Una familia en Santa Rosa de Cabal no ha tenido descanso. Ayer mataron a otro de los suyos. La tragedia parece perseguirlos con nombre propi...
Una familia en Santa Rosa de Cabal no ha tenido descanso. Ayer mataron a otro de los suyos. La tragedia parece perseguirlos con nombre propio. Primero fue el sobrino, luego el hermano, después la cuñada… y ahora, José Arbey. ¿Quién sigue? Y con este ya son cuatro los que han caído... ¿casualidad o sentencia?

¿Qué pasó?
La noche del miércoles 6 de agosto, sobre las 8:38 p. m., una llamada al 123 alertó de un ataque en la carrera 14 con calle 26, justo al frente de una panadería. Al llegar, los policías se encontraron con que la víctima ya había sido trasladada al hospital San Vicente de Paúl.
Era José Arbey Giraldo Castaño, de 55 años, quien vivía a solo unos pasos de donde ocurrió todo, en la carrera 14 con calle 15 del barrio San Luis Gonzaga. Había salido como cualquier noche, sin imaginar que la muerte lo estaba esperando a la vuelta de la esquina.

Dicen que fue por una cadena de oro, que el bandido lo interceptó, forcejearon, y un cuchillo se le clavó directo en el pecho. La herida fue letal. Llegó sin signos vitales al centro asistencial.
El rastro sangriento
Ya es imposible pensar que esto es coincidencia. La muerte ha cobrado cuatro vidas en la misma familia; Harold Giraldo, hijo de José Julián, asesinado el 24 de abril del 2015; José Julián Giraldo Castaño, hermano del hoy occiso, ejecutado el 30 de septiembre del 2021; Claudia Patricia Jaramillo esposa de José Julián, asesinada a tiros en un bus el 4 de marzo del 2025. Y ahora José Arbey, el último en caer, por un atraco… o eso es lo que quieren hacer creer.
Su pasado lo condena… ¿o no?
Aunque José Arbey nunca estuvo vinculado a procesos penales, su hermano José Julián sí que dejó una estela. Fue condenado a 4 años y 8 meses por peculado por apropiación y falsedad ideológica en documento público. La cosa fue tan seria que el escándalo alcanzó contratos por más de 196 millones de pesos con 12 funcionarios más.
A José Julián le dieron casa por cárcel, pero ni eso lo salvó. Lo ejecutaron en el barrio Ozanam justo cuando iba a abordar su carro.
El caso Claudia Patricia
Claudia Patricia Jaramillo Marín había enviudado el 30 de septiembre de 2021, cuando su esposo, José Julián Giraldo Castaño, fue asesinado en el barrio Ozanam. A las 6:50 a. m., el empresario, dueño del Centro de Diagnóstico de Santa Rosa de Cabal, se disponía a abordar su vehículo cuando un sicario lo atacó por la espalda con dos disparos. La comunidad salió al escuchar las detonaciones y lo encontraron tendido junto al carro. Cuando llegaron las autoridades, ya no tenía signos vitales.
Tras esa muerte, Claudia comenzó a recibir amenazas. En 2024 pidió trabajar desde casa en la Secretaría de Salud de Risaralda. Aunque nunca denunció formalmente ante la Fiscalía, su solicitud fue aceptada. En 2025, sin embargo, nunca más volvió a manifestar miedo o peligro. Hasta que, el 4 de marzo, fue asesinada con tres tiros dentro de una buseta rumbo a Pereira.
La hipótesis de las autoridades es que su homicidio estaría relacionado con el pasado de su esposo y no se descarta una posible represalia. El crimen aún no ha sido esclarecido.
José Arbey, el hombre

¿Qué pasó?
La noche del miércoles 6 de agosto, sobre las 8:38 p. m., una llamada al 123 alertó de un ataque en la carrera 14 con calle 26, justo al frente de una panadería. Al llegar, los policías se encontraron con que la víctima ya había sido trasladada al hospital San Vicente de Paúl.
Era José Arbey Giraldo Castaño, de 55 años, quien vivía a solo unos pasos de donde ocurrió todo, en la carrera 14 con calle 15 del barrio San Luis Gonzaga. Había salido como cualquier noche, sin imaginar que la muerte lo estaba esperando a la vuelta de la esquina.

Dicen que fue por una cadena de oro, que el bandido lo interceptó, forcejearon, y un cuchillo se le clavó directo en el pecho. La herida fue letal. Llegó sin signos vitales al centro asistencial.
El rastro sangriento
Ya es imposible pensar que esto es coincidencia. La muerte ha cobrado cuatro vidas en la misma familia; Harold Giraldo, hijo de José Julián, asesinado el 24 de abril del 2015; José Julián Giraldo Castaño, hermano del hoy occiso, ejecutado el 30 de septiembre del 2021; Claudia Patricia Jaramillo esposa de José Julián, asesinada a tiros en un bus el 4 de marzo del 2025. Y ahora José Arbey, el último en caer, por un atraco… o eso es lo que quieren hacer creer.
Su pasado lo condena… ¿o no?
Aunque José Arbey nunca estuvo vinculado a procesos penales, su hermano José Julián sí que dejó una estela. Fue condenado a 4 años y 8 meses por peculado por apropiación y falsedad ideológica en documento público. La cosa fue tan seria que el escándalo alcanzó contratos por más de 196 millones de pesos con 12 funcionarios más.
A José Julián le dieron casa por cárcel, pero ni eso lo salvó. Lo ejecutaron en el barrio Ozanam justo cuando iba a abordar su carro.
El caso Claudia Patricia
Claudia Patricia Jaramillo Marín había enviudado el 30 de septiembre de 2021, cuando su esposo, José Julián Giraldo Castaño, fue asesinado en el barrio Ozanam. A las 6:50 a. m., el empresario, dueño del Centro de Diagnóstico de Santa Rosa de Cabal, se disponía a abordar su vehículo cuando un sicario lo atacó por la espalda con dos disparos. La comunidad salió al escuchar las detonaciones y lo encontraron tendido junto al carro. Cuando llegaron las autoridades, ya no tenía signos vitales.
Tras esa muerte, Claudia comenzó a recibir amenazas. En 2024 pidió trabajar desde casa en la Secretaría de Salud de Risaralda. Aunque nunca denunció formalmente ante la Fiscalía, su solicitud fue aceptada. En 2025, sin embargo, nunca más volvió a manifestar miedo o peligro. Hasta que, el 4 de marzo, fue asesinada con tres tiros dentro de una buseta rumbo a Pereira.
La hipótesis de las autoridades es que su homicidio estaría relacionado con el pasado de su esposo y no se descarta una posible represalia. El crimen aún no ha sido esclarecido.
José Arbey, el hombre
Era conductor de Uber. Vivía con su esposa en el barrio San Luis Gonzaga, en la misma casa que siempre habitó. Su vida parecía sencilla, pero la sombra de su apellido pesaba.
Así fue la diligencia
Funcionarios de Sijín y Sipol se desplazaron al sitio, hicieron labores de vecindario y revisaron las cámaras de seguridad del sector. Luego, se dirigieron al hospital para la inspección técnica del cadáver. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le practicó la necropsia de ley.
Así fue la diligencia
Funcionarios de Sijín y Sipol se desplazaron al sitio, hicieron labores de vecindario y revisaron las cámaras de seguridad del sector. Luego, se dirigieron al hospital para la inspección técnica del cadáver. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le practicó la necropsia de ley.
COMENTARIOS