La escena parece repetida, y con más antecedentes que un expediente viejo. Eran las 7 de la noche del 29 de mayo cuando el grupo del Goes de...
La escena parece repetida, y con más antecedentes que un expediente viejo. Eran las 7 de la noche del 29 de mayo cuando el grupo del Goes de la Policía Nacional, interceptó a un hombre que caminaba por una calle del barrio Panorama Country III, con algo más que las manos en los bolsillos: un revólver calibre 38 marca Smith & Wesson, cargado con seis cartuchos Indumil 38MM Special. El arma estaba lista para disparar.

El hombre fue identificado como Carlos Mario Díaz Arias, de 32 años, quien al momento de la captura no tenía ningún permiso para portar o tener armas de fuego. Lo llevaron ante las autoridades, se le incautó el arma, avaluada en 5 millones de pesos y el proceso judicial empezó de inmediato.
Directo a prisión
Fue presentado ante el Juzgado de Control de Garantías, donde la Fiscalía formuló cargos por el delito de porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones. Durante la audiencia se legalizó la captura, la incautación del arma y la imputación. Aunque Díaz Arias no aceptó los cargos, el juez consideró que había suficientes razones para enviarlo a prisión de manera preventiva, por lo que se le impuso una medida de aseguramiento intramural mientras continúa el proceso en su contra.
No era la primera vez
Aunque esta nueva captura lo dejó tras las rejas, Carlos Mario ya venía coleccionando antecedentes como si fueran estampitas. De acuerdo con el reporte judicial, tiene dos anotaciones previas por porte ilegal de armas en los años 2011 y 2020. Pero no se queda ahí, también suma tres por tráfico de estupefacientes, registradas en los años 2010, 2012 y 2025.
Es decir, ya había tenido tiempo para pensarlo mejor, pero eligió seguir en las mismas. Y esta vez, el riesgo que representa para la comunidad fue suficiente para que el juez optará por la cárcel como medida necesaria.

El hombre fue identificado como Carlos Mario Díaz Arias, de 32 años, quien al momento de la captura no tenía ningún permiso para portar o tener armas de fuego. Lo llevaron ante las autoridades, se le incautó el arma, avaluada en 5 millones de pesos y el proceso judicial empezó de inmediato.
Directo a prisión
Fue presentado ante el Juzgado de Control de Garantías, donde la Fiscalía formuló cargos por el delito de porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones. Durante la audiencia se legalizó la captura, la incautación del arma y la imputación. Aunque Díaz Arias no aceptó los cargos, el juez consideró que había suficientes razones para enviarlo a prisión de manera preventiva, por lo que se le impuso una medida de aseguramiento intramural mientras continúa el proceso en su contra.
No era la primera vez
Aunque esta nueva captura lo dejó tras las rejas, Carlos Mario ya venía coleccionando antecedentes como si fueran estampitas. De acuerdo con el reporte judicial, tiene dos anotaciones previas por porte ilegal de armas en los años 2011 y 2020. Pero no se queda ahí, también suma tres por tráfico de estupefacientes, registradas en los años 2010, 2012 y 2025.
Es decir, ya había tenido tiempo para pensarlo mejor, pero eligió seguir en las mismas. Y esta vez, el riesgo que representa para la comunidad fue suficiente para que el juez optará por la cárcel como medida necesaria.
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