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Su banda era una plaga

Álvaro Andrés Salazar Oliveros, Jorge Leonardo Gómez Salazar, Jefferson Gómez Salazar y Víctor Manuel Cardona Puerta, aceptaron que formaban parte de la organización denominada la Cordillera o la Oficina que delinquía en Villasantana, se hacían pasar por jefes del Remanso y Tokio para extorsionar.








Preacuerdo

Álvaro Andrés Salazar Oliveros, conocido con el alias de Bombero Junior, Jorge Leonardo Gómez Salazar, alias Bombero Mayor, Jefferson Gómez Salazar, conocido como Bombero Jefferson y Víctor Manuel Cardona Puerta, decidieron llegar a un preacuerdo con la fiscalía especializada del Gaula y aceptar el delito de concierto para delinquir.



Qué hacían

Según la investigación, Álvaro Andrés era el encargado, junto con alias Conejo, de la comercialización de sustancias en el barrio Tokio e igualmente participaba en algunos homicidios. Jorge Leonardo era el encargado de brindar seguridad en los puntos de expendio de droga, concretamente en el barrio Tokio; por su parte Jefferson delinquía en los barrios Tokio y Remanso, le rendía cuentas a alias el Topo y se encargaba del expendio de drogas, de los homicidios, desplazamientos y realizaba el cobro de extorsiones y Víctor Manuel era el encargado de cobrar extorsiones a los tenderos y a los transportadores públicos, además de comercializar alucinógenos en los barrios Remanso y Guayabal.



Extorsiones

Con el operativo registrado en el mes de septiembre del año 2017 en el cual fueron detenidas 16 personas, se destapó que los integrantes del grupo delictivo cobraba desde $15 mil hasta $500 mil a los comerciantes y busetero; incluso a las personas que tenían carros debían pagar para transitar por allí, si no lo hacían amenazaban con quemarles los vehículos.

También les cobraban a los habitantes de las invasiones 15 mil pesos diarios para poder vivir allí o de lo contrario se tenían que ir, como el caso que vivió una familia que no pagó el dinero exigido que llegó a sumarse en $500 mil y tuvo que abandonar el barrio.



La condena


El Juzgado del Circuito Especializado de Armenia los condenó a la pena de 60 meses de prisión por el delito de concierto para delinquir, pena que tiene que terminar de pagar con detención domiciliaria.



cifras


5 años fue la condena



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