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El parque La Libertad necesita un doliente

Liliana Cardona Marín

Es innegable que por tradición este parque de la ciudad se ha considerado como un ‘territorio de miedo’ en los imaginarios urbanos, pero esto no es excusa para que sea olvidado por parte de todas las instituciones que deben encargarse de él.






Si al parque de La Libertad le ponen atención, es muy probables que las personas ayuden a cuidar, porque el ejemplo se ve claramente en la zonas verdes, el área de Parques y Arborización de la alcaldía mantiene la poda y el bienestar de las plantas al día, esto hace que no se vean basuras ni el abandono que se percibe en derredor.



Las losas del parque están acabadas, unas sirven de piscina a las palomas y las demás, como las de las escalinatas están servidas para que las personas tropiecen.


Las alcantarillas imposibles




Lo que más asombra es cómo en pleno centro de la ciudad los funcionarios de Aguas y Aguas o de Atesa, no visiten regularmente verificando algo tan importante como los canales de desagüe, sobre todo cuando los gobiernos nacional y local anuncian una fuerte temporada invernal el próximo mes.



Es impresionante ver cómo lo que haya en esas aguas genera burbujas, unos ciudadanos dicen que ya hay larvas, otros dicen que muchas veces se ve verde y otros dicen que cuando llueve el charco es tan grande que imposibilita el tránsito de un lado a otros del parque.





Sin temor de Dios

Si un ladrón se siente tan confiado de robar a plena luz del día y con un CAI a menos de una cuadra, es porque ha estudiado la escena y sabe que hay inoperancia. El atracador entró hasta la iglesia de La Valvanera, se tuvo mucha fe y robó el bolso a una feligresa, cuando avisaron a las unidades de la Policía, solo preguntaron si había cámaras, pero estas solo se prenden al momento de la eucaristía para transmitirla.

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