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Desalojo, suspendido pero se hará

Liliana Cardona Marín

Pindaná, más conocida como invasión El Maizal en cercanías de Caimalito, Pereira, es el lugar de residencia de 484 familias hace ya más de tres años. Un juez de la República había decidido para hoy el desalojo de estas personas, porque se trata de la invasión a un predio privado que pertenece a la familia Sanín y fueron ellos quienes interpusieron la querella.


En el Derecho hay una frase que puede resultar odiosa, pero es la que dirime este tipo de situaciones tanto para unos, como para otros y es: ‘Dura es la ley, pero es la ley’, y si bien el derecho general prima sobre el particular, en este caso específico se protegen también la propiedad privada y demás derechos adquiridos por otras tantas personas que han pagado planes de vivienda conforme a lo establecido.




Pero como este país es este país ellos en semejante informalidad eligieron Junta de Acción Comunal para lo que tienen caseta y todo. La diligencia de desalojo prevista para hoy fue suspendida desde el Juzgado Sexto Civil Municipal, hasta que la alcaldía no demuestre el cumplimiento íntegro de la sentencia proferida a favor de los habitantes de Pindaná.


Cómo es vivir en Pindaná

Al llegar a Caimalito, se adentra el camino polvoriento hasta un cúmulo de casas de todos los tipos: esterilla, ladrillo, plástico y hasta cobijas que resguardan del frío nocturno, todas tienen techo de zinc, algunas puertas de hierro y otras simplemente de madera que cierran con una cadena y candado. La luz y el agua la obtienen de conexiones sin permiso a las redes del acueducto de Pereira y a postes de luz que extendieron desde Caimalito. Al no haber red de alcantarillado, las casas tienen letrinas.


El Maizal es un resumen de Colombia: hay desplazados del Putumayo, Tolima, Antioquia, afros, mestizos, venezolanos, ancianos y personas en condición de discapacidad por montón. La mayoría son recicladores y areneros, otros trabajan al jornal en las fincas de la zona, las mujeres sacan comestibles a Caimalito y La Virginia, alegan que ellos quieren y pueden pagar una cuota por servicios públicos, que para lo que no les alcanza es para arriendos o cuotas de vivienda en los bancos.


En Pindaná están organizados por bloques, son callejones laberínticos en terreno destapado, como algunas casas, por todos lados hay guadua y sobrantes de construcción para mejorar las viviendas, los animales están sueltos como en las fincas y los niños improvisan juegos mientras los adultos velan, porque quienes llegan no los vayan a sacar sin previo aviso.




Desde la administración explicaron

Nora Miriam Bartolo es la secretaria de Vivienda encargada y dijo: “Es un proceso que se ha hecho durante tres veces, es un tema de reincidencia. Se ha hecho el debido proceso en primera y segunda instancia, se han instaurado varias acciones de tutela. La Procuraduría ha hecho todo el proceso de acompañamiento”.


Lo que preocupa a la secretaria es el tema de la institucionalidad y los derechos constitucionales de otros ciudadanos que pagan impuestos y que el Estado también debe proteger. Acerca del programa de vivienda al que se refieren los habitantes comentó: “El terreno está ahí, pero estos programas desarrollados por el Estado deben cumplir con toda la normatividad vigente respecto a la disponibilidad de servicios públicos y saneamiento básico y allá la situación es el tema del río. Además, al ser una zona rural debe aprobarse un plan parcial”.


La protesta

Los habitantes aseguran que es un predio del municipio y que hace aproximadamente 20 años se tenía planeado allí un plan de vivienda. Por eso antes de que la diligencia de desalojo fuera suspendida, ayer muy temprano la mayoría de habitantes se desplazaron hasta Expofuturo, donde el alcalde Carlos Maya hacía la rendición de cuentas de este año, de la puerta no pudieron pasar y al darse cuenta que llegaría el Esmad decidieron retirarse, ya que no quieren disturbios en ningún lugar y menos en Pindaná.


Cifra

12.000 personas aproximadamente están en proceso de invasión en Pereira, en el área urbana y rural, establecidas en 85 asentamientos.



Opine

¿Por qué llegó a Pindaná?

Soraida Trujillo - habitante
“Soy desplazada de Jordán, Putumayo y estoy rodando desde el 2004, supuestamente el Estado nos iba a dar vivienda digna, por eso nos tocó invadir aquí”.


Alejandro López - habitante
“Mi familia y yo llegamos desde Bello, porque a mi suegro le vendieron, tengo una discapacidad a raíz de un accidente de tránsito y no me dan trabajo”.

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