cual era inusual en él. Al notar su prolongada ausencia, fue a buscarlo al billar, pero tampoco lo encontró. Allí, un amigo le manifestó que estuvo en la esquina del billar del barrio compartiendo con amigos y luego tomó su bicicleta y subió hacia La Popa, sin que se volviera a saber de él ni mencionara hacia dónde iba.
Natalia, quien llevaba 13 años de relación con Luis Alfonso, manifestó que él siempre usaba la bicicleta como medio de transporte y que esa noche también salió en ella. Además, denunció que, al ser remitido a la clínica Los Rosales de Pereira, el centro médico se negó a atenderlo de inmediato porque no se tenía claridad sobre cómo ocurrió el accidente y si podía ser cubierto por el SOAT. Según su relato, la indignación fue tal que incluso la amenazaron con sacarla de la clínica si no se calmaba, pues ella solo quería que lo atendieran, ya que estaba intubado.
Gran persona
Luis Alfonso se había dedicado con amor y esfuerzo, junto con su esposa, a organizar la celebración del cumpleaños de su hijo, sin imaginar que el destino le arrebataría la oportunidad de verlo sonreír en su día especial este lunes 17 de febrero.
Gollo era un hombre trabajador, un padre y esposo ejemplar, siempre dispuesto a dar lo mejor por su familia. Su calidez humana y su bondad lo hicieron una persona muy querida en el barrio El Balso, donde hoy sus vecinos, amigos y seres queridos lo recuerdan con profunda tristeza.
Su vida
Luis Alfonso era natural de Pereira, vivía con su esposa y su hijo menor de edad en el barrio El Balso, y laboraba como guarda de seguridad en la empresa Ainca. Actualmente, prestaba seguridad en la escuela Eduardo Carranza del municipio de Dosquebradas.
COMENTARIOS