Aunque la DEA y la Fiscalía General de la Nación los tenían bajo la lupa por presuntamente mover cargamentos de droga hacia Europa, en las a...
Aunque la DEA y la Fiscalía General de la Nación los tenían bajo la lupa por presuntamente mover cargamentos de droga hacia Europa, en las audiencias preliminares soltaron a las tres mujeres, mientras que a Juan Guillermo lo mandaron derechito pa’ la cárcel.
Recorderis
Mediante la operatción Gargantúa el 22 de septiembre, a eso de las 6:03 a. m., todo un combo de uniformados llegó con caninos expertos en rastrear droga, Infancia y Adolescencia, agentes del GOES y hasta personal de la Dijín al barrio Primero de Mayo, en la calle 30B No. 5-33, una casa de dos pisos, fachada en ladrillo, ventanas enrejadas y dos entradas.

La Fiscalía 32 contra el Narcotráfico de Neiva ya tenía la orden desde el 20 de septiembre y por eso se armó el operativo. Dentro encontraron varias armas con sus proveedores y balas, además de dosis de marihuana y cocaína listas para armar los cargamentos. En el techo de la casa vecina apareció un maletín negro con otras municiones, aunque esa incautación fue declarada ilegal por el juez.
La DEA metida en el cuento
Según la Fiscalía, el operativo no fue producto de una casualidad. Hubo colaboración directa con la DEA (agencia antidrogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos), que venían siguiendo las rutas de estupefacientes enviadas desde Risaralda hacia Europa. En los informes internacionales, de acuerdo com lo expuesto por la Fiscalia, el nombre de Juan Guillermo Flórez Arias aparecía como pieza clave en la cadena del tráfico, señalado de ser enlace en la red que acopiaba y despachaba la droga.

Quién quedó libre y quién no
El juez quinto de garantías revisó las capturas y declaró legal también el allanamiento. Después vino el turno de la imputación de cargos, a Juan Guillermo Flórez Arias lo señalaron por porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes con fines de exportación y concierto para delinquir, delitos que él no aceptó.
A Lina Verónica Cardona Duque le endilgaron almacenar y conservar droga, mientras que a Sheila Catalina Henao Cardona y Michel Camila Saldarriaga Velásquez las imputaron por tráfico de estupefacientes bajo la misma modalidad. Ninguna aceptó cargos.
Pese a la gravedad de los señalamientos, el fiscal retiró la solicitud de medida de aseguramiento para las tres mujeres y el juez les concedió la libertad inmediata, aunque quedaron formalmente vinculadas al proceso. La historia fue distinta para Juan Guillermo, al considerarlo pieza fuerte de la organización y por los antecedentes que ya arrastraba, le dictaron detención preventiva intramural, por lo que fue enviado a la cárcel de Pereira.
Dato
Según la Fiscalía, los capturados formarían parte de una organización que estaba bajo las órdenes de un sujeto conocido como alias May, quien desde la cárcel impartía instrucciones. Este personaje, con supuestas disputas contra Los Rebeldes y la Cordillera, ordenaba no solo custodiar la droga y mover armas, sino que también daba órdenes a una mujer apodada la Mona, encargada de almacenar grandes cantidades de estupefacientes en la casa allanada.
El negocio
Según, más de 100 kilos de clorhidrato de cocaína eran transportados rumbo al continente europeo como parte de la operación de la organización.
Recorderis
Mediante la operatción Gargantúa el 22 de septiembre, a eso de las 6:03 a. m., todo un combo de uniformados llegó con caninos expertos en rastrear droga, Infancia y Adolescencia, agentes del GOES y hasta personal de la Dijín al barrio Primero de Mayo, en la calle 30B No. 5-33, una casa de dos pisos, fachada en ladrillo, ventanas enrejadas y dos entradas.

La Fiscalía 32 contra el Narcotráfico de Neiva ya tenía la orden desde el 20 de septiembre y por eso se armó el operativo. Dentro encontraron varias armas con sus proveedores y balas, además de dosis de marihuana y cocaína listas para armar los cargamentos. En el techo de la casa vecina apareció un maletín negro con otras municiones, aunque esa incautación fue declarada ilegal por el juez.
La DEA metida en el cuento
Según la Fiscalía, el operativo no fue producto de una casualidad. Hubo colaboración directa con la DEA (agencia antidrogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos), que venían siguiendo las rutas de estupefacientes enviadas desde Risaralda hacia Europa. En los informes internacionales, de acuerdo com lo expuesto por la Fiscalia, el nombre de Juan Guillermo Flórez Arias aparecía como pieza clave en la cadena del tráfico, señalado de ser enlace en la red que acopiaba y despachaba la droga.

Quién quedó libre y quién no
El juez quinto de garantías revisó las capturas y declaró legal también el allanamiento. Después vino el turno de la imputación de cargos, a Juan Guillermo Flórez Arias lo señalaron por porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes con fines de exportación y concierto para delinquir, delitos que él no aceptó.
A Lina Verónica Cardona Duque le endilgaron almacenar y conservar droga, mientras que a Sheila Catalina Henao Cardona y Michel Camila Saldarriaga Velásquez las imputaron por tráfico de estupefacientes bajo la misma modalidad. Ninguna aceptó cargos.
Pese a la gravedad de los señalamientos, el fiscal retiró la solicitud de medida de aseguramiento para las tres mujeres y el juez les concedió la libertad inmediata, aunque quedaron formalmente vinculadas al proceso. La historia fue distinta para Juan Guillermo, al considerarlo pieza fuerte de la organización y por los antecedentes que ya arrastraba, le dictaron detención preventiva intramural, por lo que fue enviado a la cárcel de Pereira.
Dato
Según la Fiscalía, los capturados formarían parte de una organización que estaba bajo las órdenes de un sujeto conocido como alias May, quien desde la cárcel impartía instrucciones. Este personaje, con supuestas disputas contra Los Rebeldes y la Cordillera, ordenaba no solo custodiar la droga y mover armas, sino que también daba órdenes a una mujer apodada la Mona, encargada de almacenar grandes cantidades de estupefacientes en la casa allanada.
El negocio
Según, más de 100 kilos de clorhidrato de cocaína eran transportados rumbo al continente europeo como parte de la operación de la organización.

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