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En La Graciela claman por atención

Entrar a este barrio es retroceder en el tiempo, no parece el siglo XXI, se observan unos huecos de los que solo se ven en televisión nacional cuando muestran los barrios olvidados del sur de Bogotá. Al ver el carro del periódico los vecinos salieron a aplaudir, porque necesitan angustiosamente ser escuchados por una administración que en tres años no los ha visitado.




El problema no es solo de estética o que se dificulta la movilidad, se trata del daño en los andenes también, porque los vehículos por esquivar cráteres invaden el corredor peatonal. Esto sin contar las enfermedades respiratorias que ocasiona el polvo que se levanta en verano, los hace vivir, como ellos lo explican, en una pandemia permanente y a causa del invierno, llueven los accidentes para los motociclistas, porque esos mismos huecos se convierten en trampas imposibles de adivinar.


Es bien sabido que el impuesto predial obedece a la casa que se tiene, allí en La Graciela el incremento fue notorio, pero los propietarios aseguran que de nada sirve que el avalúo esté alto si las vías de acceso ocasionan que los negocios se dañen.


En Infraestructura tienen planes

Desde la cartera responsable de estas reparaciones respondieron que se realizó una limpieza a la entrada y se hizo un reparcheo con fresado en la entrada a Inquilinos, que se han hecho labores de recolección de escombros e inservibles y hace menos de un mes hicieron la recuperación de los andenes que estaban invadidos por inservibles y por la maleza, recuperaron los andenes con el mini cargador. De igual forma se realizó una poda o rocería por la caseta comunal y se tiene proyectado realizar un pavimento en los próximos días en Villa Alexandra, que está ubicada al pie de La Graciela.



Dato

La vía alterna que los conductores toman cuando quieren evitar el trancón de La Badea, que desemboca por las bodegas de Villa Alexandra, también es desastrosa, la ciudadanía lo hace por un tema de tiempo a la hora de entrar al trabajo o a hora del almuerzo. Pero si no han reparado la principal, esta mucho menos.


El estado de las vías para usted es

Rubén Molina - conductor buseta

“Un acabadero de carros es esto por acá. La reparación de un tren delantero, un muelle o una hoja grande cuesta $500.000, en el reversadero sí que está peor”.


Luz Miriam Martínez - propietaria

“unas piscinas completas, se pone tan horrible que los carros toman la otra vía y nos toca caminar. En la alcaldía ya no hacen caso y estamos cansados”.

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