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De a poquitos saqueaban a los supermercados

La modalidad del robo hormiga les genera pérdidas millonarias a los almacenes de cadena en la ciudad, el Grupo de Contra Atracos de la Sijín acaba de desmantelar a toda una banda, conformada por 16 integrantes que operaba de manera coordinada bajo el mando de un cabecilla y tenía toda una estructura para comercializar los productos en el mercado negro. Según las autoridades, esta organización afectaba el patrimonio de supermercados como D1, ARA, El Éxito, Carulla, Super Inter entre otros.


La investigación

La Policía Judicial de Pereira empezó esta investigación el 12 de junio de 2019 luego de recibir las denuncias de varias de estas tiendas de cadena sobre el incremento del robo hormiga, lo cual llevó a sospechar que podría tratarse del surgimiento de una banda dedicada a este delito.

Los investigadores empezaron las pesquisas y durante estas lograron ubicar a una fuente humana que les confirmó la conformación de un grupo delincuencial dedicado a sustraer de los supermercados productos de fácil comercialización como cremas, cepillos, licores, cosméticos, entre otros.

De esta manera enfocaron sus esfuerzos en descubrir el modus operandi y la identidad de los integrantes. Lograron establecer que la banda tenía un único líder identificado como Hernando de Jesús López Betancur, alias Nando quien era el encargado de coordinar a los demás miembros y les suministraba las herramientas para cometer los hurtos como bolsas biónicas, fajas y el transporte. De igual forma era el encargado de negociar la mercancía con los receptadores y recibir la plata en sus cuentas bancarias que luego repartiría.


Cómo operaban

Según la Fiscalía, la organización tenía a su servicio varios vehículos de baja gama en los cuales acercaban a los presuntos integrantes al supermercado elegido. Allí uno ingresaba primero y seleccionaba varios productos, los cuales dejaba en un sitio estratégico de poco tránsito de personas y oculto para los trabajadores de la tienda; posteriormente ingresaban los compinches y estos, de manera hábil, lograban ocultarlos en las bolsas biónicas y fajas que luego camuflaban con sus prendas de vestir. Y así operaban a diario y en diferentes establecimientos comerciales.

Labores investigativas como interceptación de llamadas telefónicas permitieron a los judiciales establecer que el cabecilla negociaba los productos hurtados con Fabián Hinchapié Guerrero, propietario de la farmacia Promodrogas ubicada en la carrera 5 con calle 22 y con Joaquín Guillermo Uribe Mejía, dueño de una tienda en la Capilla de Dosquebradas, personas que al parecer estaban encargadas de vender en sus propios esta

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