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No cometieron ningún delito

 



Jairo Augusto Sierra Marín y Edilia del Carmen Obando Galeano fueron declarados inocentes del delito de estímulo a la prostitución a una menor de 16 años, en hechos ocurridos en la capital risaraldense. En esta misma investigación el primo de la víctima, Edwin Orlando García Ciro, fue condenado a 14 años de cárcel.


No hubo pruebas

Estas personas resultaron involucradas en la investigación porque eran los administradores de la residencia en el centro que, según las pesquisas de la policía, fue usada para explotar sexualmente a la menor de edad en abril de 2018. Durante el proceso, la fiscalía argumentó que “estos permitían el ingreso de la menor con los clientes, sabían que era víctima de explotación sexual y no ejercieron ningún control, pues no los registraban al ingreso”.

Sin embargo, la defensa logró demostrar la inocencia de Jairo Augusto Sierra Marín y Edilia del Carmen Obando Galeano durante el juicio, tanto así que Edwin Orlando García Ciro (quien fue condenado), manifestó en su declaración que la adolescente para poder ingresar a hoteles y residencias entregaba un denuncio de pérdida de documento de una persona adulta, esto sumado a su aspecto físico, engañaba a los administradores de estos lugares.

También se tuvo en cuenta que las declaraciones de la víctima no fueron claras sobre el conocimiento de estas personas en el delito que se estaba cometiendo y si en efecto ocurrió en los hoteles que los procesados administraban.

De esta forma fue la misma fiscalía la que pidió la absolución de estas personas. El Juzgado Tercero Penal del Circuito de Pereira acogió la petición, en el sentido que no se pudo probar la responsabilidad más allá de toda duda razonable en el delito de estímulo a la prostitución de menores.



Delito

Recordemos que el hecho ocurrió el 27 de abril del año 2018. La menor viajó con su primo Edwin Orlando García Ciro a Pereira, ciudad donde estuvo por 5 días, con cinco hombres diferentes que pagaban entre $50 y $80 mil para tener relaciones sexuales con la adolescente, dinero con el que se quedaba el primo.

La víctima aprovechó un descuido del sujeto y llamó a la progenitora para contarle que era víctima de explotación sexual por parte del primo. La madre denunció y la Policía Judicial realizó el operativo en las residencias donde la menor era obligada a ejercer la prostitución.





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