Liliana Cardona Marín Ayer fue el primer día de esta segunda y muy anunciada ola invernal, en que la ciudad amaneció literalmente derretida....
Liliana Cardona Marín
Ayer fue el primer día de esta segunda y muy anunciada ola invernal, en que la ciudad amaneció literalmente derretida. Con este panorama se presentaron muy puntuales a la cita en el colegio, el doctor Juan Manuel Mejía Ariza y su padre, el exprofesor de matemáticas entre 1977 y 1987, en el Deogracias Cardona, Federico Antonio Mejía Pardo.
La menuda lluvia de las 8:00 de la mañana, no fue impedimento para que la agenda se cumpliera a cabalidad y los estudiantes hicieran calle de honor para los invitados. Los chicos del Deogracias están acostumbrados a que lleguen personalidades, pues cabe recordar que de allí son exalumnos también los señores Juan Pablo Gallo y Carlos Alberto Maya alcalde de Pereira, de la promoción 1995.
Mejía es experto en compuestos avanzados del laboratorio JPL de la NASA, llegar allí fue posible tras meterle toda la energía a la oportunidad de estudiar y vivir en Estados Unidos, porque, como él mismo Mejía explica: “Yo no nací siendo alguien excepcional, hasta mal estudiante era aquí en Pereira, pero los obstáculos que pone la vida hace que uno piense las cosas diferente”. Debe ser en nombre de este aprendizaje que la flor de loto hace parte de las charlas que imparte.
Después de entonar el himno nacional con timidez y de cantar el del colegio viendo en la pantalla del celular del rector, Mejía se sentó en el centro de la mesa principal, acto seguido les presentaron a los estudiantes las hojas de vida de los invitados y empezaron las presentaciones artísticas, muy colombianas por cierto, de parte de estudiantes de diferentes grados, después llegó el momento de los discursos, cortos pero eficientes.
‘Vive como si fueras a morir mañana, pero aprende, como si fueras a vivir eternamente’, con esta frase de Mahatma Ghandi empezó Mejía su intervención, les dijo a los muchachos que él trata de seguir esta máxima a diario en todo lo que hace.
El científico les recalcó en la charla dos cosas: que estos pelados son su esperanza y sobre todo que las niñas son el futuro de la humanidad e hizo un aparte para la hermana, quien al ser menor que él, hoy tiene un posdoctorado y trabaja en el desarrollo de nanotecnología en investigación contra el cáncer. Terminó por decirles que las mujeres pueden llegar más lejos que los hombres si se lo proponen, que hay que trabajar muy duro para conseguir objetivos, pero que cuando se hace lo que a uno le gusta, todo puede ser un pasatiempo.
Ayer fue el primer día de esta segunda y muy anunciada ola invernal, en que la ciudad amaneció literalmente derretida. Con este panorama se presentaron muy puntuales a la cita en el colegio, el doctor Juan Manuel Mejía Ariza y su padre, el exprofesor de matemáticas entre 1977 y 1987, en el Deogracias Cardona, Federico Antonio Mejía Pardo.
La menuda lluvia de las 8:00 de la mañana, no fue impedimento para que la agenda se cumpliera a cabalidad y los estudiantes hicieran calle de honor para los invitados. Los chicos del Deogracias están acostumbrados a que lleguen personalidades, pues cabe recordar que de allí son exalumnos también los señores Juan Pablo Gallo y Carlos Alberto Maya alcalde de Pereira, de la promoción 1995.
A manera de recorderis
El doctor Juan Manuel fue entrevistado por este periódico en julio, cuando una visita suya por el terruño no estaba en los planes, pero la nutrida agenda que tuvo el encuentro de egresados de la UTP, le hizo darse un paseito por la Querendona.Mejía es experto en compuestos avanzados del laboratorio JPL de la NASA, llegar allí fue posible tras meterle toda la energía a la oportunidad de estudiar y vivir en Estados Unidos, porque, como él mismo Mejía explica: “Yo no nací siendo alguien excepcional, hasta mal estudiante era aquí en Pereira, pero los obstáculos que pone la vida hace que uno piense las cosas diferente”. Debe ser en nombre de este aprendizaje que la flor de loto hace parte de las charlas que imparte.
El homenaje en el colegio
Cuando Juan Manuel Mejía salió del área administrativa del Deogracias, soportaba con las dos manos una bandeja plateada y sobre ella la bandera de la Institución educativa. Los estudiantes ya se encontraban organizados en las gradas del coliseo y en el centro de la cancha había una mesa organizada con flores y agua.Después de entonar el himno nacional con timidez y de cantar el del colegio viendo en la pantalla del celular del rector, Mejía se sentó en el centro de la mesa principal, acto seguido les presentaron a los estudiantes las hojas de vida de los invitados y empezaron las presentaciones artísticas, muy colombianas por cierto, de parte de estudiantes de diferentes grados, después llegó el momento de los discursos, cortos pero eficientes.
Un mensaje claro y contundente
La sencillez y timidez del experto no ha cambiado para nada, así lo recuerda la señora Miriam Urrego, secretaria académica del colegio durante 40 años, que estaba como invitada especial al evento. “Recuerdo mucho más al papá, todo un señor y muy buen maestro, del niño tengo más bien un recuerdo de su cara y de la timidez”, dijo la señora.‘Vive como si fueras a morir mañana, pero aprende, como si fueras a vivir eternamente’, con esta frase de Mahatma Ghandi empezó Mejía su intervención, les dijo a los muchachos que él trata de seguir esta máxima a diario en todo lo que hace.
El científico les recalcó en la charla dos cosas: que estos pelados son su esperanza y sobre todo que las niñas son el futuro de la humanidad e hizo un aparte para la hermana, quien al ser menor que él, hoy tiene un posdoctorado y trabaja en el desarrollo de nanotecnología en investigación contra el cáncer. Terminó por decirles que las mujeres pueden llegar más lejos que los hombres si se lo proponen, que hay que trabajar muy duro para conseguir objetivos, pero que cuando se hace lo que a uno le gusta, todo puede ser un pasatiempo.
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