En Altagracia hay otro problema de urgente solución
Liliana Cardona Marín
Las páginas de este periódico en septiembre y octubre se llenaron de fotos y de denuncias de la comunidad de Altagracia, quienes tuvieron que acudir a las vías de hecho para que el alcalde prestara atención a sus demandas, pero ni así se dio cabal cumplimiento a las promesas.
Como si fuera de menor tamaño esta situación, ahora se presenta una más aterradora y urgente que ya tiene evacuadas a 10 familias de la vereda Cañaveral.
“Hasta el momento no nos han dado resultados precisos, la Diger designó un ingeniero para que estuviera a cargo de esta situación”, explica la señora Paredes, acerca de las zanjas de proporción considerable que ocasionan el deterioro de las viviendas aledañas.
La líder comenta también que “La Diger vino y concluyó que es un daño ecológico causado por algo que todavía están investigando. Hasta el momento la Diger nos ha hecho acompañamiento, pero no tenemos resultados concretos, se hicieron tomografías y se nos dijo que se encontraron bombas de agua en algunas casas”.
Una de las preocupaciones grandes de la comunidad radica en el acueducto Aquasat, cuyo lema es ‘Por la vida’. Este sistema tiene dentro del predio más de 100 años y no se sabe en qué estado se encuentra, porque no se la hecho un escáner y la temporada de lluvias si da tregua de dos días, no la da de tres. Es más, ayer mientras se hacía la reportería, la líder evidenció que bajaba agua por una canaleta que debe estar seca.
“El ingeniero ha hecho unas reuniones, pero en ellas siempre quedamos inconclusos, de hecho antes del 24, tuvimos reunión y él nos dijo que “vamos a abrir los acueductos, porque los teníamos cerrados debido a la situación, lo haremos para que tengan una Navidad tranquila y nosotros también”, pues eso serán ellos, porque nosotros no estuvimos tranquilos ni en Navidad”.
La comunidad exige respuestas claras y rápidas sobre la vía, a la que como si fuera poco lo que pasa, tienen permitido el tránsito de vehículos pesados y hacen que las casas tiemblen. Así como una actuación rápida sobre el terreno que agrieta las casas, porque en Navidad las emergencias no se detienen y sienten que el trabajo de la Diger se estancó en el monitoreo.
Desde horas de la mañana se consultó en Diger sobre este problema, pero al cierre de edición no alcanzó a llegar la respuesta.
Las páginas de este periódico en septiembre y octubre se llenaron de fotos y de denuncias de la comunidad de Altagracia, quienes tuvieron que acudir a las vías de hecho para que el alcalde prestara atención a sus demandas, pero ni así se dio cabal cumplimiento a las promesas.
Como si fuera de menor tamaño esta situación, ahora se presenta una más aterradora y urgente que ya tiene evacuadas a 10 familias de la vereda Cañaveral.
¿Qué hay bajo la tierra?
Con los antecedentes ya conocidos sufren el día a día del transporte de pasajeros y la movilización de cosechas, pero el problema que se presenta desde octubre, sí les quita el sueño, porque no saben la causa que ha obligado a los vecinos a desocupar las viviendas en el sector de Cajones.
“Hasta el momento no nos han dado resultados precisos, la Diger designó un ingeniero para que estuviera a cargo de esta situación”, explica la señora Paredes, acerca de las zanjas de proporción considerable que ocasionan el deterioro de las viviendas aledañas.
La líder comenta también que “La Diger vino y concluyó que es un daño ecológico causado por algo que todavía están investigando. Hasta el momento la Diger nos ha hecho acompañamiento, pero no tenemos resultados concretos, se hicieron tomografías y se nos dijo que se encontraron bombas de agua en algunas casas”.
Una de las preocupaciones grandes de la comunidad radica en el acueducto Aquasat, cuyo lema es ‘Por la vida’. Este sistema tiene dentro del predio más de 100 años y no se sabe en qué estado se encuentra, porque no se la hecho un escáner y la temporada de lluvias si da tregua de dos días, no la da de tres. Es más, ayer mientras se hacía la reportería, la líder evidenció que bajaba agua por una canaleta que debe estar seca.
“El ingeniero ha hecho unas reuniones, pero en ellas siempre quedamos inconclusos, de hecho antes del 24, tuvimos reunión y él nos dijo que “vamos a abrir los acueductos, porque los teníamos cerrados debido a la situación, lo haremos para que tengan una Navidad tranquila y nosotros también”, pues eso serán ellos, porque nosotros no estuvimos tranquilos ni en Navidad”.
La comunidad exige respuestas claras y rápidas sobre la vía, a la que como si fuera poco lo que pasa, tienen permitido el tránsito de vehículos pesados y hacen que las casas tiemblen. Así como una actuación rápida sobre el terreno que agrieta las casas, porque en Navidad las emergencias no se detienen y sienten que el trabajo de la Diger se estancó en el monitoreo.
Desde horas de la mañana se consultó en Diger sobre este problema, pero al cierre de edición no alcanzó a llegar la respuesta.
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