Es una paradoja que en Dosquebradas, mientras perros y gatos tienen un hospital de cuarto nivel con recursos por el orden de $4.200 millon...
Es una paradoja que en Dosquebradas, mientras perros y gatos tienen un hospital de cuarto nivel con recursos por el orden de $4.200 millones de pesos, los niños de una de las sedes rurales de la Institución Educativa Cartagena, se vean en la necesidad de acudir a los medios de comunicación para exponer la urgencia de la contratación.
Los Antecedentes
Desde el 20 de abril los padres de familia de otras instituciones hicieron visible el tema, porque llevaban varias semanas en anormalidad académica ante la imposibilidad de enviar a sus hijos a las diferentes sedes, porque empezaron a presentar problemas de salud debido a la falta de aseo en las mismas.
En este impreso se publicó el problema por primera vez el 30 de ese mes, a la espera de que la contratación surtiera efecto, mientras eso los profesores hicieron un plantón, también los estudiantes y la comunidad se tomaron las vías y puntos estratégicos del Municipio, pero nada pasó.
Los niños de Boqueroncito
Este caso es especial desde todos los lados por los que se pueda mirar: uno, cuando los padres de familia fueron a solicitar el cupo para este año, les asignaron la sede rural porque ya no tenían cupo en las sedes urbanas cercanas a su lugar de residencia, para lo que les dijeron que contaban con transporte de yip.
Dos, está el caso de un niño que reside en Los Guamos, muy cerca de la escuela del sector y debe estudiar en Boqueroncito, porque para él no hubo cupo, a pesar de su condición de pie equinovaro, le toca caminar 20 minutos de Los Guamos a las canchas sintéticas de Villa Carola, donde lo deja la mamá y se reúne con sus compañeros y la profesora para caminar otros 30 hasta Boqueroncito, Este esfuerzo diario no contribuye al tratamiento que sigue en la E.P.S., ya que allá le aconsejaron no esforzar las extremidades con largas caminatas.
Tres, otro estudiante de la misma sede debe usar una costosa diadema (soft band) que le permite transmitir vía craneal y ante la inseguridad de la que han sido víctimas otras personas, la madre del niño teme que se la puedan robar en el trayecto y como ella afirma: “¿Ahí quién responde?”. Las otras señoras también comentan que les toca dejar el celular en la casa, porque en cualquier curva sale un desconocido y los policías no se ven.
A todo lo anterior se le deben sumar los dos casos en que los perros de las fincas ubicadas en el trayecto que deben hacer los estudiantes, han atacado a dos niños, uno de ellos de una forma más severa, tanto así que los profesores debieron enviarle el trabajo a la casa, porque luego de salir del centro médico no podía caminar con facilidad y menos por una carretera destapada en ascenso.
La naturaleza tampoco ha sido benevolente con estos niños tras los fuertes aguaceros y la falta de transporte, se deben aguantar toda la jornada única (7:00 a.m. a 3:00 p.m.) con los zapatos empapados o cuando ya van de regreso a casa y cae el chaparrón de la tarde tratar de salvar del agua los cuadernos con el cuerpo, al tiempo que esquivan carros por una carretera angosta, los que en subida llevan fuerza y en bajada velocidad.
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