Sobre el mediodía de ayer se escucharon muchos disparos provenientes del barrio El Balso de Dosquebradas, al parecer un sicario fue a busca...
Sobre el mediodía de ayer se escucharon muchos disparos provenientes del barrio El Balso de Dosquebradas, al parecer un sicario fue a buscar a un hombre de 38 años de edad y todo parece indicar que quería acabar con su vida.
Los hechos
Sobre las 12:35 del día entró lesionado al Hospital Universitario San Jorge, Rory Alexander Tapasco, su esposa lo llevó en un vehículo luego de ser herido en la calle 1 con carrera 22, el hombre al parecer daba un paseo, aprovechando que tenía permiso para andar por el barrio.
Se conoció que estaba sentado en una banca cerca del muro del río, en compañía de varias personas, cuando llegó un sicario quien le descargó seis cartuchos; para fortuna de la víctima y desgracia del tirador, solo le logró impactar dos, mientras que un tercero rebotó y le dio a Cristian Alfredo Medina Isla, uno de los amigos que estaba con él.
Tras las detonaciones Rory Alexander corrió con miedo y sin saber si había más balas y llegó hasta su vivienda donde su compañera sentimental lo embarcó en un vehículo particular hasta el hospital, allí determinaron que los impactos no eran de gravedad, pero sí se dio inicio a una investigación.
Dato
La víctima, quien es residente del barrio, había salido hace poco tiempo de la cárcel, ya que le dieron medida domiciliaria con permiso para trabajar en un almacén del barrio por buen comportamiento.
Antecedentes
Tapasco es ya un viejo conocido de las autoridades ya que ha sido judicializado por delitos como homicidio, fuga de presos, lesiones dolosas y en la actualidad está pagando una condena de 9 años por porte ilegal de armas de fuego y hurto calificado y agravado, ya que participó en septiembre de 2018 en un robo millonario a una estación de servicio. Esta es la tercera condena que paga.
La cifra
3 impactos recibieron las víctimas, Rory Alexander uno en el hombro izquierdo y otro en el codo, mientras que Cristian Alfredo solo recibió un roce.
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