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EL COVID-19 SE LLEVÓ A SU HERMANO Y AHORA ELLA LO PADECE

A propósito de la emergencia que se vive en el país a raíz de los casos de coronavirus que han sido diagnosticados por las autoridades de salud, y la cuarentena obligatoria que comenzó a regir a partir de hoy, Q’HUBO habló con Liliana Ricardo (36 años), la hermana del taxista cartagenero que se convirtió en la primera víctima mortal en Colombia. Este es su relato en primera persona.



“Antes de la muerte de mi hermano, Árnold de Jesús Ricardo, de 58 años, yo empecé a sentirme mal, con fiebre alta, dolor de garganta, dolor en el cuerpo y mucho cansancio. Esos fueron los primeros síntomas. En esos días no salía de mi casa. “Mi hermano sí tenía problemas de diabetes e hipertensión. De modo que como él empezó a sentirse mal, yo lo llevé a la clínica, ese fue el único lugar a donde salí en esos días.

“Mi primera sospecha es que mi hermano tenía todos los síntomas del coronavirus yo empecé a sentir lo mismo. Sin embargo, creí que podía ser un problema de artritis, ya que yo sufro de ello.

“Una vez en la Clínica del Mar del Cartagena, donde ambos fuimos recluidos por problemas de salud,nos dejaron en la misma habitación, no nos brindaron la atención adecuada, y a pesar de las alarmas del Gobierno sobre posibles casos en el país, ellos actuaron como quisieron. “A mi hermano, que murió el 16 de marzo, no se le brindó la atención necesaria el 13 de marzo, cuando llegamos al centro de salud. De hecho, un médico le dijo que eso era una neumonía, pero ni aun así lo atendió un neumólogo.

Su caso
“En mi caso, los médicos me dijeron que estaba en revisión, pero no pasaba nada; me dijeron que podía salir a la calle a comprar mi comida o cualquier otra cosa que necesitara. Nunca me dieron un vaso con agua ni comida, a mí me tocó salir a comprarlo.

“El fin de semana del 21 fui diagnosticada con el virus.

Hoy siento que el Covid-19 ha consumido todas mis fuerzas, que ya no me puedo valer por mí misma para hacer muchas cosas, como las tareas de la casa, dictar las clases que antes daba, vender los productos de revistas que antes vendía, y en algunas ocasiones no puedo ni preparar mi propia comida, de modo que consumo cualquier cosa, sobre todo fruta, porque tampoco puedo salir a comprar nada.

“Vivo en cuatro paredes y el único contacto que tengo con el mundo exterior son las llamadas que a diario recibo de conocidos, de la gente que me quiere.

“Ahora pienso en qué va a pasar conmigo después del virus. Ahora estoy en un momento en el que tengo toda la atención médica, en que la gente que conozco me ha estado ayudando, pero cuando todo esto se me pase y no pueda salir a trabajar no sé cómo voy a sobrevivir si el país entero sigue en cuarentena”.

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