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El viernes terapiaron a un resto de gente

 María del Carmen escuchó en la emisora el lunes 9 de mayo, que a través de un número celular podía inscribirse para ser una de las pacientes beneficiadas con la dosis de Terapia Neural que ofreció ayer viernes 13, la Gobernación de Risaralda. 


Sin pensarlo dos veces llamó y le asignaron un turno, ella no imaginó el barullo de personas que encontraría en el Parque Olaya contiguo al edificio de la gobernación. Sus ojos no daban crédito a lo que veía, porque se encontró con ancianos, niños con sus padres, mujeres solas, pacientes con condiciones especiales y hasta grupos de la tercera edad.


En el lugar había carpas en los que se anunciaba el grupo al que le correspondía estar ahí, era tanta la gente que quedó de encontrarse con una vecina que también se inscribió y al no verla le marcó al celular, pero estaba tan lejos que no pudieron reunirse, pues una de las filas que empezaba en la plazoleta llegaba hasta la calle 18 entre carreras 13 y 14. 



Todos estaban citados para las 9:00 de la mañana. María del Carmen hacía la fila, delante de ella una pareja con un niño de unos 8 años procuraban calmarlo para que no llorara más y le decían: “mira que no te va a doler, es para que te mejores, no ves que no puedes ir a natación con los amiguitos”. Aunque el ritmo de la fila india era ágil, el sol de las 9:50, ya hacía que la gente sudara y resoplara.


Patricia, la vecina de María, corrió con suerte, se encontró con el hijo de una prima que es funcionario y la dejó tomar su lugar. Por eso cuando ya tenía la dosis de Procaína y Lidocaína, que normalmente son los anestésicos usados en este tipo de terapias, se dedicó a buscar a su vecina para decirle que se fueran juntas a otra carpa donde había un sacerdote que los ungía con aceite y les daba la estampita de la Milagrosa.



Por fin llegó el momento y Carmencita, como le dicen de cariño, se sentó al lado de la mesa donde un médico y una enfermera preparaban la dosis de cada persona, apretó el bolso, cerró los ojos y no había acabado de encomendarse a los santos, cuando le dijeron que se podía ir. Solo sintió una picadita parecida a la de un alfiler, tiene fe en que los dolores de su reumatismo se calmarán un buen tiempo, sobre todo en este invierno que hace doler más los huesos.


Cuando María y Patricia iban en busca de la fila del padre del aceitico, escucharon cómo la esposa del gobernador, rodeada de periodistas les decía: “Buscamos que los risaraldenses tengan una salud integral, sabemos que la pandemia dejó muchos dolores físicos y del alma, eso lo vemos en tantos suicidios que se presentan, los que se quebraron y a los que despidieron. En las diferentes dependencias pueden encontrar ayuda de psicólogos y orientadores espirituales, queremos que todos tengan calidad de vida”. Patricia al escuchar, le dijo a su amiga: “vea lo importante y uno muchas veces no sabe y se pone a esperar citas de la EPS”.




El doctor Contreras explica

“La terapia neural nace en Alemania en 1925, es medicina complementaria. Se trata de que se genere reparación de las células, controlar la inflamación y activar el sistema nervioso central para que produzca la sustancia que repara los tejidos y mejora la calidad de vida de los pacientes. La ponemos en la parte posterior del cuello para que tenga una amplia diseminación en las áreas donde la mayoría de personas tiene problemas que es la cabeza y la columna por estrés. Son dosis mínimas, por eso no está contraindicada para nadie y se puede aplicar cada semana o cada mes”.














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