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Un diciembre pasado por agua

Liliana Cardona Marín

Una temporada invernal que estaba vaticinada como fuerte y larga, sigue tomando por sorpresa a los habitantes de las riberas de los ríos en Pereira, a los mandatarios locales y a los encargados de la gestión del riesgo.






La noche del 26 de diciembre a las 7:30 el río se volvió a meter a las humildes viviendas, no solo en el Rocío, también en la zona conocida como San Fernando - La Playa y el Futuro bajo. En otras partes de la ciudad, los pereiranos del Remanso sacan agua con baldes cada que llueve y en La Florida, las laderas hacen lo propio cayendo sobre la vía.


El Rocío bajo parte 33 ⅓

Cuando la prensa llega a este sector en las mañanas siguientes a los aguaceros que hacen crecer el Consota, no genera ninguna reacción en los habitantes que también rutinariamente sacan lodo de sus viviendas y tratan de rescatar lo poco que deja el paso del agua. Para los reporteros llegar y saludar por tercera o cuarta vez a las mismas personas es un dejavu.






El elefante blanco del Rocío

Lo que más molestos tiene a los habitantes de este barrio, es que la gobernación, la UTP y la Dirección Nacional de Gestión del Riesgo instalaron una estación de alarma temprana para monitorear las crecientes del río, la que en teoría debería debería disparar el sonido de alerta para que los vecinos tengan tiempo de alzar los enseres, el mercado y salir a un punto seguro, pero no funciona.






Las charlas sobre esta estación se dictaron y les explicaron en qué consistía, lo que ignoran los damnificados es si solo se dispara cuando el agua alcanza proporciones de desastre total.


¿Cómo le afecta el invierno?

Leonardo - Rocío bajo

“Esa estación era por si el río se crecía o venía una avalancha, que ella se activaba automáticamente, no funciona y no se oyó nada. Cuando nos dimos cuenta el río ya estaba en la parte de atrás de las casitas”.

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