Después de días de seguimiento, la Sijín le dio un duro golpe al crimen en Dosquebradas. En un allanamiento realizado en el barrio Camilo To...
Después de días de seguimiento, la Sijín le dio un duro golpe al crimen en Dosquebradas. En un allanamiento realizado en el barrio Camilo Torres, fue capturado Harold Alexander Maturana Mosquera alias el Negro Harold, señalado de ser uno de los principales actores criminales del municipio y quien habría tomado el mando del negocio tras el asesinato de su amigo y socio, alias el Chemo, ocurrido el año pasado en Santa Rosa de Cabal.
Este hombre, quien se creía intocable, tenía bajo su control varios sectores de Venus, Pueblo Sol Alto, Medio, Bajo y el mismo Camilo Torres, zonas donde su grupo mantenía un dominio absoluto sobre la venta de drogas y la intimidación a la comunidad.
Así fue la caída del Negro Harold
La captura se logró gracias a información entregada por una fuente humana, que les contó a los investigadores de la Sijín de Dosquebradas y la Fiscalía 46 EDA que el Negro Harold mantenía una casa en el barrio Camilo Torres, donde se reunía con sus hombres de confianza. Según la fuente, el tipo llegaba allí a recoger la plata del microtráfico, dejaba droga para la venta, y además tenía armas de fuego.
Con esta información, las autoridades empezaron un trabajo de inteligencia, verificaron los datos y la Fiscalía 46 EDA de Pereira ordenó el registro y allanamiento. Fue así como a las 8:00 de la noche del viernes 17 de octubre, los uniformados le cayeron de sorpresa al “patrón”.
Dentro del inmueble capturaron a Harold y a tres personas más, quienes serían sus colaboradores. Durante el operativo, los agentes encontraron un arma de fuego tipo pistola calibre 7.65 con supresor de sonido, (silenciador ) un arma traumática y dos teléfonos celulares.
Pero lo que más sorprendió a los investigadores fue lo que hallaron entre los acompañantes del cabecilla: uno de ellos era un expolicía, el cual se desempeñaba como su jefe de seguridad personal. El exuniformado tenía un salvoconducto para el arma de fuego, pero no contaba con permiso para portarla, por lo que también fue incautada.

El poder del Negro Harold
Alias el Negro Harold no era cualquier jíbaro. Tras la muerte de su socio alias el Chemo, este sujeto se quedó con el mando del microtráfico en Pueblo Sol y zonas vecinas. Su organización criminal, según las investigaciones, traficaba con marihuana, perico y el temido tusibí, la droga sintética que viene ganando terreno entre los consumidores jóvenes.
La estructura que lideraba manejaba una nómina mensual de casi 20 millones de pesos, dinero con el que pagaban a sus integrantes, quienes estaban fuertemente armados, usaban chalecos antibalas y radios de comunicación, además de tener acceso a armas cortas y largas para enfrentar a sus enemigos o resistir cualquier operativo policial.
Este hombre, quien se creía intocable, tenía bajo su control varios sectores de Venus, Pueblo Sol Alto, Medio, Bajo y el mismo Camilo Torres, zonas donde su grupo mantenía un dominio absoluto sobre la venta de drogas y la intimidación a la comunidad.
Así fue la caída del Negro Harold
La captura se logró gracias a información entregada por una fuente humana, que les contó a los investigadores de la Sijín de Dosquebradas y la Fiscalía 46 EDA que el Negro Harold mantenía una casa en el barrio Camilo Torres, donde se reunía con sus hombres de confianza. Según la fuente, el tipo llegaba allí a recoger la plata del microtráfico, dejaba droga para la venta, y además tenía armas de fuego.
Con esta información, las autoridades empezaron un trabajo de inteligencia, verificaron los datos y la Fiscalía 46 EDA de Pereira ordenó el registro y allanamiento. Fue así como a las 8:00 de la noche del viernes 17 de octubre, los uniformados le cayeron de sorpresa al “patrón”.
Dentro del inmueble capturaron a Harold y a tres personas más, quienes serían sus colaboradores. Durante el operativo, los agentes encontraron un arma de fuego tipo pistola calibre 7.65 con supresor de sonido, (silenciador ) un arma traumática y dos teléfonos celulares.
Pero lo que más sorprendió a los investigadores fue lo que hallaron entre los acompañantes del cabecilla: uno de ellos era un expolicía, el cual se desempeñaba como su jefe de seguridad personal. El exuniformado tenía un salvoconducto para el arma de fuego, pero no contaba con permiso para portarla, por lo que también fue incautada.

El poder del Negro Harold
Alias el Negro Harold no era cualquier jíbaro. Tras la muerte de su socio alias el Chemo, este sujeto se quedó con el mando del microtráfico en Pueblo Sol y zonas vecinas. Su organización criminal, según las investigaciones, traficaba con marihuana, perico y el temido tusibí, la droga sintética que viene ganando terreno entre los consumidores jóvenes.
La estructura que lideraba manejaba una nómina mensual de casi 20 millones de pesos, dinero con el que pagaban a sus integrantes, quienes estaban fuertemente armados, usaban chalecos antibalas y radios de comunicación, además de tener acceso a armas cortas y largas para enfrentar a sus enemigos o resistir cualquier operativo policial.

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