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¿Usted iría a la casa de tortura más terrorífica?

Las casas de terror se han popularizado en todo el mundo, pero como dicen por ahí hay niveles de niveles, y la que está ubicada en San Diego (Estados Unidos) es definitivamente la más espeluznante de todas. Con decirle que lo hacen firmar un contrato de 40 páginas para eximir de toda responsabilidad a los organizadores si usted llega a quedar con alguna secuela sicológica o si sale lleno de morados.




Pero ni crea que cualquier persona del común puede ingresar. Debe ser mayor de 21 años o como mínimo presentar un certificado donde madre y padre aprueben que su hijo mayor de 18 años puede participar de la experiencia; demostrar que se encuentra en óptimas condiciones médicas, pasar una entrevista con Russ McKamey (ver recuadro), quien decide si usted es apto o no para ingresar; contar con un seguro médico, porque literalmente lo van a torturar y puede salir de allí directo a una clínica; y someterse a pruebas de sangre para demostrar que no se encuentra bajo los efectos del alcohol o sustancia psicoactiva.



Como si esto no fuera suficiente, la lista de espera es de 20 mil personas y muy pocos son los elegidos. Las funciones se realizan dos veces por semana y el recorrido es de, por lo menos, de 8 a 10 horas. ¡Mucho voltaje!

La peor de las pesadillas 

Quienes han tenido la oportunidad de entrar a la casa Mc Kamey Manor aseguran que es la peor experiencia que han tenido en toda su vida, al punto que quedan con pesadillas permanentes y hasta han pedido que la cierren definitivamente, pues quienes trabajan allí no están bien de la cabeza para hacerlos padecer semejante infierno.

Aunque se ofrece un premio de 20 mil dólares (101 millones 835 mil pesos) a quien logre atravesar todos los escenarios, no ha existido ni la primera persona que logre llegar al final. ¡Y es que cómo hacerlo! Para que se haga una idea, en este lugar lo encierran en un ataúd, lo lanzan a una piscina con caimanes para que se libere como usted pueda, le pueden llegar a poner una bolsa en la cabeza hasta que se sienta asfixiado, le pueden pegar y obligar a comer insectos, lo pueden escupir, torturar con un taser... en fin, no lo van a dejar en paz con tal de que usted diga la palabra clave para que le ponga fin a tanto suplicio.



“Hay una posibilidad de que te saquen los dientes, de hacerte un tatuaje, de que te arranquen las uñas. Es realmente abrumador”, afirmó Kris Smith para el US Today. Algunas personas han resultado tan traumatizadas, que hasta han demandado a su creador, pero ninguna de ellas ha prosperado, pues en el contrato está plasmada su firma y consentimiento. Además, Russ afirma que el éxito de su casa de terror es que emplea la técnica de la hipnosis para sugestionar a las personas y hacerlas sentir lo peor.

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