Para salvaguardar la vida de las personas, combatir a los bandidos y prevenir los delitos existe la Policía… pero, según la Fiscalía, uno de...
Para salvaguardar la vida de las personas, combatir a los bandidos y prevenir los delitos existe la Policía… pero, según la Fiscalía, uno de sus propios uniformados habría usado ese mismo poder para ordenar la muerte de un hombre. Todo por una miserableza de 150 mil pesos, la deuda que había entre alias el Cabo y alias el Comandante.

La audiencia
Ayer continuaron las audiencias de medida de aseguramiento contra Oscar Rolando Cuespud Agudelo, alias el Comandante; Edwin Cardona Cardona, alias el Negro; y Yeison Alfredo Díaz Sarmiento, alias el Primo, señalados de haber participado en el crimen ocurrido la madrugada del 10 de mayo, cuyo cadáver apareció abandonado en el kilómetro 4 de la vereda Montelargo.

Según se reveló en sala, el camión oficial de la Policía Nacional, UVJ-666, habría sido usado para mover y dejar tirado el cuerpo de Alejandro Rincón Cardona, alias el Cabo o Alejo. Todo indica que lo mataron dentro del vehículo y luego lo llevaron a la zona boscosa para abandonarlo. Hay reconocimientos fotográficos y testigos protegidos que señalan directamente a los involucrados. Uno de ellos aseguró que Alejo no era problemático, que trabajaba como campanero del hotel y que él era quien llevaba la mensualidad del uniformado, porque, según ese mismo testigo, el Comandante recibía plata para permitir la venta de estupefacientes en el Parque de la Libertad y alrededores.
Cuando la plata no llegaba, el uniformado amenazaba con “mandar a los de él” para levantar a todo el mundo.


La audiencia
Ayer continuaron las audiencias de medida de aseguramiento contra Oscar Rolando Cuespud Agudelo, alias el Comandante; Edwin Cardona Cardona, alias el Negro; y Yeison Alfredo Díaz Sarmiento, alias el Primo, señalados de haber participado en el crimen ocurrido la madrugada del 10 de mayo, cuyo cadáver apareció abandonado en el kilómetro 4 de la vereda Montelargo.

Según se reveló en sala, el camión oficial de la Policía Nacional, UVJ-666, habría sido usado para mover y dejar tirado el cuerpo de Alejandro Rincón Cardona, alias el Cabo o Alejo. Todo indica que lo mataron dentro del vehículo y luego lo llevaron a la zona boscosa para abandonarlo. Hay reconocimientos fotográficos y testigos protegidos que señalan directamente a los involucrados. Uno de ellos aseguró que Alejo no era problemático, que trabajaba como campanero del hotel y que él era quien llevaba la mensualidad del uniformado, porque, según ese mismo testigo, el Comandante recibía plata para permitir la venta de estupefacientes en el Parque de la Libertad y alrededores.
Cuando la plata no llegaba, el uniformado amenazaba con “mandar a los de él” para levantar a todo el mundo.

La historia de la deuda
Según el testigo, el problema comenzó porque Alejo habría usado parte del dinero de la cuota mensual del Comandante para pagar una deuda personal. Esa jugada lo sentencio a muerte.
El hombre le debía 150 mil pesos. Por eso el Comandante se paraba todos los días en la puerta del hotel, furioso, creyendo que no le habían pagado lo pactado. Ya había líos viejos por plata y Alejo estaba cansado; incluso le dijo a alias Toreto que estaba aburrido de esa maricada, que él sabía qué era lo que estaba pasando y que había que hablar con el Viejo, para que supiera.
Lo que dice el testigo
Alias Toretto relató que el Comandante entró directamente al cuarto de Alejo y, apenas cruzó la puerta, le ordenó a Toreto que se saliera, pero él no obedeció. Alejo, sentado en la cama, se levantó y le dijo al Comandante si no se acordaba de los $250 mil pesos que él mismo le había entregado. Fue ahí cuando, según el relato, el Subintendente le metió un golpe en el pecho, lo insultó y le exigió respeto. Acto seguido, presionó por la plata y advirtió que, si no se la entregaban, en cinco minutos metía a los muchachos al hotel, refiriéndose a otros policías bajo su mando.
Alias Lentejo sospechaba de tanta presencia del Comandante en la entrada del hotel, pero todo obedecía al descuadre del dinero. Más tarde, el Comandante se fue a un callejón a fumar marihuana y allí, según el testigo, dijo que así fuera una puñalada le daba al Cabo, que de alguna manera le tenía que pagar y que no iba a ser el primero. También volvió a exigir el dinero, pero Edwin se negó rotundamente, diciendo que no pagarían deudas ajenas. Fue ahí cuando soltaron la pregunta que decidiría todo: ¿Lo iban a dejar vivo… o lo iban a matar del todo? Agregando que, si el Comandante lo ordenaba, mandarían a alias el Primo o alias la Muerte a rematarlo.
El encerramiento
Alejo permaneció retenido durante dos días. No le daban comida y estaba débil, pero no lo perdían de vista porque varias personas del hotel lo conocían.
Para tenerlo calmado, le dieron un bazuco mientras decidían qué hacer con él. Cuando pidió comida, alias Toreto avisó; alias la Muerte dijo que le dieran “para que al menos quedara con el estómago lleno”, como quien dice: que coma antes de que lo maten.
La salida y el asesinato
Alejo logró comunicarse con policías conocidos del Comandante y contarles lo que estaba pasando. Eso aceleró todo. El Comandante, según el testimonio, llegó de inmediato en el camión UVJ-666, vehículo oficial de Unipol.
Edwin dijo que esto ya no era mamando gallo. Alias la Muerte y Kevin sacaron a Alejo del cuarto. El hombre estaba tan débil por no haber comido en dos días, que no pudo subirse al camión, así que alias la Muerte lo empujó.
Tiempo después alias la Muerte regresó diciendo que ya lo había hecho. Según el testigo, hablaba como en otra lengua, saltaba como loco, se pasaba el cuchillo lleno de sangre por la lengua, hacía cruces en el suelo y más cosas extrañas.
Dato
El arma usada, según el testigo, era un cuchillo llamado Alacrán.
Detalles
En medio de todo, algunos decían que ahí no se mataba a nadie a menos que la cagaran. Tras el asesinato, Edwin ordenó que alias la Muerte se cambiara porque estaba bañado en sangre.Toreto fue por ropa y trajo prendas que pertenecían al propio Cabo. Cuando Edwin le preguntó por qué, Toreto respondió: para que sienta el peso del muerto.
Dato
Alias la Muerte terminó siendo hombre de confianza del Viejo y al parecer trabaja como seguridad después de ese homicidio.
El juez
En audiencia, el juez dijo que lo ocurrido parecía una escena terrorífica y cuestionó cómo era posible que un vehículo oficial de la Policía Nacional hubiese sido usado para asesinar a alguien. Aseguró que, si esto resultaba cierto, la comunidad tenía razones de sobra para desconfiar. Por eso envió a los tres señalados al centro penitenciario y carcelario.
Datos
La sangre hallada en el camión coincidió con el ADN de Alejo.
Fue Policía
Alejandro Rincón Cardona le decían el Cabo porque, al parecer, había sido policía y sabía cómo era la vuelta con ellos. Por eso él llevaba cada mes el pago del uniformado.
El pago
El mismo día en que el policía procesado golpeó a alias el Cabo, también recibió la mensualidad. Alias el Negro habría entregado los $250 mil, y por esa miserable suma, que no alcanza ni para un mercado, habría dañado su carrera y su nombre.
Según el testigo, el problema comenzó porque Alejo habría usado parte del dinero de la cuota mensual del Comandante para pagar una deuda personal. Esa jugada lo sentencio a muerte.
El hombre le debía 150 mil pesos. Por eso el Comandante se paraba todos los días en la puerta del hotel, furioso, creyendo que no le habían pagado lo pactado. Ya había líos viejos por plata y Alejo estaba cansado; incluso le dijo a alias Toreto que estaba aburrido de esa maricada, que él sabía qué era lo que estaba pasando y que había que hablar con el Viejo, para que supiera.
Lo que dice el testigo
Alias Toretto relató que el Comandante entró directamente al cuarto de Alejo y, apenas cruzó la puerta, le ordenó a Toreto que se saliera, pero él no obedeció. Alejo, sentado en la cama, se levantó y le dijo al Comandante si no se acordaba de los $250 mil pesos que él mismo le había entregado. Fue ahí cuando, según el relato, el Subintendente le metió un golpe en el pecho, lo insultó y le exigió respeto. Acto seguido, presionó por la plata y advirtió que, si no se la entregaban, en cinco minutos metía a los muchachos al hotel, refiriéndose a otros policías bajo su mando.
Alias Lentejo sospechaba de tanta presencia del Comandante en la entrada del hotel, pero todo obedecía al descuadre del dinero. Más tarde, el Comandante se fue a un callejón a fumar marihuana y allí, según el testigo, dijo que así fuera una puñalada le daba al Cabo, que de alguna manera le tenía que pagar y que no iba a ser el primero. También volvió a exigir el dinero, pero Edwin se negó rotundamente, diciendo que no pagarían deudas ajenas. Fue ahí cuando soltaron la pregunta que decidiría todo: ¿Lo iban a dejar vivo… o lo iban a matar del todo? Agregando que, si el Comandante lo ordenaba, mandarían a alias el Primo o alias la Muerte a rematarlo.
El encerramiento
Alejo permaneció retenido durante dos días. No le daban comida y estaba débil, pero no lo perdían de vista porque varias personas del hotel lo conocían.
Para tenerlo calmado, le dieron un bazuco mientras decidían qué hacer con él. Cuando pidió comida, alias Toreto avisó; alias la Muerte dijo que le dieran “para que al menos quedara con el estómago lleno”, como quien dice: que coma antes de que lo maten.
La salida y el asesinato
Alejo logró comunicarse con policías conocidos del Comandante y contarles lo que estaba pasando. Eso aceleró todo. El Comandante, según el testimonio, llegó de inmediato en el camión UVJ-666, vehículo oficial de Unipol.
Edwin dijo que esto ya no era mamando gallo. Alias la Muerte y Kevin sacaron a Alejo del cuarto. El hombre estaba tan débil por no haber comido en dos días, que no pudo subirse al camión, así que alias la Muerte lo empujó.
Tiempo después alias la Muerte regresó diciendo que ya lo había hecho. Según el testigo, hablaba como en otra lengua, saltaba como loco, se pasaba el cuchillo lleno de sangre por la lengua, hacía cruces en el suelo y más cosas extrañas.
Dato
El arma usada, según el testigo, era un cuchillo llamado Alacrán.
Detalles
En medio de todo, algunos decían que ahí no se mataba a nadie a menos que la cagaran. Tras el asesinato, Edwin ordenó que alias la Muerte se cambiara porque estaba bañado en sangre.Toreto fue por ropa y trajo prendas que pertenecían al propio Cabo. Cuando Edwin le preguntó por qué, Toreto respondió: para que sienta el peso del muerto.
Dato
Alias la Muerte terminó siendo hombre de confianza del Viejo y al parecer trabaja como seguridad después de ese homicidio.
El juez
En audiencia, el juez dijo que lo ocurrido parecía una escena terrorífica y cuestionó cómo era posible que un vehículo oficial de la Policía Nacional hubiese sido usado para asesinar a alguien. Aseguró que, si esto resultaba cierto, la comunidad tenía razones de sobra para desconfiar. Por eso envió a los tres señalados al centro penitenciario y carcelario.
Datos
La sangre hallada en el camión coincidió con el ADN de Alejo.
Fue Policía
Alejandro Rincón Cardona le decían el Cabo porque, al parecer, había sido policía y sabía cómo era la vuelta con ellos. Por eso él llevaba cada mes el pago del uniformado.
El pago
El mismo día en que el policía procesado golpeó a alias el Cabo, también recibió la mensualidad. Alias el Negro habría entregado los $250 mil, y por esa miserable suma, que no alcanza ni para un mercado, habría dañado su carrera y su nombre.
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