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Por robarle mataron a un buen hombre de Marsella

Robarle el dinero que llevaba para el pueblo, es la única explicación que la familia de Julián Andrés Vallejo Cárdenas le encuentra al asesinato de este querido hombre de la vereda la Ermita de Marsella, a él lo dejaron sin vida en la vía de la vereda El Rayo y se le llevaron el bolso con 2 millones de pesos.




Los hampones también le quitaron los documentos y el celular al parecer lo botaron cerca del sitio donde quedó el cuerpo, lo raro es que no hurtaron la moto, es más, esta quedó encendida.

Iba para Marsella

Julián Andrés, de 38 años, era el propietario de dos camperos que cubrían la ruta El Rayo-La Ermita y trabajaba en su finca.

Ayer en la mañana salió en su moto de la finca El Diamante con rumbo al casco urbano de Marsella, tenía planeado realizar varias diligencias como el pago de una cuota en el banco, comprar el seguro de uno de los carros, cambiarles el aceite a ambos entre otras vueltas, para lo cual llevaba el dinero.


Las circunstancias en las cuales ocurrió el crimen son materia de investigación, pues no hubo testigos. En el sitio conocido como Casa Roja, al parecer Julián se bajó de la moto sin apagarla y allí habría sido abordado por los delincuentes.

Las autoridades tratan de establecer si Vallejo conocía a los ladrones y por eso se bajó de la moto a dialogar con estos. Se especula que estos le tendieron una trampa y le dispararon por la espalda, para luego robarle.

Cuatro horas tirado

Un habitante de la vereda El Rayo encontró el cuerpo y le avisó a don Luis Ernesto, padre de Julián, quien de inmediato se desplazó al lugar; a ese sitio llegaron muchas personas conocidas de Vallejo, gente que lo quería y reconocía en él a un hombre trabajador, que no le negaba un favor a nadie y prestaba un gran servicio con sus camperos.

Sin embargo, por razones que no han sido explicadas, los encargados de realizar el levantamiento del cuerpo tardaron en llegar más de 4 horas, lo cual causó indignación entre la familia y mucho enojo, pues el cadáver primero estuvo expuesto al sol y luego a un aguacero; aseguran que solo permitieron taparlo con un plástico cuando ya estaba empapado.

“Cualquier evidencia que haya quedado se la llevó el agua”, dijeron los allegados.

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