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Vendedores ambulantes: virus vs hambre


Pasan y pasan los días del aislamiento obligatorio y son varias las personas que empiezan a desesperarse pues las necesidades no paran ni se congelan. Ese es el caso de algunos vendedores ambulantes que tienen un gran dilema: virus vs hambre, o se cuidan de no contagiarse del COVID-19 o siguen saliendo, tomando todas las precauciones pues sus hijos y familia tienen hambre.


Salen con sus carretas
Al frente de Lucy Tejada es un sector bastante comercial donde comúnmente se reunía cantidad de vendedores ambulantes, trabajando por su sustento diario. En la actualidad por obvias razones se redujo el número pero aún se siguen viendo unos pocos con sus carretas, viendo frutas y verduras a las pocas personas que por allí transitan.


Temen ser multados
“Ni rajan ni prestan el hacha”, fue la expresión de uno de los vendedores ambulantes que le toca seguir vendiendo allí pero no quiso hablar directamente ni mostrar su rostro pues dice que teme ser multado por parte de la policía y que le quiten sus productos, además reclama ayudas por parte de la alcaldía de Pereira.


“Uno en la casa encerrado ya no sabe qué hacer, ver a su hijo diciéndole papi tengo hambre, a su esposa preocupada pues ya la nevera está vacía, el desespero es tanto que uno dice o nos morimos del coronavirus o nos morimos de hambre”, expresó uno de estos vendedores que no quiso revelar su identidad.

¿Qué dice el secretario de gobierno?
Álvaro Arias Vélez, secretario de Gobierno de Pereira, habló al respecto:

“Hemos hecho un trabajo especial sobre todas las personas que generan ventas ambulantes en Pereira, inicialmente de manera muy estricta con los que venden alimentos manipulados no procesados en las calles y después que llegó el aislamiento completo, obviamente con todas las otras personas que también generan algún sustento de la venta ambulante”.

“Seguimos haciendo operativos todos los días, generando puntos de control en las diferentes partes de la ciudad, muy activos en el sector oriente, en la parte de Villa Santana, Villavicencio, en las cinco comunas de Cuba. En el centro de la ciudad establecimos un plan candado que es el cerramiento en vallas desde el parque el Lago a la Libertad, para evitar que este tipo de ventas se siguieran presentando y así evitar un riesgo de contagio en nuestra ciudad”.


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