Nunca se sabe cuándo la muerte toca la puerta. Un maestro de construcción, cuidadoso y precavido, terminó muerto por una descarga eléctrica ...
Nunca se sabe cuándo la muerte toca la puerta. Un maestro de construcción, cuidadoso y precavido, terminó muerto por una descarga eléctrica que nadie entiende cómo ocurrió.
¿Qué pasó?
El fatal accidente ocurrió en la manzana 35, casa 11 del barrio San Vicente, comuna Villasantana, donde Juan Gabriel Acevedo Raigoza, maestro de construcción, perdió la vida tras recibir una descarga eléctrica mientras adelantaba trabajos en el segundo piso de una carnicería.
Eran casi las 11 de la mañana cuando Juan Gabriel, que llevaba varios meses trabajando en esa obra, estaba vaciando las bases del techo. Según contaron los testigos, jaló una varilla que terminó tocando los cables de una primaria que pasan peligrosamente cerca. Dicen que fue cuestión de segundos, un movimiento, una chispa, y el hombre cayó aún con vida.
Dato
Vecinos del sector aseguran que algunos cables están sueltos y flojos, y que nadie ha hecho nada a pesar de los reclamos. “Eso estaba muy cerquita, era un riesgo desde hace rato”, dijo uno de los habitantes.
Demora y desesperación
Según la comunidad, la ambulancia llegó más de media hora después, y los bomberos también tardaron en aparecer. Solo un vecino se atrevió a auxiliarlo, mientras los demás miraban impotentes por miedo a electrocutarse.
“La muerte de ese señor fue una negligencia total”, dijeron los testigos del hecho.
Era un trabajador juicioso
Juan Gabriel era descrito por algunos conocidos como un hombre responsable, calmado y muy meticuloso en lo que hacía, Había hecho los pisos, las bases y todo el primer piso de la carnicería. “Era muy precavido, no tomaba riesgos innecesarios, por eso nadie entiende qué fue lo que pasó”, comentó un compañero de obra.
El maestro vivía en Medellín con su esposa e hijos, pero viajaba constantemente a Pereira para trabajar. Durante los meses de construcción, arrendó un pequeño apartamento cerca del barrio San Vicente, solo mientras terminaba la obra. Su plan era acabar el contrato y devolverse a su ciudad a reencontrarse con su famil
Su último adiós
La tragedia le arrebató la vida justo cuando estaba por terminar la obra y regresar a Medellín. La familia fue avisada de inmediato y, tras las diligencias de las autoridades, el cuerpo les fue entregado para trasladarlo a su ciudad natal y darle el último adiós.
Dato
Los dueños de la carnicería, quienes lo apreciaban y conocían su dedicación, se encargaron de las diligencias iniciales mientras llegaba su familia desde Medellín.
El destino
Lo más irónico es que el propio Juan Gabriel, al notar el peligro de los cables que colgaban sueltos, había decidido preparar unos baldes de cemento para levantar una especie de enrejado en la entrada de la carnicería, precisamente para evitar una tragedia si esos cables llegaban a caer. El mismo hombre que intentó prevenir un accidente, terminó siendo víctima de aquello que quería evitar.
¿Qué pasó?
El fatal accidente ocurrió en la manzana 35, casa 11 del barrio San Vicente, comuna Villasantana, donde Juan Gabriel Acevedo Raigoza, maestro de construcción, perdió la vida tras recibir una descarga eléctrica mientras adelantaba trabajos en el segundo piso de una carnicería.
Eran casi las 11 de la mañana cuando Juan Gabriel, que llevaba varios meses trabajando en esa obra, estaba vaciando las bases del techo. Según contaron los testigos, jaló una varilla que terminó tocando los cables de una primaria que pasan peligrosamente cerca. Dicen que fue cuestión de segundos, un movimiento, una chispa, y el hombre cayó aún con vida.
Dato
Vecinos del sector aseguran que algunos cables están sueltos y flojos, y que nadie ha hecho nada a pesar de los reclamos. “Eso estaba muy cerquita, era un riesgo desde hace rato”, dijo uno de los habitantes.
Demora y desesperación
Según la comunidad, la ambulancia llegó más de media hora después, y los bomberos también tardaron en aparecer. Solo un vecino se atrevió a auxiliarlo, mientras los demás miraban impotentes por miedo a electrocutarse.
“La muerte de ese señor fue una negligencia total”, dijeron los testigos del hecho.
Era un trabajador juicioso
Juan Gabriel era descrito por algunos conocidos como un hombre responsable, calmado y muy meticuloso en lo que hacía, Había hecho los pisos, las bases y todo el primer piso de la carnicería. “Era muy precavido, no tomaba riesgos innecesarios, por eso nadie entiende qué fue lo que pasó”, comentó un compañero de obra.
El maestro vivía en Medellín con su esposa e hijos, pero viajaba constantemente a Pereira para trabajar. Durante los meses de construcción, arrendó un pequeño apartamento cerca del barrio San Vicente, solo mientras terminaba la obra. Su plan era acabar el contrato y devolverse a su ciudad a reencontrarse con su famil
La tragedia le arrebató la vida justo cuando estaba por terminar la obra y regresar a Medellín. La familia fue avisada de inmediato y, tras las diligencias de las autoridades, el cuerpo les fue entregado para trasladarlo a su ciudad natal y darle el último adiós.
Dato
Los dueños de la carnicería, quienes lo apreciaban y conocían su dedicación, se encargaron de las diligencias iniciales mientras llegaba su familia desde Medellín.
El destino
Lo más irónico es que el propio Juan Gabriel, al notar el peligro de los cables que colgaban sueltos, había decidido preparar unos baldes de cemento para levantar una especie de enrejado en la entrada de la carnicería, precisamente para evitar una tragedia si esos cables llegaban a caer. El mismo hombre que intentó prevenir un accidente, terminó siendo víctima de aquello que quería evitar.
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