Don Saúl Sánchez, un esposo y padre de 57 años, vivió para contar lo que muchos no logran: sobrevivir tras estrellarse contra una tractomula...
Don Saúl Sánchez, un esposo y padre de 57 años, vivió para contar lo que muchos no logran: sobrevivir tras estrellarse contra una tractomula, quedó debajo del pesado vehículo.
¿Qué pasó?
El grave accidente de tránsito se registró a las 10:15 de la mañana del lunes 16 de junio en la calle 21 con carrera 13, sentido Pereira-Cuba, cuando Saúl Sánchez, un hombre de 57 años, salió de su casa en el barrio El Poblado conduciendo su motocicleta Honda CB190 de placa HHW47E rumbo a una cita con unos ingenieros por motivos laborales; sin embargo, en circunstancias que son materia de investigación, terminó chocando violentamente contra un tractocamión de placa TJZ085, color verde, conducido por un hombre de 41 años. Presuntamente hubo una una imprudencia de este último, quien al parecer omitió una señal de pare y se pasó un semáforo en rojo, provocando el aparatoso accidente.
El impacto fue tan fuerte que Saúl Sánchez quedó atrapado debajo del vehículo de carga, por lo que fue necesario el rápido arribo de paramédicos de una ambulancia privada, que lo estabilizaron y trasladaron de urgencia a la clínica Noé de Pereira, adonde ingresó con un trauma cerrado de tórax, una perforación en uno de sus pulmones y fue sometido a una intervención quirúrgica de emergencia; actualmente permanece en la unidad de cuidados intensivos bajo pronóstico reservado.
Un milagro de Dios
Don Saúl es considerado por su familia como un verdadero milagro de Dios, pues sobrevivió a un tipo de accidente que en muchas ocasiones ha cobrado la vida de motociclistas; él mismo relató que estuvo consciente todo el tiempo y que incluso sintió cómo las llantas del tractocamión lo arrastraban mientras permanecía debajo del pesado vehículo.
Su esposa, Diana María Moncada, estaba trabajando cuando recibió la angustiante llamada de los paramédicos informándole del siniestro, pero también le dieron un parte de tranquilidad al decirle que su esposo estaba consciente y que fue él mismo quien proporcionó su número de celular para que la contactaran, por lo que llegó de inmediato a la clínica para acompañarlo.
“Él sufrió la fractura de cinco costillas, una de ellas le perforó un pulmón, está en cuidados intensivos, fue sometido a una intervención quirúrgica para drenar el pulmón y sacarle el aire que tenía adentro, tiene muchos raspones en todo el cuerpo, el diagnóstico hasta ahora es que está estable y consciente; es un milagro de Dios, porque ese accidente hubiera sido para que fuera una tragedia. Él mismo cuenta que fue el conductor de la tractomula quien omitió la señal de pare y que sintió cuando las llantas lo estaban arrastrando, incluso pensó que se iba a morir, que lo iba a estripar, por eso tiene tantas lesiones, traumas, también sufrió una herida en uno de sus dedos, le cogieron 10 puntos. La verdad, los médicos y los mismos agentes de tránsito dicen que es un milagro de Dios que esté vivo, otros no viven para contarlo”, expresó doña Diana, esposa de don Saúl, con la voz entrecortada por la emoción.
Así mismo, doña Diana fue enfática en decir que, aunque el accidente sigue siendo materia de investigación, su esposo no es ningún imprudente al volante. “Él siempre ha sido muy cuidadoso para manejar, jamás había tenido un accidente, esta es la primera vez. No se pasa semáforos, ni siquiera cuando va tarde y las calles están solas. Es tan juicioso que hasta aconseja a nuestro hijo para que maneje con prudencia. Por eso creemos que la imprudencia no fue de él, sino del otro conductor”, afirmó.
¿Quién tuvo la culpa?
Las autoridades del Instituto de Movilidad de Pereira llegaron al sitio del accidente y realizaron el respectivo croquis. Están revisando cámaras de seguridad para establecer la responsabilidad de cada conductor. El caso sigue en investigación.
Su vida
Don Saúl es natural de Aguadas, Caldas, trabaja como maestro de obra y vive desde hace nueve años en el barrio El Poblado 2 de Pereira junto a su esposa Diana María Moncada, con quien lleva 29 años de casado. Tienen dos hijos que hoy no paran de orar y pedirle a Dios por su pronta recuperación, para que pueda regresar a casa, donde lo esperan con todo el amor del mundo para seguir sanando en familia.
¿Qué pasó?
El grave accidente de tránsito se registró a las 10:15 de la mañana del lunes 16 de junio en la calle 21 con carrera 13, sentido Pereira-Cuba, cuando Saúl Sánchez, un hombre de 57 años, salió de su casa en el barrio El Poblado conduciendo su motocicleta Honda CB190 de placa HHW47E rumbo a una cita con unos ingenieros por motivos laborales; sin embargo, en circunstancias que son materia de investigación, terminó chocando violentamente contra un tractocamión de placa TJZ085, color verde, conducido por un hombre de 41 años. Presuntamente hubo una una imprudencia de este último, quien al parecer omitió una señal de pare y se pasó un semáforo en rojo, provocando el aparatoso accidente.
El impacto fue tan fuerte que Saúl Sánchez quedó atrapado debajo del vehículo de carga, por lo que fue necesario el rápido arribo de paramédicos de una ambulancia privada, que lo estabilizaron y trasladaron de urgencia a la clínica Noé de Pereira, adonde ingresó con un trauma cerrado de tórax, una perforación en uno de sus pulmones y fue sometido a una intervención quirúrgica de emergencia; actualmente permanece en la unidad de cuidados intensivos bajo pronóstico reservado.
Un milagro de Dios
Don Saúl es considerado por su familia como un verdadero milagro de Dios, pues sobrevivió a un tipo de accidente que en muchas ocasiones ha cobrado la vida de motociclistas; él mismo relató que estuvo consciente todo el tiempo y que incluso sintió cómo las llantas del tractocamión lo arrastraban mientras permanecía debajo del pesado vehículo.
Su esposa, Diana María Moncada, estaba trabajando cuando recibió la angustiante llamada de los paramédicos informándole del siniestro, pero también le dieron un parte de tranquilidad al decirle que su esposo estaba consciente y que fue él mismo quien proporcionó su número de celular para que la contactaran, por lo que llegó de inmediato a la clínica para acompañarlo.
“Él sufrió la fractura de cinco costillas, una de ellas le perforó un pulmón, está en cuidados intensivos, fue sometido a una intervención quirúrgica para drenar el pulmón y sacarle el aire que tenía adentro, tiene muchos raspones en todo el cuerpo, el diagnóstico hasta ahora es que está estable y consciente; es un milagro de Dios, porque ese accidente hubiera sido para que fuera una tragedia. Él mismo cuenta que fue el conductor de la tractomula quien omitió la señal de pare y que sintió cuando las llantas lo estaban arrastrando, incluso pensó que se iba a morir, que lo iba a estripar, por eso tiene tantas lesiones, traumas, también sufrió una herida en uno de sus dedos, le cogieron 10 puntos. La verdad, los médicos y los mismos agentes de tránsito dicen que es un milagro de Dios que esté vivo, otros no viven para contarlo”, expresó doña Diana, esposa de don Saúl, con la voz entrecortada por la emoción.
Así mismo, doña Diana fue enfática en decir que, aunque el accidente sigue siendo materia de investigación, su esposo no es ningún imprudente al volante. “Él siempre ha sido muy cuidadoso para manejar, jamás había tenido un accidente, esta es la primera vez. No se pasa semáforos, ni siquiera cuando va tarde y las calles están solas. Es tan juicioso que hasta aconseja a nuestro hijo para que maneje con prudencia. Por eso creemos que la imprudencia no fue de él, sino del otro conductor”, afirmó.
¿Quién tuvo la culpa?
Las autoridades del Instituto de Movilidad de Pereira llegaron al sitio del accidente y realizaron el respectivo croquis. Están revisando cámaras de seguridad para establecer la responsabilidad de cada conductor. El caso sigue en investigación.
Su vida
Don Saúl es natural de Aguadas, Caldas, trabaja como maestro de obra y vive desde hace nueve años en el barrio El Poblado 2 de Pereira junto a su esposa Diana María Moncada, con quien lleva 29 años de casado. Tienen dos hijos que hoy no paran de orar y pedirle a Dios por su pronta recuperación, para que pueda regresar a casa, donde lo esperan con todo el amor del mundo para seguir sanando en familia.
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