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Ayer el turno fue para La Badea

Liliana Cardona Marín

El Reclusorio de Mujeres de Pereira, La Badea, no podía ser ajeno o dejar pasar la fecha en que los privados de la libertad le celebran a la Virgen de La Merced, que les ayuda a soportar esa dura prueba en que la vida los puso. El penal actualmente se encuentra bajo la dirección de la señora Luz Marina Duque, quien fue directora del mismo hasta 2015 y regresó nuevamente hace seis meses.



La cita era en punto de las 8:00 de la mañana con cero celulares y cero dinero, reglas que debían acatarse si se quería participar de la fiesta, la ley fue para todos: artistas, funcionarios de la alcaldía de Dosquebradas y medios de comunicación. El material fotográfico y en video correría por parte de los guardianes del Inpec y de un celular que dejaron ingresar por hacer parte del equipo de comunicaciones del alcalde Ramos.




En La Badea

Llegar a esta penitenciaría es como arribar a una granja, después de la guardia el camino destapado, el guadual y el mismo entorno propician que se dé más fácil la desconexión con el mundo exterior. Un enorme perro pastor alemán observa tranquilo y confiado en que nada hay que temer con estos nuevos visitantes, sin el menor asomo de querer alterar la situación.


En La Badea hay patio uno, para las mujeres a las que ya les dictaron condena y patio dos para aquellas que están sindicadas. Los invitados musicales se turnaron entre uno y otro para alegrar la mañana que arrancó muy fría y lograr sacar de la monotonía a estas mujeres.


En el uno hay tantos elementos que se hace necesario posar detenidamente la mirada sobre cada uno para entender el significado que puede tener lejos de la libertad. El primero son los murales de la naturaleza y mariposas que recuerdan el valor de la libertad, sobre esa misma pared está el televisor que las conecta a la realidad exterior. Al fondo El Misericordioso y debajo de este cuadro otro mural de la virgen de Fátima con Francisco, Jacinta y Lucía (los tres pastorcitos) para creer que los milagros existen y a la derecha un gran cartel de muchos colores y escarcha que explica cada una de las letras LGTBIQ+ y una exposición de razones para no ser juzgadas.




La jornada

También es como llegar a villa cojines, hay de todos los colores, formas y tamaños sobre las sillas de plástico. Así mismo hay moñas: unas altas y perfectas, sin un solo cabello fuera de lugar, otras también altas pero más descomplicadas. otras bajas para mujeres no tan jóvenes y otras que indican que el pelo está recogido por azar del destino.


Todo comenzó muy tímido y callado, artistas a la izquierda, reclusas en el centro y practicantes de la U. Católica y demás invitados a la derecha. Yo me llamo Juan Gabriel venía a preguntar algo, pero las internas con solo verlo hicieron algarabía. El mariachi Pancho Villa empezó con Sublime mujer, pero las hipnotizó Hechizo de Ana Gabriel, el molde lo rompió Y ándale que popularizaron Las hermanitas Calle. Después llegó el turno para el reguetón y las más jóvenes aplaudían.


La directora intervino y les dijo: “Las veo como bajitas de nota”, después preguntó ¿Están tristes o qué? “Les tengo una visita muy especial”. El alcalde Ramos las saludó y después les recordó la importancia de aprovechar la capacitación en confección que les imparten en conjunto con el SENA y que aparte de rebajar en la pena, les ayuda económicamente para sus familias, mientras que suple a los empresarios de personal y maquila.


Después de la intervención del mandatario siguió la presentación de artistas con las baladas de Jairo Cifuentes. El reguetonero se parchó en el suelo para charlar con algunas, el alcalde y la directora desatrasaban cuaderno, mientras eso la última canción de Cifuentes, que es bailable, empató con la música parrandera del grupo musical de la Secretaría de Cultura que logró más de seis parejas tirando paso. Después llegó el refrigerio y otra vez a bailar.



Cifra

237 internas es el cupo que tiene La Badea.


Dato

Desde 1960 está en funcionamiento este reclusorio.

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