El amor que juraba durar para siempre terminó convertido en duelo. Tras ocho días aferrado a las máquinas, Brayan Stiven Villegas Arias, de ...
El amor que juraba durar para siempre terminó convertido en duelo. Tras ocho días aferrado a las máquinas, Brayan Stiven Villegas Arias, de 22 años, cerró los ojos para siempre la tarde del domingo 31 de agosto. Su hija Celeste, de apenas tres años y medio, quedó como única sobreviviente de la desgracia que borró los sueños de toda una familia.
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Un golpe tras otro
La tristeza no da respiro, primero se fue Michel y ahora Brayan. La familia, que aún lloraba a la joven de 18 años, recibió el segundo golpe en menos de una semana. En el hospital San Jorge se apagó la poca esperanza que quedaba, mientras la niña continúa luchando contra los estragos de aquella noche.
Lo que marcó la desgracia
La historia aterradora empezó el domingo 24 de agosto, en la variante Condina, a la altura de la entrada de la vereda Montelargo, cuando una camioneta Toyota Prado VX blanca, de placa RGK-167 embistió la moto en la que viajaban. El choque fue tan brutal que la pareja salió disparada por un barranco y la pequeña terminó herida en una cuneta.
El detalle más indignante es que el conductor no movió un dedo, llamó a alguien y desapareció, dejando el vehículo botado dejando a la familia a su suerte.
La primera en partir
Michel Vélez López fue la que recibió el golpe más fuerte, murió en el sitio del accidente, sin siquiera alcanzar a ser llevada a un hospital.
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Un golpe tras otro
La tristeza no da respiro, primero se fue Michel y ahora Brayan. La familia, que aún lloraba a la joven de 18 años, recibió el segundo golpe en menos de una semana. En el hospital San Jorge se apagó la poca esperanza que quedaba, mientras la niña continúa luchando contra los estragos de aquella noche.
Lo que marcó la desgracia
La historia aterradora empezó el domingo 24 de agosto, en la variante Condina, a la altura de la entrada de la vereda Montelargo, cuando una camioneta Toyota Prado VX blanca, de placa RGK-167 embistió la moto en la que viajaban. El choque fue tan brutal que la pareja salió disparada por un barranco y la pequeña terminó herida en una cuneta.
El detalle más indignante es que el conductor no movió un dedo, llamó a alguien y desapareció, dejando el vehículo botado dejando a la familia a su suerte.
La primera en partir
Michel Vélez López fue la que recibió el golpe más fuerte, murió en el sitio del accidente, sin siquiera alcanzar a ser llevada a un hospital.
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