El Día de las Velitas, una tradición llena de luz y esperanza, se vio opacada el pasado 7 de diciembre por un crimen que dejó a Colombia en...
El Día de las Velitas, una tradición llena de luz y esperanza, se vio opacada el pasado 7 de diciembre por un crimen que dejó a Colombia en shock. Michel Dayana González, una niña llena de sueños y futuro, fue brutalmente asesinada en el barrio San Judas, Cali. El culpable, Harold Echeverry, un vigilante de un taller de pinturas, confesó el horrendo crimen y reveló detalles escalofriantes desde su celda en Valledupar.
Durante el programa 'El rastro' de Caracol Televisión, las autoridades presentaron pruebas irrefutables del macabro hallazgo: el cuerpo de Michel había sido desmembrado y repartido en varias canecas de pintura. Echeverry, sin remordimientos, describió cómo una discusión fue el detonante de su bárbara decisión. “Empezó una discusión y ya. Me dio con un atornillador, menos mal era pequeño. Yo me defendí con una porra (martillo) que había ahí, del taller, la golpié en la cabeza y ella cayó al piso. Le salió algo blanco del cerebro, fue horrible”, confesó.
Lo más impactante fue el momento clave que llevó a Echeverry a desaparecer el cuerpo de la niña. En medio del caos y la desesperación, el celular de Michel sonaba insistentemente. “Sonaba mucho el celular. Pienso que la estaban buscando, la estaban llamando, alguien llamaba insistentemente, me imagino que la familia. Y yo me desespero”, narró con frialdad. Este fue el punto de quiebre que lo llevó a cometer uno de los actos más atroces.
El desenlace de esta tragedia culminó con la condena de Echeverry a 47 años de prisión por feminicidio, un castigo que, aunque significativo, dejó a la familia de Michel con un vacío imposible de llenar. La justicia se hizo presente, pero el dolor y la tristeza permanecerán para siempre en los corazones de quienes amaron a Michel Dayana.
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