En tremendo lío judicial se metieron los jóvenes Sebastián Cano Aricapa, de 23 años, y Devin González Barrera, de 21, luego de ser sorprendi...
En tremendo lío judicial se metieron los jóvenes Sebastián Cano Aricapa, de 23 años, y Devin González Barrera, de 21, luego de ser sorprendidos en plena vía pública del barrio Montelíbano, en el sector de Cuba, Pereira, justo en el momento en que cobraban el dinero de una presunta extorsión, al parecer de la banda delincuencial La Cordillera.

¿Qué pasó?
De acuerdo con el relato entregado por la Fiscalía 33 Local URI de Pereira durante las audiencias preliminares, todo comenzó el sábado 1 de noviembre, a las 9:25 de la mañana, cuando una joven, desesperada por las amenazas que venía recibiendo, llegó hasta las instalaciones del Gaula del CTI a poner la denuncia.
La mujer aseguró que desde el mes de septiembre venía siendo contactada por personas desconocidas que la llamaban y le escribían constantemente por WhatsApp desde varios números diferentes. Los sujetos le exigían la suma de 15 millones de pesos y la intimidaban asegurándole que, si no entregaba la plata, atentarían contra su vida, la de su familia y la de su sobrino.
Los delincuentes le decían que el motivo del “cobro” era porque su sobrino compraba dosis de estupefacientes a alguien que no estaba autorizado para vender en el sector, y que incluso le habían quitado el celular al muchacho. Además, la amenazaban diciendo que el joven debía pagar una multa, que si lo veían “mal parqueado” o “haciendo cosas indebidas” lo iban a matar, y que ya tenían la orden de hacerlo. Al parecer, estas amenazas provenían de la banda delincuencial Cordillera, que controla la venta de droga en varias zonas de Pereira.
El plan del Gaula
Tras escuchar el relato, los investigadores del Gaula organizaron un plan entrega controlado para capturar a los responsables en flagrancia. La víctima, siguiendo las instrucciones, entregó inicialmente 500 mil pesos como parte del pago y los investigadores prepararon un paquete que simulaba contener 6 millones de pesos, ya que los extorsionistas le habían reducido la exigencia de 15 a 12 millones de pesos.
El encuentro se fijó para la 1:15 de la tarde de ese mismo sábado en la manzana 14 del barrio Montelíbano, el sector de Cuba. Los agentes del Gaula se ubicaron estratégicamente alrededor del punto, vigilando cada movimiento. A esa hora, los uniformados vieron llegar una motocicleta con dos hombres, quienes se estacionaron justo donde estaba la víctima.
El parrillero, identificado como Devin González, fue quien se acercó y recibió el paquete con el dinero simulado, mientras que el conductor, Sebastián Cano, esperaba con el vehículo encendido para huir. Sin embargo, los del Gaula no les dieron tiempo de reaccionar: los interceptaron y capturaron en flagrancia. Ambos fueron trasladados a las instalaciones del Gaula del CTI junto con la evidencia del dinero y la motocicleta en la que se movilizaban.
La audiencia
Durante las audiencias de legalización de captura y formulación de cargos, la Fiscalía 33 Local URI de Pereira les imputó el delito de extorsión agravada. Pese a las pruebas presentadas por el ente acusador, los dos jóvenes no aceptaron los cargos.
El fiscal solicitó medida de aseguramiento en centro carcelario, argumentando la gravedad de los hechos y el riesgo para la víctima; sin embargo, el abogado manifestó que las víctimas no sabían que era dinero producto de extorsión y que sus defendidos carecen de antecedentes judiciales, solicitó que no fueran enviados a la cárcel sino cobijados con detención domiciliaria y el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Pueblo Rico decidió otorgarles detención domiciliaria, mientras avanzan la investigación.
Dato
Sebastián es natural del municipio de Quinchía y Devin es natural de Pereira.

¿Qué pasó?
De acuerdo con el relato entregado por la Fiscalía 33 Local URI de Pereira durante las audiencias preliminares, todo comenzó el sábado 1 de noviembre, a las 9:25 de la mañana, cuando una joven, desesperada por las amenazas que venía recibiendo, llegó hasta las instalaciones del Gaula del CTI a poner la denuncia.
La mujer aseguró que desde el mes de septiembre venía siendo contactada por personas desconocidas que la llamaban y le escribían constantemente por WhatsApp desde varios números diferentes. Los sujetos le exigían la suma de 15 millones de pesos y la intimidaban asegurándole que, si no entregaba la plata, atentarían contra su vida, la de su familia y la de su sobrino.
Los delincuentes le decían que el motivo del “cobro” era porque su sobrino compraba dosis de estupefacientes a alguien que no estaba autorizado para vender en el sector, y que incluso le habían quitado el celular al muchacho. Además, la amenazaban diciendo que el joven debía pagar una multa, que si lo veían “mal parqueado” o “haciendo cosas indebidas” lo iban a matar, y que ya tenían la orden de hacerlo. Al parecer, estas amenazas provenían de la banda delincuencial Cordillera, que controla la venta de droga en varias zonas de Pereira.
El plan del Gaula
Tras escuchar el relato, los investigadores del Gaula organizaron un plan entrega controlado para capturar a los responsables en flagrancia. La víctima, siguiendo las instrucciones, entregó inicialmente 500 mil pesos como parte del pago y los investigadores prepararon un paquete que simulaba contener 6 millones de pesos, ya que los extorsionistas le habían reducido la exigencia de 15 a 12 millones de pesos.
El encuentro se fijó para la 1:15 de la tarde de ese mismo sábado en la manzana 14 del barrio Montelíbano, el sector de Cuba. Los agentes del Gaula se ubicaron estratégicamente alrededor del punto, vigilando cada movimiento. A esa hora, los uniformados vieron llegar una motocicleta con dos hombres, quienes se estacionaron justo donde estaba la víctima.
El parrillero, identificado como Devin González, fue quien se acercó y recibió el paquete con el dinero simulado, mientras que el conductor, Sebastián Cano, esperaba con el vehículo encendido para huir. Sin embargo, los del Gaula no les dieron tiempo de reaccionar: los interceptaron y capturaron en flagrancia. Ambos fueron trasladados a las instalaciones del Gaula del CTI junto con la evidencia del dinero y la motocicleta en la que se movilizaban.
La audiencia
Durante las audiencias de legalización de captura y formulación de cargos, la Fiscalía 33 Local URI de Pereira les imputó el delito de extorsión agravada. Pese a las pruebas presentadas por el ente acusador, los dos jóvenes no aceptaron los cargos.
El fiscal solicitó medida de aseguramiento en centro carcelario, argumentando la gravedad de los hechos y el riesgo para la víctima; sin embargo, el abogado manifestó que las víctimas no sabían que era dinero producto de extorsión y que sus defendidos carecen de antecedentes judiciales, solicitó que no fueran enviados a la cárcel sino cobijados con detención domiciliaria y el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Pueblo Rico decidió otorgarles detención domiciliaria, mientras avanzan la investigación.
Dato
Sebastián es natural del municipio de Quinchía y Devin es natural de Pereira.
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