Cuál sería el susto de los clientes de un restaurante de Ansermanuevo, que disfrutaban del almuerzo, cuando escucharon los tiros que le quit...
Cuál sería el susto de los clientes de un restaurante de Ansermanuevo, que disfrutaban del almuerzo, cuando escucharon los tiros que le quitaron la vida al vigilante del parqueadero. Oscar Soto Góngora de 59 años murió en el sitio y el atentado criminal dejó grandes interrogantes, pues él era un hombre trabajador que no tenía enemigos y se caracterizaba por su humildad.

Trabajando
Soto Góngora residía en el barrio Santana de Cartago y los fines de semana se encargaba de ayudar a acomodar y cuidar los vehículos en un conocido y cotizado restaurante rural de Ansermanuevo.
A la 1:00 p.m. cuando el sitio estaba a reventar de familias enteras, al parqueadero ingresó una moto con dos ocupantes. Oscar los recibió con amabilidad como a todos, pues pensaba que eran clientes y cuando intentó indicarles el sitio donde podían parquear, se encontró de frente con el frío cañón de un arma de fuego, del cual salieron las balas que acabaron con su vida en cuestión de segundos.

Los delincuentes no tuvieron freno y huyeron con rumbo desconocido. En medio de la confusión de los administradores y el pánico de los comensales, nadie detalló en los asesinos y así las cosas, este será un nuevo caso sin resolver.
Se fueron
La mayoría de los visitantes optó por abandonar el lugar sin terminar de almorzar, mientras arribaron las autoridades del CTI para realizar la inspección judicial en el polvoriento parqueadero.
Investigan
Pese a las pocas evidencias, las autoridades tratan de indagar quién quería hacerle daño al vigilante, aunque por ahora no hay resultados, pues todo indica que Oscar Soto no tenía enemigos.

Trabajando
Soto Góngora residía en el barrio Santana de Cartago y los fines de semana se encargaba de ayudar a acomodar y cuidar los vehículos en un conocido y cotizado restaurante rural de Ansermanuevo.
A la 1:00 p.m. cuando el sitio estaba a reventar de familias enteras, al parqueadero ingresó una moto con dos ocupantes. Oscar los recibió con amabilidad como a todos, pues pensaba que eran clientes y cuando intentó indicarles el sitio donde podían parquear, se encontró de frente con el frío cañón de un arma de fuego, del cual salieron las balas que acabaron con su vida en cuestión de segundos.

Los delincuentes no tuvieron freno y huyeron con rumbo desconocido. En medio de la confusión de los administradores y el pánico de los comensales, nadie detalló en los asesinos y así las cosas, este será un nuevo caso sin resolver.
Se fueron
La mayoría de los visitantes optó por abandonar el lugar sin terminar de almorzar, mientras arribaron las autoridades del CTI para realizar la inspección judicial en el polvoriento parqueadero.
Investigan
Pese a las pocas evidencias, las autoridades tratan de indagar quién quería hacerle daño al vigilante, aunque por ahora no hay resultados, pues todo indica que Oscar Soto no tenía enemigos.
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