En pleno centro del municipio, caminando como si no le debería nada a nadie, fue pillado este sujeto de 43 años, que no es precisamente ejem...
En pleno centro del municipio, caminando como si no le debería nada a nadie, fue pillado este sujeto de 43 años, que no es precisamente ejemplo de hijo del año. La Policía lo estaba buscando porque, según denuncias, venía maltratando a su propia madre… sí, a su mamá, la mujer que le dio la vida, lo crió y, seguramente, le aguantó más de lo que debía, pero esta vez se le acabó el recreo.

¿Quién es este personaje?
Se llama Julián Cano Duque y en su hoja de vida no hay ni premios ni méritos, pero sí 14 anotaciones por violencia intrafamiliar. Como si con una no bastara. La señora madre, harta de los golpes, los insultos y hasta del desalojo de su propia casa, decidió no aguantar más y lo denunció.
Gracias a eso, la Policía de Quinchía, con el apoyo de la Fiscalía, se puso manos a la obra, recogió pruebas y consiguió la orden de captura. No fue difícil encontrarlo, andaba como si nada por el centro del pueblo, hasta que llegaron los de la Sijín le cantaron los motivos y se lo llevaron... le dañaron el paseo.
Dato
Le dieron medida de aseguramiento intramural. Está donde debe estar, tras las rejas. Lejos de la casa que convirtió en un infierno y de la mujer a la que debió proteger y no golpear.
Dato
La señora sufrió daños físicos y psicológicos.
¿Y ahora qué?
Ahora le toca pasar sus días entre rejas, mirando al techo y preguntándose en qué momento lo perdió todo. La casa, el respeto y hasta la libertad. Aunque todavía tiene derecho al proceso, ya no podrá seguir agrediendo desde la comodidad de su hogar.
La Policía va con todo
Este tipo de acciones por parte de la Policía de Risaralda hacen parte de la ofensiva territorial contra la violencia intrafamiliar.

¿Quién es este personaje?
Se llama Julián Cano Duque y en su hoja de vida no hay ni premios ni méritos, pero sí 14 anotaciones por violencia intrafamiliar. Como si con una no bastara. La señora madre, harta de los golpes, los insultos y hasta del desalojo de su propia casa, decidió no aguantar más y lo denunció.
Gracias a eso, la Policía de Quinchía, con el apoyo de la Fiscalía, se puso manos a la obra, recogió pruebas y consiguió la orden de captura. No fue difícil encontrarlo, andaba como si nada por el centro del pueblo, hasta que llegaron los de la Sijín le cantaron los motivos y se lo llevaron... le dañaron el paseo.
Dato
Le dieron medida de aseguramiento intramural. Está donde debe estar, tras las rejas. Lejos de la casa que convirtió en un infierno y de la mujer a la que debió proteger y no golpear.
Dato
La señora sufrió daños físicos y psicológicos.
¿Y ahora qué?
Ahora le toca pasar sus días entre rejas, mirando al techo y preguntándose en qué momento lo perdió todo. La casa, el respeto y hasta la libertad. Aunque todavía tiene derecho al proceso, ya no podrá seguir agrediendo desde la comodidad de su hogar.
La Policía va con todo
Este tipo de acciones por parte de la Policía de Risaralda hacen parte de la ofensiva territorial contra la violencia intrafamiliar.
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