Después de años de espera, la Fiscalía Segunda Especializada de Risaralda logró que Alcibíades Ramírez Quimbay fuera condenado a 20 años de ...
Después de años de espera, la Fiscalía Segunda Especializada de Risaralda logró que Alcibíades Ramírez Quimbay fuera condenado a 20 años de prisión. El soldado regular fue hallado culpable por un despiadado y aberrante hecho que conmocionó a la ciudad cuando salió a la luz y que involucra a una joven de 15 años, a quien sometió a acceso carnal, violento y tortura agravada en tres ocasiones distintas.
El Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Pereira emitió la sentencia por estos dos delitos, además de soborno. Así mismo, ordenó su captura; sin embargo, ese mismo día el hoy condenado, quien estuvo presente en la audiencia, pero de forma virtual, tras escuchar la condena, se echó a perder.
La condena implica que Ramírez Quimbay deberá cumplir su pena en un establecimiento carcelario. Sin embargo, la defensa presentó apelación, por lo que la Sala Penal del Tribunal Superior de Pereira revisará el fallo para decidir si lo confirma o lo revoca.
Así empezó
La menor conoció al soldado regular del batallón San Mateo, Alcibíades Ramírez Quimbaya, de 20 años, el 12 de febrero del año 2018, mientras esperaba el bus para ir a estudiar al municipio de Santuario.
Dijo que al principio se veían de noche en una vereda, pues él sabía que no podía salir con menores; la adolescente en entrevista aseguró que días después de comenzar la relación, Alcibíades comenzó con una actitud grosera y extraña, le ordenaba que le mandara
fotos y videos desnudas y por la insistencia ella lo hizo.
El 31 de mayo de 2018, la madre de la adolescente manifestó que hacía mes y medio esta llegaba a su casa golpeada, arrastrada, decaída, con parte del cabello y cejas rapado, refiere que un día la menor regresó a su casa y observó que en su brazo izquierdo y pierna derecha tenía unas marcas o heridas causadas con un objeto cortopunzante.
Aberrante
El día 19 de mayo de 2018, siendo las 7:00 de la mañana, la menor la llamó llorando diciéndole que estaba muy aporreada, que la persona con la que estaba, la había
golpeado, llegó a su casa entre las 8:00 y las 9:00 de la mañana; observando que tenía morados en piernas y brazos, y que le dijo que la persona que la había golpeado es un soldado que se llamaba Alcibiades, quien presta su servicio militar en el Batallón San Mateo de Pereira, Risaralda, el cual desde hace meses estaba abusando sexualmente de ella, la golpeaba, le hizo cortar el cabello, la marcó con una cuchilla en el brazo y en la pierna con las iniciales del nombre de él; que no podía resistirse, y que si decía algo la mataría.
Refiere la denunciante que recibió una llamada del hoy condenado, quien le pidió que no lo denunciara y que estaría dispuesto a darle dinero; refiere la denunciante que su hija siguió con esa relación y de nuevo el día 24 de 2018 llegó a su casa golpeada.
Encuentro en Montenegro
La menor y el exuniformado acordaron encontrarse en la terminal de transportes de Pereira, Risaralda, el 15 de abril de 2018. Tras viajar juntos a Montenegro, Quindío, y alojarse en un hotel, Ramírez consumió sustancias estupefacientes. Posteriormente, en un estado de excitación, Ramírez golpeó a la joven en el rostro, le halaba el cabello, la llevó al baño y la golpeó.
Ese mismo día salieron a una discoteca, y este le dijo que quería que se hiciera las iniciales de su nombre; regresaron al hotel con dos personas más, que consumieron sustancias estupefacientes y le dijo que se desnudara en presencia de los extraños, al negarse, fue golpeada de nuevo.
Al día siguiente durante el viaje en bus hacia Bogotá, Ramírez la obligó a mantener relaciones sexuales bajo amenazas de publicar fotos íntimas que él poseía. Al llegar a Bogotá, Ramírez forzó a la menor a transportar sustancias estupefacientes en sus partes íntimas; al llegar a una casa de una tía la agredió físicamente en el baño.
En Armenia
Cinco días después llegaron a Armenia, continuó con el abuso, obligándola a tener relaciones sexuales en un bus; en la terminal le dijo que la quería ver con el cabello corto, a lo cual se negó y este le cortó el pelo, lo guardó en una bolsa y se lo llevó.
Ocho días después, la contactó para que se vieran, al negarse la amenazó con publicar las fotos, por lo cual accedió al encuentro en la ciudad de Armenia y en un hotel, en carne viva le tatuó las iniciales de su nombre en un brazo y en una pierna, pues decía que era suya, luego sin ninguna razón la volvió a golpear, la cogió del cabello, la tiró al suelo, la pateó, le golpeó y le mordió la cara, le reventó la boca, posteriormente le dijo que la quería ver rapada, la llevó a una peluquería y la mandó a rapar.
Las agresiones fueron constantes, incluso en las instalaciones del Batallón San Mateo.
Tortura
En el relato, la fiscalía manifestó que se evidenció como Ramírez Quimbay le causó dolores y sufrimientos graves, físicos y psíquicos a la adolescente intimidándola y coaccionándola a realizar diferentes actos contra de su voluntad, por el hecho de ser mujer y también cómo se vulneró por parte de este la libertad e integridad y formación sexual de adolescente.
Dato
Alcibíades Ramírez Quimbay, reside en la vereda Las Brisas, finca La Palma, en el municipio de Quimbaya, Quindío.
El Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Pereira emitió la sentencia por estos dos delitos, además de soborno. Así mismo, ordenó su captura; sin embargo, ese mismo día el hoy condenado, quien estuvo presente en la audiencia, pero de forma virtual, tras escuchar la condena, se echó a perder.
La condena implica que Ramírez Quimbay deberá cumplir su pena en un establecimiento carcelario. Sin embargo, la defensa presentó apelación, por lo que la Sala Penal del Tribunal Superior de Pereira revisará el fallo para decidir si lo confirma o lo revoca.
Así empezó
La menor conoció al soldado regular del batallón San Mateo, Alcibíades Ramírez Quimbaya, de 20 años, el 12 de febrero del año 2018, mientras esperaba el bus para ir a estudiar al municipio de Santuario.
Dijo que al principio se veían de noche en una vereda, pues él sabía que no podía salir con menores; la adolescente en entrevista aseguró que días después de comenzar la relación, Alcibíades comenzó con una actitud grosera y extraña, le ordenaba que le mandara
fotos y videos desnudas y por la insistencia ella lo hizo.
El 31 de mayo de 2018, la madre de la adolescente manifestó que hacía mes y medio esta llegaba a su casa golpeada, arrastrada, decaída, con parte del cabello y cejas rapado, refiere que un día la menor regresó a su casa y observó que en su brazo izquierdo y pierna derecha tenía unas marcas o heridas causadas con un objeto cortopunzante.
Aberrante
El día 19 de mayo de 2018, siendo las 7:00 de la mañana, la menor la llamó llorando diciéndole que estaba muy aporreada, que la persona con la que estaba, la había
golpeado, llegó a su casa entre las 8:00 y las 9:00 de la mañana; observando que tenía morados en piernas y brazos, y que le dijo que la persona que la había golpeado es un soldado que se llamaba Alcibiades, quien presta su servicio militar en el Batallón San Mateo de Pereira, Risaralda, el cual desde hace meses estaba abusando sexualmente de ella, la golpeaba, le hizo cortar el cabello, la marcó con una cuchilla en el brazo y en la pierna con las iniciales del nombre de él; que no podía resistirse, y que si decía algo la mataría.
Refiere la denunciante que recibió una llamada del hoy condenado, quien le pidió que no lo denunciara y que estaría dispuesto a darle dinero; refiere la denunciante que su hija siguió con esa relación y de nuevo el día 24 de 2018 llegó a su casa golpeada.
Encuentro en Montenegro
La menor y el exuniformado acordaron encontrarse en la terminal de transportes de Pereira, Risaralda, el 15 de abril de 2018. Tras viajar juntos a Montenegro, Quindío, y alojarse en un hotel, Ramírez consumió sustancias estupefacientes. Posteriormente, en un estado de excitación, Ramírez golpeó a la joven en el rostro, le halaba el cabello, la llevó al baño y la golpeó.
Ese mismo día salieron a una discoteca, y este le dijo que quería que se hiciera las iniciales de su nombre; regresaron al hotel con dos personas más, que consumieron sustancias estupefacientes y le dijo que se desnudara en presencia de los extraños, al negarse, fue golpeada de nuevo.
Al día siguiente durante el viaje en bus hacia Bogotá, Ramírez la obligó a mantener relaciones sexuales bajo amenazas de publicar fotos íntimas que él poseía. Al llegar a Bogotá, Ramírez forzó a la menor a transportar sustancias estupefacientes en sus partes íntimas; al llegar a una casa de una tía la agredió físicamente en el baño.
En Armenia
Cinco días después llegaron a Armenia, continuó con el abuso, obligándola a tener relaciones sexuales en un bus; en la terminal le dijo que la quería ver con el cabello corto, a lo cual se negó y este le cortó el pelo, lo guardó en una bolsa y se lo llevó.
Ocho días después, la contactó para que se vieran, al negarse la amenazó con publicar las fotos, por lo cual accedió al encuentro en la ciudad de Armenia y en un hotel, en carne viva le tatuó las iniciales de su nombre en un brazo y en una pierna, pues decía que era suya, luego sin ninguna razón la volvió a golpear, la cogió del cabello, la tiró al suelo, la pateó, le golpeó y le mordió la cara, le reventó la boca, posteriormente le dijo que la quería ver rapada, la llevó a una peluquería y la mandó a rapar.
Las agresiones fueron constantes, incluso en las instalaciones del Batallón San Mateo.
Tortura
En el relato, la fiscalía manifestó que se evidenció como Ramírez Quimbay le causó dolores y sufrimientos graves, físicos y psíquicos a la adolescente intimidándola y coaccionándola a realizar diferentes actos contra de su voluntad, por el hecho de ser mujer y también cómo se vulneró por parte de este la libertad e integridad y formación sexual de adolescente.
Dato
Alcibíades Ramírez Quimbay, reside en la vereda Las Brisas, finca La Palma, en el municipio de Quimbaya, Quindío.
COMENTARIOS