El abuso laboral y la vulneración de los derechos de esta índole se han convertido por estos días en las quejas más recurrentes de los colom...
El abuso laboral y la vulneración de los derechos de esta índole se han convertido por estos días en las quejas más recurrentes de los colombianos a través de las redes sociales. Algunos señalan que sus contratos fueron suspendidos por cuenta de la cuarentena, mientras que otros advierten de abusos por parte de sus empleadores, tal y como le pasó a Edy Fonseca, una mujer que trabajaba como guarda de seguridad en un edificio residencial de barrio Rosales, en Bogotá, y quien fue obligada a dormir en su puesto de trabajo por un mes para que atendiera sus obligaciones.
En Q’HUBO le contamos los detalles de este hecho y lo que opinan expertos en temas laborales al respecto, quienes, además, nos cuentan sobre las acciones que pueden emprender los empleados que vean vulnerados sus derechos, como le ocurrió a esta mujer residente del barrio Alquería La Fragua, en la localidad de Kennedy.
La historia de Edy
Según la versión narrada por Edy Fonseca, ella fue obligada a cubrir la portería del conjunto residencial Luz Marina, ubicado en la carrera 1 con calle 84A (donde trabajaba), porque, según su jefe, así lo decretaba el Gobierno como medida para enfrentar el coronavirus.
Eso, según cuenta, le ocasionó varios problemas de salud como la subida del azúcar, parálisis en el rostro y una baja de defensas por la mala alimentación que llevaba, pues apenas le daban 15 mil pesos diarios para que solventara la alimentación y al tratarse de un barrio estrato seis, eso no le alcanzaba para mucho.
El caso estalló cuando ella no pudo más y colapsó, por lo que algunas personas del edificio tuvieron que atenderla y llamar a la línea 123 para que le dieran atención al caso y la trasladaran a un centro asistencial.
“A eso de las 11 de la mañana del 25 de marzo me llamaron para que me devolviera al trabajo, después de haber terminado mi turno laboral, debido a que uno de mis compañeros había pedido permiso para faltar por un problema personal; pero al llegar al edificio a las 5 de la tarde, el presidente del consejo de la unidad residencial me bajó un sofá para que me quedara en la recepción”, relató la mujer, quien además señala que no podía dormir bien porque le tocaba estar todo el tiempo atendiendo a quienes llegaban y salían de la unidad residencial.
Luego de que las autoridades llegaran al lugar, la mujer fue despedida por su jefe y ahora ella cuenta con abogado que está trabajando en el caso y que busca que la justicia le restablezca sus derechos.
¿Qué hacer en estos casos?
Según el abogado laboral y docente de la Universidad San Martín, Ómar Rey, esta es una clara violación de los derechos de la trabajadora por parte de su empleador, pero adicional a ello, hay una violación a la dignidad humana, que tiene que ser respetada, incluso en casos como el confinamiento que estamos viviendo.
En estos casos, lo que puede hacer la persona afectada es acudir al Ministerio de Trabajo para que haga seguimiento e inspección de la situación, ya sea a través de un correo electrónico o llamada para presentar sus quejas “El papel del Ministerio es entrar a revisar si el empleador está cumpliendo o no con los derechos que les asisten a los trabajadores. Sin embargo, vale aclarar que el Ministerio solo hace inspección y vigilancia, mientras que los derechos laborales son amparados por un juez, de modo que una persona puede recurrir a una acción de tutela para que se le restablezcan sus derechos”, afirmó el penalista.
En el caso de vulneraciones como suspensión del contrato, que deja sin garantías al trabajador de cubrir sus derechos básicos, se puede resolver con la tutela y al empleador le podría costar una sanción de tipo económico, que podría ser de hasta 5 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes.
EL PROCESO:
Nixon Forero, abogado de Fonseca, aseguró que tramitará una queja ante el Ministerio de Trabajo y la Superintendencia de Vigilancia para que analicen el hecho, pues con esto se avanzaría en el caso para restablecerle los derechos a su cliente, que, según advierte, son de lesiones personales.
En Q’HUBO le contamos los detalles de este hecho y lo que opinan expertos en temas laborales al respecto, quienes, además, nos cuentan sobre las acciones que pueden emprender los empleados que vean vulnerados sus derechos, como le ocurrió a esta mujer residente del barrio Alquería La Fragua, en la localidad de Kennedy.
La historia de Edy
Según la versión narrada por Edy Fonseca, ella fue obligada a cubrir la portería del conjunto residencial Luz Marina, ubicado en la carrera 1 con calle 84A (donde trabajaba), porque, según su jefe, así lo decretaba el Gobierno como medida para enfrentar el coronavirus.
Eso, según cuenta, le ocasionó varios problemas de salud como la subida del azúcar, parálisis en el rostro y una baja de defensas por la mala alimentación que llevaba, pues apenas le daban 15 mil pesos diarios para que solventara la alimentación y al tratarse de un barrio estrato seis, eso no le alcanzaba para mucho.
El caso estalló cuando ella no pudo más y colapsó, por lo que algunas personas del edificio tuvieron que atenderla y llamar a la línea 123 para que le dieran atención al caso y la trasladaran a un centro asistencial.
“A eso de las 11 de la mañana del 25 de marzo me llamaron para que me devolviera al trabajo, después de haber terminado mi turno laboral, debido a que uno de mis compañeros había pedido permiso para faltar por un problema personal; pero al llegar al edificio a las 5 de la tarde, el presidente del consejo de la unidad residencial me bajó un sofá para que me quedara en la recepción”, relató la mujer, quien además señala que no podía dormir bien porque le tocaba estar todo el tiempo atendiendo a quienes llegaban y salían de la unidad residencial.
Luego de que las autoridades llegaran al lugar, la mujer fue despedida por su jefe y ahora ella cuenta con abogado que está trabajando en el caso y que busca que la justicia le restablezca sus derechos.
¿Qué hacer en estos casos?
Según el abogado laboral y docente de la Universidad San Martín, Ómar Rey, esta es una clara violación de los derechos de la trabajadora por parte de su empleador, pero adicional a ello, hay una violación a la dignidad humana, que tiene que ser respetada, incluso en casos como el confinamiento que estamos viviendo.
En estos casos, lo que puede hacer la persona afectada es acudir al Ministerio de Trabajo para que haga seguimiento e inspección de la situación, ya sea a través de un correo electrónico o llamada para presentar sus quejas “El papel del Ministerio es entrar a revisar si el empleador está cumpliendo o no con los derechos que les asisten a los trabajadores. Sin embargo, vale aclarar que el Ministerio solo hace inspección y vigilancia, mientras que los derechos laborales son amparados por un juez, de modo que una persona puede recurrir a una acción de tutela para que se le restablezcan sus derechos”, afirmó el penalista.
En el caso de vulneraciones como suspensión del contrato, que deja sin garantías al trabajador de cubrir sus derechos básicos, se puede resolver con la tutela y al empleador le podría costar una sanción de tipo económico, que podría ser de hasta 5 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes.
EL PROCESO:
Nixon Forero, abogado de Fonseca, aseguró que tramitará una queja ante el Ministerio de Trabajo y la Superintendencia de Vigilancia para que analicen el hecho, pues con esto se avanzaría en el caso para restablecerle los derechos a su cliente, que, según advierte, son de lesiones personales.
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