Liliana Cardona Marín Eduardo Antonio García Caro es un paisa que resultó en Pereira, después de un ‘tropel’ con su hijo. Ya aquí, echó mano...
Liliana Cardona Marín
Eduardo Antonio García Caro es un paisa que resultó en Pereira, después de un ‘tropel’ con su hijo. Ya aquí, echó mano del oficio que aprendió desde los 13 años, cuando a falta de apoyo en su casa para estudiar hizo hasta tercero de primaria, entonces se fue a mirar cómo trabajaba un tío lustrabotas. Hubo un tiempo en que realizó otros ‘camellos’ y estudió hasta quinto, pero no más.
En su segunda temporada en la ciudad lleva más de 14 años, vive en El Danubio. Ya hablando de este oficio, García dice que lo primero y más importante que hay que aprender para ser un buen ‘lustra’, es no ensuciar las medias. “Eso no es solo pulso, requiere de táctica, hay que hacerlo bien para conservar la clientela, porque si usted no sabe trabajar dos veces no trabaja, en cambio cuando dicen este muchacho sabe trabajar pase mañana por acá”.
Eduardo Antonio tiene 54 años, estuvo trabajando la construcción pero le quedaron mal con la semana de pago y no volvió. Además, en otros tiempos, según él, la lustrada era muy buena, por eso no aprendió otro arte que le diera más platica. “Esto se está acabando porque ahora todo el mundo anda en tenis, zapato de material muy poco y las personas a las que les gustaba ‘la presencia’, se han muerto mucho”.
¿Será cuestión del clima? Es la pregunta, porque de pronto en tierra fría el oficio se conserva más, pero él contesta que no, que por todas partes es lo mismo, llegó el cuero graso y acabó con la tradición, hasta él mismo usa tenis ‘casa de herrero, cuchillo de palo’.
De este lustrabotas dependen su esposa, seis perros, tres gatos y una lora, porque ya los hijos están grandes. “Hay que llevar cuido o comida para hacerles y cualquier librita de arroz con huevito para nosotros, cuando se puede comer carnita pues muy bueno, si no al menos que no falte el huevito”.
Nunca lo han atracado en este lugar y ahora que llegó el tiempo de calor le toca buscar la sombra, porque si consigue una sombrilla ahí sí lo puede molestar Espacio Público, así la guerrea. “En este parque hay otros dos lustrabotas y pasan los piratas que les gusta ir andando por ahí. Este oficio se acaba, se ha muerto mucha gente, después de la Pandemia no es lo mismo, hay que batallar mucho, yo tengo días de $7.000 y hay otros de $18.000, así es la vida. Aunque la tarifa es de $3.500, si llega un cliente y me dice que tiene $3.000 ¿cómo lo voy a dejar ir? Yo vine fue a trabajar, no a irme blanquiado”.
-Luiz Inácio Lula (presidente de Brasil)
-Alejandro Toledo (presidente de Perú)
-Malcolm X (activista)
-Vicente Fernández (cantante)
-Ozzy Osbourne (cantante)
Eduardo Antonio García Caro es un paisa que resultó en Pereira, después de un ‘tropel’ con su hijo. Ya aquí, echó mano del oficio que aprendió desde los 13 años, cuando a falta de apoyo en su casa para estudiar hizo hasta tercero de primaria, entonces se fue a mirar cómo trabajaba un tío lustrabotas. Hubo un tiempo en que realizó otros ‘camellos’ y estudió hasta quinto, pero no más.
En su segunda temporada en la ciudad lleva más de 14 años, vive en El Danubio. Ya hablando de este oficio, García dice que lo primero y más importante que hay que aprender para ser un buen ‘lustra’, es no ensuciar las medias. “Eso no es solo pulso, requiere de táctica, hay que hacerlo bien para conservar la clientela, porque si usted no sabe trabajar dos veces no trabaja, en cambio cuando dicen este muchacho sabe trabajar pase mañana por acá”.
Gajes del oficio
¿Y si uno le dice al cliente que se quite las medias o el zapato queda muy montañero? García responde: “Eso ya es muy paila, imagínese quítese el zapato yo se lo lustro en la mano, usted ahí no está aprendiendo es nada y el zapato se lustra mejor puesto que en la mano, porque está lleno, se trabaja más cómodamente y más ligeramente, le sale más brillo al zapato”.Eduardo Antonio tiene 54 años, estuvo trabajando la construcción pero le quedaron mal con la semana de pago y no volvió. Además, en otros tiempos, según él, la lustrada era muy buena, por eso no aprendió otro arte que le diera más platica. “Esto se está acabando porque ahora todo el mundo anda en tenis, zapato de material muy poco y las personas a las que les gustaba ‘la presencia’, se han muerto mucho”.
¿Será cuestión del clima? Es la pregunta, porque de pronto en tierra fría el oficio se conserva más, pero él contesta que no, que por todas partes es lo mismo, llegó el cuero graso y acabó con la tradición, hasta él mismo usa tenis ‘casa de herrero, cuchillo de palo’.
Cosa de lustrabotas
Al señor García no le gustan los sindicatos, ni las agremiaciones, se mantiene independiente siempre, tal como empezó. “Por acá dizque existe un sindicato de lustrabotas y yo no me meto en eso, porque no veo ningún beneficio ¿qué hacen los presidentes, el tesorero? No le pago a nadies, lo que me gano es pa llevar comidita a la casa”.De este lustrabotas dependen su esposa, seis perros, tres gatos y una lora, porque ya los hijos están grandes. “Hay que llevar cuido o comida para hacerles y cualquier librita de arroz con huevito para nosotros, cuando se puede comer carnita pues muy bueno, si no al menos que no falte el huevito”.
El día a día
García comenta que a él en este punto de El Lago, nadie lo molesta, porque ese punto ya estaba acreditado por ‘otro lustra’, don Absalón que fue víctima de un accidente de tránsito. “Llego a las 7:00 de la mañana y me voy a las 4:00 o 5:00 de la tarde, hay veces me da para almorzar y hay veces que no. Por allí hay una parte que venden la porción de fríjoles en $2.300, cuando no pues los clientes tampoco lo dejan morir a uno del todo, le preguntan que si va a tomar pintadito y pancito, entonces uno lleva lo poquito que se gana”.Nunca lo han atracado en este lugar y ahora que llegó el tiempo de calor le toca buscar la sombra, porque si consigue una sombrilla ahí sí lo puede molestar Espacio Público, así la guerrea. “En este parque hay otros dos lustrabotas y pasan los piratas que les gusta ir andando por ahí. Este oficio se acaba, se ha muerto mucha gente, después de la Pandemia no es lo mismo, hay que batallar mucho, yo tengo días de $7.000 y hay otros de $18.000, así es la vida. Aunque la tarifa es de $3.500, si llega un cliente y me dice que tiene $3.000 ¿cómo lo voy a dejar ir? Yo vine fue a trabajar, no a irme blanquiado”.
Cifra
$11.000 cuesta una caja de betún Cherry, el que sí le sirve y la grasa le cuesta $9.500.Dato
“Hay gente que dice que $3.000 por una lustrada es mucha plata, yo les digo: venga siéntese y le doy $10.000 para que me los lustre a mí y me contestan que no, porque no saben ¿sí ve?”Lustrabotas famosos
-Pelé-Luiz Inácio Lula (presidente de Brasil)
-Alejandro Toledo (presidente de Perú)
-Malcolm X (activista)
-Vicente Fernández (cantante)
-Ozzy Osbourne (cantante)
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