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Sin cementerios no hay economía

Como un enamorado deshojando margaritas en busca de una respuesta afirmativa se encuentran los floristas del sector de San Camilo en Pereira, esperando a que les llegue alguna ayuda del gobierno, mientras gastan lo que queda de sus ahorros y préstamos para poder sobrevivir. 


La imposibilidad que trajo el Covid-19 para realizar ceremonias fúnebres y visitar cementerios, tiene marchita la economía del gremio que con arreglos florales se rebusca el sustento de cada día.


Angustiados
Juan Carlos García, presidente de la Asociación de Floristas de Risaralda, comentó que la pandemia los tienes muy afectados porque “la gente ya es muy desconfiada para llevar las flores a su casa”, y declaró que otra de las problemáticas que tienen, es que como las flores que tienen no se alcanzan a vender en la semana, les toca botar muchas que se dañan.

Volvieron
Luego de tres meses sin vender flores, el gremio regreso a la zona hace 15 días. “Se pidieron permisos con alcaldía y espacio público. Nos exigen cinta para demarcar el distanciamiento, alcohol, gel y tapabocas”, mencionó García, quien además agregó que a pesar de que cuentan con los elementos de bioseguridad, los clientes les han manifestado su temor de salir a comprar a flores.

A las afueras del San Camilo hay 22 puestos de flores, y de cada puesto dependen en promedio entre dos y tres familias sin contar con los domicilios.



Sin coronas
Otra de las afectaciones del gremio es que por la falta de velaciones, no se volvieron a vender ramos fúnebres, el negocio para muchos que tenían contratos exclusivos para ese tipo de arreglos florales, pues vendían entre 5 y 10 coronas fúnebres por día.

“Al no haber funeraria disponible, esto quedó en 0 %. Cuando están abiertas la gente manda la corona o el ramo fúnebre, pero ahora no se puede. Aquí somos expertos en eso, la gente nos buscaba mucho para esos ramos porque además aquí son más económicos que en una floristería”, aseguró García.


Como si no hubiesen muertos
Por el cierre del cementerio, aquellos floristas que vivían de las ventas de ramos para los visitantes del cementerio, no saben qué inventarse para florecer; pues pasaron de vender 80 ramos pequeños al día durante los días de fin de semana, a no hacer ni siquiera uno.

Para el gremio, las ventas han rebajado entre un 80 y 85 %, pues aseguran que hay días en los que no venden.


Reinventados
Algunos de los tradicionales puestos de flores del San Camilo, han optado por vender algos y desayunos sorpresas entre otros detalles en los que han visto una oportunidad para subsistir. Entre tener que invertir en flores que luego deben tirar a la basura, floristas prefieren comprar tazas, peluches y tarjetas que no se dañan en pocos días.


DATO
Los ramos para celebraciones de cumpleaños, se han convertido en luz de esperanza de los floristas.


CIFRA
  • 22 Puestos de flores hay en San Camilo, de los cuales 5 cerraron.

  • 80 % Es la disminución de las ventas de flores.

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