En el mundo animal, las tortugas son sinónimo de longevidad y paciencia, pero Janus, una tortuga griega con dos cabezas, ha llevado estos c...
En el mundo animal, las tortugas son sinónimo de longevidad y paciencia, pero Janus, una tortuga griega con dos cabezas, ha llevado estos conceptos a un nivel completamente nuevo. Con 26 años, Janus se ha convertido en el reptil bicéfalo más longevo del mundo, y gran parte de este logro se debe a los cuidados meticulosos de su cuidadora colombiana, Angélica María Castaño.
Una nueva aventura en Ginebra
Debido al cierre temporal del Museo de Historia Natural de Ginebra, donde Janus ha vivido toda su vida, este curioso reptil ha sido trasladado al Bioparque de Ginebra. Este lugar, cuidadosamente preparado para recibir a Janus, cuenta con todas las condiciones necesarias para garantizar su bienestar. El recinto está equipado con dos terrarios y un cristal transparente que permite a los visitantes observar a Janus durante siete horas al día.
Rutina y cuidados especiales
Castaño, quien junto a otras dos personas se encarga de los cuidados de Janus, asegura que el proceso de adaptación ha sido sencillo. “La semejanza entre el nuevo entorno y su hogar original ha permitido mantener su rutina, que incluye baños y ejercicios diarios”, explica. La tortuga, que no puede retraer sus cabezas dentro del caparazón, requiere de un cuidado especial debido a su condición única y a su caparazón plano, lo que puede dificultarle darse la vuelta si cae boca arriba.
Un ícono de conciencia ambiental
La presencia de Janus no solo fascina a los visitantes por su rareza, sino que también sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrentan los reptiles en la naturaleza. El director del bioparque, Tobias Blaha, resalta la importancia de Janus como símbolo de los efectos del cambio climático y la destrucción del hábitat en la fauna mundial. Janus ayuda a concienciar sobre la necesidad de proteger a estos animales y sus entornos naturales.
Un año de estadía
Se espera que Janus permanezca en el Bioparque de Ginebra durante al menos un año, mientras el Museo de Historia Natural de Ginebra realiza obras de renovación. Durante este tiempo, Janus seguirá recibiendo los cuidados que le han permitido superar todas las expectativas de vida para una tortuga de su condición.
Foto AFP
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